La Superliga consolida su apuesta para 2024: torneo abierto, diálogo con UEFA y una nueva estructura
El fallo definitivo del TJUE se espera en 2023 y la nueva competición se iniciaría un año después. Los equipos se clasificarían por méritos deportivos.
20 octubre, 2022 02:15La Superliga Europea continúa reforzando su proyecto de cara al futuro y de una nueva competición que espera estar lista para la temporada 2024/2025. El juicio contra el monopolio de la UEFA está visto para sentencia y el fallo definitivo del Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea llegará en 2023, aunque antes existirá una primera recomendación del abogado general el 15 de diciembre de este año.
Este miércoles se anunció el fichaje del nuevo CEO de A22 Sports Management, la empresa que se encargará del desarrollo de la competición. Bernd Reichart, que ocupó el puesto de director general de la RTL alemana, llega para trazar las líneas maestras de la nueva competición y planificar su lanzamiento.
El nuevo CEO desveló en Financial Times que la nueva Superliga tendrá un "formato abierto". Es decir, la clasificación para la competición será a través de los méritos deportivos. Reichart, además, aseguró que "la membresía permanente está fuera de la mesa".
Otro punto a tener en cuenta es que la Superliga tiende la mano a Aleksander Ceferin y expresa su deseo de mantener un "diálogo abierto" con todos los actores, incluyendo la UEFA y, sobre todo, los aficionados. De esta manera, se pasa el balón al tejado del presidente del máximo organismo del fútbol europeo tras sus continuos ataques a los presidentes de Real Madrid, Barcelona y Juventus.
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A pesar de que solo estos tres equipos continúan públicamente en la lucha, en la ELS, sociedad creada originalmente, siguen estando los 12 que firmaron su constitución. Ahora mismo tanto la Superliga como la UEFA están esperando el fallo del TJUE que, en caso de ser favorables a los clubes, obligará a Ceferin a sentarse a negociar.
Competición abierta
La nueva Superliga, tal y como ha confesado su CEO, será ya una competición abierta e intentará captar más adeptos a través del diálogo para modernizar el fútbol y la máxima competición europea. Bajo la idea de que existan más partidos entre los grandes clubes y que estos sean más atractivos para los aficionados, la Superliga intentará evitar la fuga de fans a otros deportes o a diversas plataformas de entretenimiento.
Se busca un nuevo modelo deportivo sostenible en el que todos los años haya un Real Madrid - Liverpool o un Barcelona - Bayern si estos equipos logran la clasificación. Es decir, un todos contra todos que aumente el número de encuentros importantes y que genere más ingresos en taquilla y televisión para los clubes.
La UEFA, a su vez, presentó este año un nuevo proyecto también para la 2024/2025 que no conquistó ni a los grandes clubes ni a los fans. Una liguilla por el sistema suizo muy difícil de comprender y de explicar y que no cautivó a nadie. Ocho jornadas, una clasificación conjunta y 36 equipos en vez de los 32 actuales. Un intento de remodelación que se queda a mitad de camino, es lioso y que no acaba con los problemas de la competición.
Diálogo y fallo del TJUE
Hasta el momento, la UEFA, las ligas nacionales y la ECA (la Asociación de Clubes Europeos que preside ahora el máximo dirigente del PSG, Nasser Al-Khelaïfi) han mostrado su oposición frontal a la Superliga, a pesar de que esta última siempre ha estado abierta al diálogo.
Sin embargo, todo puede cambiar cuando los 15 jueces del TJUE se pronuncien sobre el monopolio de la UEFA en las competiciones profesionales de fútbol. Los precedentes en otros deportes y disciplinas dan la suficiente jurisprudencia como para que la Superliga gane la batalla legal. El próximo 15 de diciembre el abogado general de la TJUE dará su recomendación, aunque esta no será vinculante sí será tenida en cuenta por los magistrados.
Esta nueva Superliga abierta comenzará ahora un proceso de diálogo con todos los actores del fútbol (UEFA, jugadores, gobiernos y fans) para tratar el modelo de competición. Eso sí, la meritocracia será un punto clave y ya no habrá miembros permanentes en la competición. Cualquier equipo podrá acceder a la Superliga por sus méritos deportivos de la temporada anterior en su liga nacional.