El Real Madrid y el Manchester City se vuelven a enfrentar en la Champions League. Hoy se disputa en el Santiago Bernabéu (21:00 horas) la ida de los cuartos de final, con el recuerdo todavía muy fresco de lo que ocurrió la pasada temporada en la ronda de semifinales. Pep Guardiola vuelve a desafiar a Carlo Ancelotti.

El City, vigente campeón de Europa, regresa al Santiago Bernabéu. Hace dos años sufrió una dolorosa remontada que le dejó sin final y el año pasado sacó un valioso empate (1-1) seguido de una abultada victoria en el Etihad Stadium. Pero la sensación es que los ingleses no llegan al partido tan bien como en 2023.

Pep Guardiola sorprende con la alineación del Manchester City. La gran novedad está en la suplencia de Kevin de Bruyne, uno de los mejores jugadores que tienen los ingleses. Gvardiol, que estaba en duda, sí que llega a tiempo para este encuentro y ejercerá en el lateral izquierdo.

Alineación del Manchester City.

Las bajas también condicionan en cierta medida el once del City. En portería estará Stefan Ortega, toda vez que Ederson tampoco llega a tiempo para este choque.

En defensa es donde más problemas puede tener Guardiola. Son bajas confirmadas Kyle Walker, el 'antídoto' de Vinicius, y el neerlandés Nathan Aké. Akanji ocupará el puesto de lateral derecho, mientras que en la banda contraria estará el mencionado Gvardiol. En el centro de la zaga, Ruben Dias y Stones serán los que intentarán aplacar los ataques del Real Madrid.

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En el centro del campo, Rodri ejercerá de ancla y estará acompañado del exmadridista Kovacic. Unos metros más adelantados estarán Foden, Bernardo Silva y Grealish, una línea de media punta en la que no estará sin embargo Kevin de Bruyne. 

En ataque, la referencia es obvia: Erling Haaland. El delantero noruego no marcó gol en la eliminatoria del año pasado, siendo 'secado' por Rüdiger en la ida. Julián Álvarez esperará su turno en el banquillo.

El plan del City para esta eliminatoria puede ser muy parecido al del año pasado. En el Bernabéu se dedicó a contener más el balón y a tratar que el partido no se descontrolara ante la potencia de jugadores como Vinicius. En la vuelta, en casa, el equipo inglés supo abrasar al combinado blanco, que apenas pudo cruzar el medio campo.