Se acaban de cumplir los veinticinco años de la inauguración de la Escuela Municipal de Música y Danza Eusebio Rubalcaba, de Talavera de la Reina, y todo el mundo por una vez en la ciudad está de acuerdo: la escuela se ha afianzado como una institución cultural clave en la vida cultural y ha formado a cientos de personas, niños, jóvenes y adultos, en un mundo al que difícilmente, la mayoría podrían haber accedido.
Desde que se creó, muchos consideraron que lo de la Escuela Municipal era simplemente otra manera más de discriminar a Talavera. Se exigía un Conservatorio Oficial y se consideraba a la Escuela como una manera de tapar bocas. Un parche. Un sucedáneo de Conservatorio en el que no era posible expedir títulos y en el que, para colmo, el Ayuntamiento tenía que apechugar con su financiación y mantenimiento.
No les faltaba razón, pero quizá esas personas no vieron el potencial de algo que el primer director, el recordado Pedro Sarmiento, no se cansaba de decir: la Escuela está para acercar la música a cualquier persona interesada sin que tenga la necesidad, ni se le exija, convertir su afición en profesión. Cualquiera, niño o adulto, puede tener su espacio de aprendizaje y alcanzar las metas que sólo él mismo se proponga.
No sé el porcentaje de alumnos que después de pasar por la Escuela de Música y Danza han seguido estudios oficiales en un Conservatorio, pero por mi experiencia como padre durante algunos años, el número no debe ser despreciable. La Escuela ha puesto la música al alcance de personas que sin ella nunca hubieran tenido esa oportunidad.
El éxito al acercar la música a un gran número de personas ha sido innegable y se ratifica cada día con los ochocientos alumnos y los veintiún profesores que actualmente mantienen una vida académica que luego se proyecta en la ciudad. En ese sentido la Escuela es una de las instituciones que cumple sus objetivos con largueza. Es una fábrica de músicos y de amantes de la música y la danza, muchos de los cuales nunca vivirán de ella pero que tendrán siempre un rincón interior en el que refugiarse.
Pero el propio éxito de la Escuela Municipal de Música es lo que justifica la necesidad de un Conservatorio Oficial que proporcione algo más a todos aquellos que sienten la necesidad de ir más allá en ese mundo. La Escuela ha demostrado con creces en estos veinticinco años que Talavera se merece también ese Conservatorio que complementaría y enriquecería la vida cultural de la ciudad. Ninguna incompatibilidad.