El precio de la vivienda en alquiler de Castilla-La Mancha cerró el año 2022 en 6,1 euros por metro cuadrado, solo por encima de Extremadura (5,8) y muy por debajo de la media nacional (11,4), según los datos ofrecidos por el portal inmobiliario Idealista.
De acuerdo con esas cifras, alquilar un piso estándar de 90 metros cuadrados le cuesta hoy por hoy a los castellano-manchegos en torno a 549 euros al mes, cifra que varía ostensiblemente dependiendo de las zonas.
Pese a ser la segunda comunidad donde los alquileres son más asequibles, el precio para arrendar una vivienda subió en Castilla-La Mancha un 4,3 % durante el pasado ejercicio, situándose también entre los incrementos más contenidos del país y lejos de la media nacional (8,4 %).
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Por provincias, Guadalajara acabó 2022 siendo la más cara de Castilla-La Mancha para alquilar, con un precio medio de 7 euros por metro cuadrado. Le siguen Albacete (6,4) y Toledo (6,3), todas ellas superando la media regional. Por debajo se encuentran las provincias de Cuenca (5,6) y Ciudad Real (5,5).
Los incrementos interanuales de precios también fueron dispares dependiendo de las provincias. En este caso, el más llamativo se dio en Cuenca (5,2 %), seguido de Ciudad Real (5 %), Albacete (4,4 %), Guadalajara (3,5 %) y Toledo (2, 6 %). La media regional se situó en una subida del 4,3 % respecto a 2021, y la nacional en el 8,4 %. Curiosamente, el precio se ha elevado más donde los alquileres siguen siendo más asequibles.
En máximos históricos
Al igual que en muchas otras regiones españolas, 2022 acabó siendo en Castilla-La Mancha el año con los alquileres más caros de toda la serie histórica, aunque los picos máximos se alcanzaron en el tercer trimestre, observándose un ligero descenso en los últimos meses del ejercicio.
Según ha explicado en un comunicado el portavoz de Idealista, Francisco Iñareta, la subida de precios generalizada en todas las comunidades autónomas se debe principalmente a la falta de oferta disponible.
"A la fuerza creciente de la demanda se le une una oferta menguante que no encuentra reposición. La ecuación es sencilla: menos viviendas y más demandantes tienen como resultado tensión en los precios", ha añadido Iñareta.