La noche a olvidar del Real Madrid en Mánchester puso en valor un hecho casi irrefutable: el equipo blanco tiene al mejor portero del mundo. Thibaut Courtois fue lo único salvable del lado de los de Ancelotti en la goleada del City y su partidazo gana más valor al conocer que, además, jugó lesionado.
MARCA desveló tras el partido que Courtois tenía una pequeña rotura en el tríceps que sufrió durante el enfrentamiento contra el Getafe del pasado sábado. El portero belga, sin embargo, nunca fue duda para la visita al Etihad Stadium. Iba a forzar como fuera y así fue. Jugó con dolor los 90 minutos y evitó que el City ganara con un resultado todavía más abultado.
Sus 'milagros' bajo palos contrastaban con la lógica preocupación que había en el banquillo del Real Madrid. Se estaba corriendo el riesgo de que Courtois se rompiera del todo en algunas de sus acciones, pero el meta aguantó. Y el que más le sufrió fue Erling Haaland, la estrella del City que se fue sin hacerle un gol al equipo blanco por culpa de una actuación antológica de Thibaut empañada por un resultado para el olvido.
[Por qué el Real Madrid fue arrollado por un City que cumplió el plan perfecto de Pep Guardiola]
Los tres 'milagros'
El Madrid sabía que el City iba a salir en estampida desde el principio. Había que aguantar el envite inicial, misión bastante complicada. A los 13 minutos llegó el primer aviso. Haaland remató de cabeza a dos palmos de la portería del Real Madrid y Courtois puso el cuerpo para evitar que el balón entrara en ella.
El centro al noruego lo puso Grealish y el '9' del City remató a bocajarro. El cabezazo pudo ser mejor, pero por la poca distancia que había con la portería era una ocasión potencialmente de gol. Courtois la paró como pudo y luego Alaba despejó. El Madrid resoplaba.
Solo nueve minutos más tarde, en el 22', Courtois dobló la apuesta y mejoró su milagro de antes. Otra vez Haaland, otra vez de cabeza. Esta vez en una acción mucho más complicada, puesto que el noruego cruzó el balón y a Thibaut le pilló a contrapie. Pero el belga se estiró lo máximo que pudo y con la mano desvió el esférico por fuera del palo.
La parada es histórica. Por la forma en la que Courtois se alargó debajo del larguero, por el rival del que salía disparada esa pelota y por el contexto de un partido que se tornaba en pesadilla para el Madrid poco a poco. Thibaut daba esperanzas y mantenía un 0-0 que, con otro portero, era impensable.
Sin embargo, el asedio del City continuó. Bernardo Silva sí metió las dos que tuvo y puso al City con una ventaja de 2-0 antes del descanso. Tras la primera mitad, había que ver cómo estaba el tríceps de Courtois, pero bajo ninguna circunstancia iba a dejar tirado al equipo.
El Madrid estaba obligado a marcar para meterse en el partido y lo rozó con una falta lejana lanzada por Alaba. La superioridad seguía siendo del City, pero entre Guardiola y los jugadores locales aparecían aquellos fantasmas de la remontada blanca del año pasado. Courtois, además, se empañaba en dar vidas extras, igual que en las pasadas seis en el Bernabéu con aquel pie milagroso que sacó a Grealish.
Esta vez fue con el muslo. A punto de llegar al 75' de partido, con el 2-0, Haaland se quedó mano a mano con Courtois. Le cayó en la derecha, eso sí, pero en un delantero así no te esperas que falle con su pierna 'mala' en una ocasión como esta. Lo que ocurrió fue otra de esas maravillas del portero del Real Madrid.
Courtois, con la parte superior de su pierna derecha, aplacó la pelota y esta salió desviada hasta tocar en el larguero. El belga evitó el 3-0 y dio un último aliento a su equipo, mientras Guardiola se llevaba las manos a la cabeza. Pero ningún milagro iba a salvar al Madrid de lo de ayer y un desafortunado tanto en propia de Militao y otro de Julián Álvarez cerraron la goleada en un día en el que Courtois, aun lesionado, se vistió de santo.