El Real Madrid tiene prácticamente sentenciada su Liga número 36. Un título que será recordado para la eternidad como la Liga de Jude Bellingham, sin duda uno de los mejores fichajes del club en los últimos años.
El todocampista inglés volvió a ser, una vez más, el verdugo del Barça. En un partido en el que no apareció como otras veces, Jude volvió a ser determinante. Fue él quien cerró el partido. Ha sido él quien ha dejado la Liga vista para sentencia. Con todos los futbolistas al límite de sus fuerzas apareció en el segundo palo para rematar a la red un gran centro en el descuento.
No podía ser otro. Tenía que ser Jude. El mismo que silenció a Montjuïc el 28 de octubre con un gol en el tiempo añadido fue quien hizo enloquecer este domingo a los más de 80.000 espectadores que presenciaron en el Santiago Bernabéu un Clásico para el recuerdo.
Bellingham marcó su decimoséptimo tanto de la temporada para mantenerse a la sombra de Dovbyk en la lucha por el pichichi del campeonato. Una cifra que parece haberse normalizado, pero que no deja de ser algo escandaloso teniendo en cuenta que estamos hablando de un centrocampista. O eso es lo que fichó el Real Madrid en verano.
Lo que está claro es que en el club blanco Bellingham se ha destapado como un gran goleador. Sus cifran en Liga asustan. El británico ha rematado un total de 57 veces esta temporada, siendo el décimo del torneo con más disparos por encuentro (2.3). Pero es fijándonos en los goles esperados donde nos damos cuenta de la excelencia que está alcanzando Jude. Y es que debería haber anotado 10 goles teniendo en cuenta la claridad de sus disparos, pero suma siete más en su cuenta.
Mucho más que un goleador
Lo que más está sorprendiendo de Jude Bellingham esta temporada es su faceta goleadora, no es para menos, pero el '5' merengue es mucho más que eso. Es un futbolista total capaz de resaltar en todas las facetas del juego.
A Bellingham le puedes pedir que haga una presión asfixiante a un rival. Tiene capacidad física para ello. Le puedes exigir que vaya al corte en una acción defensiva, pues posee la técnica para entrar sin hacer falta a un rival. Le puedes pedir que lance un contragolpe ya que tiene una velocidad y una conducción encomiables. A Jude Bellingham le puedes pedir todo. Te lo va a dar.
En el Clásico frente al Barça sacó a relucir también su faceta en la distribución. Intentó 45 pases y acertó en 43 de ellos (96%). La magnitud y la importancia de estos datos son que gran parte de ellos llegaron en campo contrario, en una zona donde el Barça intentaba apretar con la presión.
Bellingham se movió por todo el largo y el ancho del terreno de juego. Su mayor zona de influencia llegó en el perfil izquierdo a la altura del centro del campo, pero también se dejó ver en tres cuartos. Dejó dos pases clave, completó con éxito los dos regates que intentó, ganó ocho de diez duelos y tan solo perdió cuatro balones. Un partido más que notable.
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Un Madrid eficaz
El Real Madrid dejó el título de Liga visto para sentencia. Los de Carlo Ancelotti hicieron un ejercicio de solidaridad y de fortaleza mental para levantarse de dos golpes directos al mentón del FC Barcelona.
El conjunto blanco ganó porque fue mejor en las áreas. Aprovechó mejor sus oportunidades y asestó los golpes a su rival cuando más daño podían hacer. El Madrid se rehizo del tempranero gol de Christensen con un tanto de Vinicius antes de los veinte minutos de partido, pero lo logrado en la segunda parte tiene mucho más mérito si cabe.
En el 69' Fermín López dejó la lucha por el título patas arriba con un gol que pudo hacer mucho daño al Madrid. Quedaban pocos minutos y a los de Ancelotti se les veía algo cansados por culpa del gran esfuerzo ante el Manchester City. Sin embargo, fue en ese momento cuando el orgullo madridista alcanzó su máximo esplendor.
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Lucas Vázquez no dejó saborear el triunfo a los culés ni siquiera durante cuatro minutos y puso de nuevo las tablas en el marcador tras rematar a gol un gran centro de Vinicius Jr. El tanto encendió al Bernabéu y, a pesar de que a los blancos les servía el empate, fueron a por el tanto del triunfo y de la sentencia del campeonato.
Y llegó. Jude Bellingham se convirtió en héroe. Lucas Vázquez se encumbró en uno de sus mejores partidos de blanco con un centro envenenado al segundo palo y su gran amigo Jude fusiló con el interior a Ter Stegen dejando el cuero en la escuadra.
El resto es historia. La épica volvió a ser protagonista en el Bernabéu y Jude Bellingham puso punto final a una Liga que siempre estará ligada a su nombre. Él decidió el Clásico de la primera vuelta y él acabó desterrando al Barça de Xavi de la manera más cruel. Ahora, sueña con repetirlo en la Champions League.