El Real Madrid y el Manchester City ofrecieron un espectáculo al mundo entero propio de lo que son, dos de los mejores equipos del planeta. Un choque lleno de emoción, golazos, remontadas y de idas y venidas que acabó en tablas y dejando todo abierto para la vuelta del Etihad.
Ancelotti puso todo su arsenal sobre el césped del Santiago Bernabéu y su equipo dejó varios puntos para ser optimistas de cara al choque del próximo miércoles en Manchester. Aunque también tienen asignaturas pendientes.
El conjunto blanco mandó en el primer tiempo y sufrió más en el segundo. Unos primeros cuarenta y cinco minutos llenos de intensidad y en los que pudieron marcar más de dos goles y un último tramo de choque en el que acusaron el cansancio y resurgieron con el golazo de Fede Valverde.
En líneas generales, una actuación más que notable en la que brillaron Vinicius y Rodrygo y en el que Antonio Rüdiger volvió a ser la bestia negra de Haaland. El noruego apenas tuvo peso en el partido y suma un encuentro más sin marcarle al Real Madrid.
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Vinicius y Rodrygo, una pesadilla
Sin duda, el Real Madrid desarboló al Manchester City en la primera parte gracias a la actuación de Vinicius y Rodrygo. Los brasileños se juntaron en el perfil izquierdo y volvieron loco a un Akanji que sufrió una barbaridad.
Fue un gran acierto táctico de Carlo Ancelotti. El italiano dejó a Vinicius algo más centrado y entre líneas, provocando el desorden de los jugadores del City a la hora de ir a por la marca. Mientras tanto, Rodrygo se acostó al perfil izquierdo, lugar donde es más peligroso, y fue un cuchillo afilado que no dejó de atacar el espacio.
Entre los dos generaron prácticamente todas las acciones de peligro del Madrid en la primera parte. Se entendieron a la perfección, casi con telepatía, y trenzaron acciones de mucho peligro. Así llegó el segundo gol de los blancos, un pase al espacio de Vinicius y una conducción vertical de Rodrygo que acabó con un disparo al fondo de la red.
Ambos entendieron muy bien las debilidades del Manchester City en la banda derecha por la ausencia de Walker e hicieron de las suyas. Quizá le faltó algo más de acierto a Vini en los metros finales. Si llega a estar mejor en el último toque, quizá el resultado hubiera sido mayor al término de los primeros cuarenta y cinco minutos.
Haaland, anulado
Si la labor de los extremos brasileños fue clave en el juego ofensivo del Madrid, la actuación defensiva también tuvo mucho peso en el resultado final. Fueron tres goles encajados, sí, pero ninguno de ellos fue culpa de la zaga blanca.
Rüdiger volvió a ser el jerarca absoluto de la retaguardia madridista. Secó a Haaland, lo minimizó al máximo hasta hacerle parecer un delantero mundano. Y no lo es. El noruego ya ha demostrado con creces ser el mejor delantero centro del planeta, pero Rüdiger está siendo su bestia negra. Lo fue el año pasado y esta vez volvió a ser su peor pesadilla.
Fue una gran labor defensiva del Real Madrid que también supo protegerse con el esférico, especialmente en la primera mitad. Ahí, quien si no, Toni Kroos fue la brújula. El centrocampista alemán, que parece vivir una segunda juventud, movió al equipo de lado a lado y 'desesperó' por momentos a los de Guardiola. En la segunda mitad los ingleses ganaron terreno y dominaron en la zona central, a diferencia de los de Ancelotti que generaron peligro en los costados.
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Desgaste físico
La gran primera parte del Real Madrid fue fruto en gran medida por el derroche físico de los de Ancelotti. No dejaron de presionar y salieron al contragolpe en cualquier robo de balón. Imprimieron un ritmo altísimo de juego y eso privó al City de ser absoluto dominador.
Sin embargo, esto perjudicó a los hombres de Ancelotti tras el descanso. El City se hizo dueño y señor del balón y el Real Madrid dejó de llegar a las presiones con tanta facilidad. El equipo se partió poco a poco y los citizens encontraron ahí todas las ventajas.
De hecho, los dos goles de los mancunianos en la segunda mitad fueron fruto del cansancio del Real Madrid. Dos golazos, sí, pero dos acciones en las que los defensores blancos no llegaron a tiempo para tapar sendos remates.
En el tanto de Foden, nadie llegó para obstaculizarle. El inglés se plantó sólo en la frontal, los siempre dañinos pasillos inferiores de los de Guardiola, hizo un control orientado y disparó sin oposición a la escuadra de Lunin. En el tanto de Gvardiol fue Kroos quien no tapó a tiempo el remate del croata. Llegó un pelín tarde y no incomodó lo suficiente al defensor del City.
Lejos de su mejor nivel
Quienes no tuvieron su mejor noche fueron Lunin y Bellingham. Ambos venían siendo de lo mejor del equipo este curso, pero ante el Manchester City no lograron sacar su mejor versión.
Lunin falló con estrépito en la primera acción del partido. Colocó mal la barrera y no estuvo fino a la hora de detener el disparo de Bernardo Silva que acabó suponiendo el primer gol del partido. Sin embargo, no se vino abajo y creció a partir de ese momento. Le sacó una buena mano a Haaland tres minutos después y en el resto del choque mostró la seguridad que le ha hecho ser el portero titular esta temporada.
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En el caso de Bellingham, apenas tuvo peso en el partido. El inglés no se dejó ver demasiado y estuvo lejos de su mejor versión. Voluntarioso en los esfuerzos y tuvo una acción para marcar gol, pero no lideró a los suyos como viene acostumbrando durante todo el curso.
En definitiva, luces y sombras del Real Madrid sobre las que Ancelotti sacará sus conclusiones. Seguro que el técnico italiano toma nota de cara al duelo del próximo miércoles en el Etihad.