Las nuevas caras del Real Madrid hacen alucinar a todo el mundo en Valdebebas. Antonio Rüdiger y Aurélien Tchouaméni ya están a las órdenes de Carlo Ancelotti. Este domingo han reventado a sus compañeros en las últimas pruebas antes de viajar a Estados Unidos. Las ganas que están demostrando estos jugadores en las primeras sesiones de entrenamientos con el club merengue hacen las delicias del cuerpo técnico. Han superado las expectativas.
El fichaje de Rüdiger a sus 29 años por el Real Madrid ha despertado una postura generalizada en el mundo del fútbol: otro golpe encima de la mesa de Florentino Pérez. El conjunto blanco se hizo con uno de los mejores defensas de toda Europa a coste cero y lo va a unir a la mejor pareja de centrales del mundo: Militao y Alaba. De esta forma, tendrá un ejército defensivo que será casi inexpugnable.
No se queda atrás Tchouameni. Ancelotti y Antonio Pintus están sacando el máximo al joven futbolista que destacaba por su capacidad atlética. El excentrocampista del AS Monaco se convirtió en la gran atracción de los últimos meses en el fútbol europeo y ahora tendrá que demostrarlo en el Real Madrid. Aurélien vivió su explosión este año con una gran temporada sorprendiendo por su desempeño como jugador y también por su capacidad para liderar.
Ya lo decía James Bunce, director de rendimiento del club monegasco. "Si tomamos el ejemplo de Tchouaméni: cuando comenzamos a hacer más, comenzó a hacer más preguntas. Si el Real Madrid ha gastado mucho dinero es porque confían, y nosotros también, en que Aurélien puede desarrollar un nivel físico desde el primer momento", sentenció hace unas semanas. Ahora, los trabajadores del equipo merengue lo están comprobando. No se equivocaron en este sentido con su fichaje.
Si el estilo de juego de Rüdiger está marcado por su velocidad, no cabe duda viéndole estos días por los campos en Valdebebas. La temporada pasada fue el jugador más rápido de toda la Premier League al marcar una punta de 36,7 kilómetros por hora. No han querido poner un radar en la Ciudad Real Madrid por si acaso salta. Son registros más propios de un jugador de otra posición, a la altura de los extremos y laterales más fugaces del planeta.
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Los fichajes de Antonio Rüdiger y Aurélien Tchouaméni solventan los agujeros que se veían en la plantilla blanca. El Madrid, como el año pasado con David Alaba y Eduardo Camavinga, se refuerza bien con solo un par de movimientos. Ahora, los merengues podrán jugar de diferentes formas y se espera que Ancelotti termine por abandonar la rigidez en su pizarra con estos nombres. Las dos caras nuevas amplían el abanico del técnico italiano.
La tendencia del fútbol está clara y el club blanco lleva tiempo fichando a conciencia por lo que exige la competición actual. Sin dejar de lado la técnica, que las llegadas cumplan con ciertos parámetros físicos se ha vuelto una condición obligatoria. Los cuatro fichajes de este y el verano anterior son la demostración de ello, pero también Mendy o Militao e incluso Vinicius y Rodrygo.