Así fue la épica de Lunin en los penaltis que dio al Real Madrid el pase a las semifinales de Champions
El portero ucraniano dio una exhibición en el Etihad deteniendo dos penas máximas y dejando una gran colección de paradas.
18 abril, 2024 02:15-
Man. City
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La carrera de Lunin cambió para siempre en el Etihad Stadium. Fue la noche en la que la gran promesa ucraniana que brilló hace unos años en el Mundial Sub-20 se convirtió en uno de los mejores porteros del mundo. Lunin brilló con luz propia en Mánchester y guio al Real Madrid a una nueva semifinal de Champions.
Andriy Lunin puso el colofón al día más importante de su carrera en la fatídica tanda de penaltis, pero si el Real Madrid llegó hasta ahí, hasta decidir su pase a las 'semis' desde los once metros, fue gracias a él. El meta realizó 8 paradas en los 120 minutos del choque, seis de ellas desde el interior del área.
Sin duda, Lunin dejó para el recuerdo dos intervenciones de absoluto mérito. La primera, una estirada de espaldas, rozando con los dedos un córner que iba directo a la portería. La segunda, la mejor de todas, llegó con 1-1 en el marcador, justo después del tanto del empate de De Bruyne.
Fue de nuevo el centrocampista belga, el mejor del City, que se sacó de la manga un latigazo impresionante directo a la escuadra. Era gol o gol, pero ahí apareció la figura de Lunin. El portero blanco voló y logró desviar el cuero con la yema de los dedos. Fue una intervención antológica.
Pero Lunin no se dedicó únicamente a parar. Mostró una seguridad que recordó a Thibaut Courtois. Mostró mucha personalidad en todo momento, fue muy fiable en todos los balones aéreos y también estuvo correcto con el balón en los pies para la salida de balón de los suyos.
Héroe en la tanda
Daniele Orsato pitó el final del tiempo extra y la eliminatoria se vio abocada a decidirse a la tanda de penaltis. Lo primero que hizo Lunin fue alejarse de sus compañeros y acudir al encuentro con Luis Llopis y Kepa para hablar sobre los posibles lanzadores del Manchester City.
Lunin no tembló en ningún momento. No importó la presión del Etihad ni que Julián Álvarez le engañase en el primer lanzamiento de la tanda. Tampoco que Luka Modric fallase el primer penalti del Madrid y que sobre sus hombros recayera una presión extrema.
Fue ahí donde Lunin se agigantó, si es que era posible hacerlo más. Miró a la cara a Bernardo Silva y le leyó las intenciones. Pocos porteros se quedan clavados en el medio, pero él lo hizo y detuvo la pena máxima a Bernardo Silva. El aficionado madridista respiró tranquilo y comenzó a crecerse viendo a un portero que hacía pequeños a todos sus rivales.
Le tocaba el turno a Jude Bellingham. El británico, totalmente fundido, tampoco falló y mandó el balón a la jaula. El Real Madrid empataba la tanda de penaltis y la presión ahora no era únicamente para el equipo blanco.
Si Lunin fue héroe en el penalti de Bernardo Silva, ascendió a leyenda en el lanzado posteriormente por Kovacic. El portero ucraniano se lanzó a su derecha acertando el lado elegido por el exjugador del Madrid. Fue un disparo bajo y que Lunin paró con seguridad. Contó con la colaboración de Rudiger, que le indicó donde iba a tirar el penalti el bueno de Kovacic.
No lo celebró. Frío como el hielo. Daba igual que estuviera llevando al Real Madrid hacia su decimosegunda semifinal de Champions en los últimos catorce años. Además, todavía quedaba mucho por hacer.
La tanda siguió. Lucas Vázquez no perdonó y puso en ventaja al Real Madrid. Fue el segundo penalti de su carrera, el primero en la final de Milán siempre será recordado, y volvió a demostrar una gran serenidad. Ancelotti le preguntó si quería tirar. Como para decir que no. A Lucas le sobra personalidad.
Era el turno de Foden. La estrella inglesa del City no brilló, pero demostró su calidad y templanza en la tanda de penaltis. Engañó a Lunin con un buen disparo y volvió a trasladar la presión al equipo de Ancelotti.
Le tocaba a Nacho. El capitán del Real Madrid, que hizo un partido más que notable barriendo y despejando todo aquello que llegaba a su área, no perdonó y engañó a Ederson con un lanzamiento sobresaliente. No fallaba el Madrid y el City comenzaba a perder sus últimas balas.
Para sorpresa de todos fue Ederson quien asumió toda la responsabilidad. El portero 'citizen' debía marcar si quería que su equipo siguiera con vida. Un error les eliminaba de la Champions. Y estuvo muy cerca de hacerlo. Lunin estuvo muy cerca de detenerlo, pero el cuero le pasó por debajo de las manos.
Le tocaba a Rudiger. Si marcaba, el Madrid estaba en semis. Y lo hizo. Un disparo ajustadísimo que llegó incluso a tocar la cepa del poste, pero que acabó entrando al fondo de la red. Llegó el éxtasis blanco, los de Ancelotti habían consumado la proeza y estaban, una vez más, en la antesala de la final de la Champions.
El Real Madrid se sobrepuso a todo. Y lo hizo con Lunin como máxima estrella. Ahora toca el Bayern de Múnich, un equipo desahuciado en la Bundesliga, pero que puede dar la sorpresa. Lunin le ha ganado la batalla a Haaland y su próxima presa puede ser Harry Kane. Lo sabremos en unas pocas semanas.