Brilló Rodrygo, encandiló una vez más esta temporada Bellingham, se estrenó en Champions como goleador Joselu... Pero si hay que destacar un nombre propio del partido que jugó el Real Madrid contra el Nápoles en la máxima competición continental ese es el de Nico Paz.
Este chaval de tan sólo 19 años se doctoró ante decenas de miles de aficionados en el Santiago Bernabéu y cumplió ese sueño que tantas veces habrá imaginado desde que llegó a La Fábrica, el de marcar en el templo blanco. Con su golazo, ese que sirvió para encauzar la victoria ante el Nápoles, se convirtió en el protagonista inesperado de un partido que tenía millones de ojos observando a lo largo y ancho de todo el mundo.
Es una de las nuevas perlas de la cantera del Real Madrid. Hace tiempo que los responsables de la base conocen perfectamente las aptitudes que tiene este centrocampista para el fútbol, y por supuesto eso tampoco ha pasado desapercibido para Carlo Ancelotti.
El técnico italiano, que no se caracteriza precisamente por regalar así como así minutos a cualquiera, le ha incluido en sus planes de manera más o menos asidua durante los últimos tiempos. De hecho, el de este miércoles era ya su cuarto partido con el primer equipo en lo que va de temporada, algo que viene a confirmar que está en el radar de Ancelotti.
Su crecimiento parece imparable y con 19 años todavía tiene un gran margen de mejora por delante. El golazo que marcó ante el Nápoles ya le ha hecho saltar al primer plano y su nombre resuena con más fuerza que nunca, pero en el Real Madrid saben que tendrán que seguir cuidando y formando a esta joven joya para que su fútbol siga subiendo de nivel.
De familia futbolera
Nico Paz lleva el fútbol en el ADN, y esto no es un decir. Su padre, Pablo Paz, fue futbolista profesional y de hecho jugó durante muchos años en España. En Tenerife, donde militó durante seis temporadas, guardan un grato recuerdo de él porque se hizo un hueco en el equipo y se convirtió en una pieza fundamental de la defensa.
También jugó en Argentina, y en España hizo carrera en el Real Valladolid antes de ir bajando de nivel en los últimos años de su trayectoria deportiva. Un zaguero contundente que pone la mitad de la sangre argentina en su hijo, Nico Paz.
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Quizás le hubiera gustado al exfutbolista que su pequeño siguiera sus pasos como defensa, pero el juego de Nico es muy diferente al de su padre. El joven de 19 años se desenvuelve a la perfección en la zona del centro del campo, aunque en ocasiones ha llegado a jugar acostado a la banda para aprovechar su facilidad de meterse hacia la zona central.
Un chico muy liviano cuando llegó a La Fábrica con 13 años procedente del Tenerife, poco a poco se ha ido haciendo mucho más fuerte para adaptarse a las exigencias propias de cada categoría. Eso sí, su zurda nunca pasó desapercibida y sus potentes lanzamientos comenzaron a causar sensación desde muy pronto. Precisamente así llegó su gol contra el Nápoles, con un zurdazo lejano.
Aterrizó en Madrid en 2016 para jugar en el Infantil B, y desde entonces su crecimiento en la base del conjunto blanco ha sido imparable. Sus buenas actuaciones en el Juvenil B llamaron la atención de Raúl González, que le hizo debutar con el Real Madrid Castilla en enero de 2022.
Esta temporada dio un paso más, el máximo que puede llegar a dar dentro de la disciplina del Real Madrid. Carlo Ancelotti le metió en la convocatoria para el partido de Champions League ante el Sporting de Braga en el Santiago Bernabéu y aquel día, el 8 de noviembre, pudo disputar sus primeros 14 minutos con el primer equipo. Todo un sueño que ahora se ve colmado con el golazo ante el Nápoles.
Un momento mágico
"Estoy flipando, la verdad". Así de sincero, con la espontaneidad de un chico de 19 años que acababa de meter su primer gol en la Champions League con el Real Madrid, se mostró Nico Paz al terminar el partido contra el Nápoles. Estaba radiante y sus ojos desprendían la ilusión propia de alguien que sabe que está viviendo el momento más mágico de su corta carrera deportiva.
26 minutos le dio Carlo Ancelotti al centrocampista. No fueron minutos de la basura, ni mucho menos, porque el partido marchaba igualado y el Real Madrid todavía quería cerrar una victoria que se le resistía. Sin embargo, el técnico italiano decidió quitar a Brahim, con unas molestias físicas, y aportar por la juventud de Nico Paz para buscar un revulsivo.
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El centrocampista lo dio todo en la casi media hora que estuvo sobre el terreno de juego. Bregó, corrió como el que más y trabajó en defensa en cada ocasión que el Nápoles intentó lanzar contraataques. Con balón, Nico fue protagonista, no se arrugó y pidió el balón en numerosas ocasiones.
De hecho, fue un paso más allá y en el minuto 84 llegó el momento crítico del partido. Encerrado por varios rivales, Paz hizo un quiebro para salir de la presión de los futbolistas del Nápoles. Tenía terreno despejado por delante así que no lo pensó dos veces, avanzó un poco más, armó su pierna izquierda y soltó un latigazo potente buscando la portería contraria.
El lanzamiento llevaba veneno para Meret, el portero del Nápoles, porque el balón botó justo delante de él y eso siempre complica a los cancerberos. El guardameta llegó a tocar con las manos pero el esférico acabó besando la red y entonces se desataron miles de emociones en el cuerpo de Nico Paz.
Celebró por todo lo alto su primer gol con los 'mayores' del Real Madrid y recibió la felicitación de Bellingham, Rodrygo y compañía. Era él quien acababa de desequilibrar el partido de Champions League en el Santiago Bernabéu con un golazo. Era, sin duda, el momento más especial de su vida deportiva.