Se ha vuelto costumbre y se repite casi en cada campo de España. Hay barra libre contra Vinicius. El brasileño del Real Madrid se volvió a ver enfrascado en una guerra contra futbolistas y aficionados rivales, esta vez en Vallecas. Lograron sacarle del partido, pese a que Ancelotti pedía calma a su jugador, y los infractores quedaron impunes.
Martínez Munuera también desesperó a Vinicius. El delantero del Madrid protestaba y el colegiado hacía oídos sordos. Solo pitó falta cuando Ivan Balliu le dio con los dos brazos en la cabeza y no castigó la jugada en la que Isi Palazón, pegado a la banda, mandó al brasileño de un empujón más allá de la línea de cal.
Vinicius sigue en el foco, perseguido por los rivales y señalado por los árbitros. Ayer le sacaron amarilla antes de cumplirse el primer cuarto de hora de partido, mientras que Balliu -su pareja de baile ante el Rayo- no la vio hasta llegado el minuto 87. El resultado fue una noche de pesadilla para el brasileño y una derrota para el Real Madrid.
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Pronto empezó la guerra de Vinicius. A los dos minutos arrancó a correr y recibió una dura entrada de Catena, castigada con amarilla. El brasileño estaba de acuerdo con la decisión del árbitro, la última y única vez que pudo hacerlo. Balliu e Isi, sus compañeros de banda, le harían la vida imposible.
En el minuto 27 llegó la agresión de Balliu. Dos golpes entre la sien y la nuca que no fueron reconocidos por Martínez Munuera ni el VAR como una acción antideportiva. El jugador rayista ni siquiera recibió amonestación en ese momento.
En declaraciones a Radio MARCA, el protagonista habló de la acción con Vinicius: "Sí que es verdad que le doy, le rozo un poquito la oreja y él también exagera. Yo intento frenarme y sí que me freno un poco con su oreja o su cabeza, pero sin intención de darle ni con violencia, que recibí mensajes diciéndome de todo, pero nada como pedir roja ni nada de eso".
Más grave aún fue lo que Balliu dijo después. El jugador del Rayo reconoció en la radio que usó "truquitos" para tratar de amedrentar a Vinicius: "A jugadores así es difícil pararlos, había que buscar esos truquitos o ese otro fútbol. Intentaba ir fuerte, marcar territorio y que él también tuviera en la cabeza que hace unas horas había salido la lista de Brasil... y salió todo bien".
El empujón de Isi provocó de nuevo las quejas de Vinicius, quien se enfadaba al ver cómo el colegiado se dirigía a Ancelotti para avisarle de que las protestas de su jugador podían costarle la expulsión. El italiano trataba de calmar al delantero soltándole un "vamos a jugar".
Pero no le dejaron a Vinicius, hasta el punto de querer ser humillado por un aficionado que desde la grada le lanzaba a propósito el balón contra el cuerpo. Ancelotti habló así del partido de su estrella en rueda de prensa: "Siempre tiene marcas especiales, no sólo hoy. Hoy no ha tenido el nivel de otras veces. Ha sido un partido difícil para él y para todos. Ha tenido problemas", dijo.
Vinicius no tuvo su partido y así lo muestran sus estadísticas. Solo 33 toques de balón, apenas 11 pases acertados (de 13 intentados), ningún disparo a puerta y 11 pérdidas. Eso sí, recibió 7 faltas. Nadie en La Liga recibe tantas como él: ha sufrido 44 temporadas, a una media de 3.38 por partido y una cada 25,9 minutos.
Lo de Vallecas entra en la lista de perjuicios que lleva sufridos Vinicius desde que llegó a España, empezando por el mordisco que recibió en sus primeros meses durante un derbi contra el filial del Atleti en Segunda B. Las ganas de 'cazar' al brasileño crecen al mismo ritmo que su fútbol.