El Real Madrid puede hacerse una idea de la temporada que le espera. Bajo su condición de campeón de la Champions League y de La Liga, la exigencia se multiplicará. Principalmente, por el número de competiciones que jugará, y con el condicionante de ser una temporada atípica por contar con un Mundial a mitad de ella. El esfuerzo se multiplica y el foco se pone en la plantilla.
La pretemporada arrancará el 8 de julio y al mes, prácticamente, llegará el primer partido oficial: la Supercopa de Europa contra el Eintracht Frankfurt, en Helsinki. Antes, como mínimo, jugará tres amistosos en Estados Unidos contra el FC Barcelona, la Juventus y el América. El equipo blanco tendrá algún partido más de preparación.
La Supercopa (10 de agosto) dará el pistoletazo de salida y solo unos días después arrancará La Liga. El domingo 14, probablemente, le tocará visitar al Almería en la jornada 1. Las dos siguientes, contra Celta y Espanyol, también serán fuera de casa. La Champions empezará entre el 6 y el 7 de septiembre y más adelante vendrán la Supercopa de España, la Copa del Rey y un Mundial de Clubes que es una incógnita.
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Será un no parar continuo, a excepción del parón de Liga entre el miércoles 10 de noviembre y el jueves 29 de diciembre por la disputa del Mundial. Para los internacionales que acudan a la cita, claro está, no habrá descanso durante ese mes y medio. Eso obliga al Real Madrid a contar con una plantilla a la altura, que quiere decir con el suficiente fondo de armario.
El Real Madrid contó el año pasado con una plantilla de 25 futbolistas. Un buen número que, sin embargo, se ve drásticamente reducido restando a los que menos jugaron. Hasta nueve futbolistas de Ancelotti disputaron menos de 1.000 minutos el curso pasado: Lunin, Vallejo, Marcelo, Ceballos, Isco, Jovic, Hazard, Mariano y Bale. Unos saldrán (o ya han salido) y su hueco ha de ser ocupado por gente que vaya a contar de verdad.
Los fichajes de Antonio Rüdiger y Aurélien Tchouaméni ya dan un salto significativo a la plantilla del Real Madrid. El equipo blanco se ha reforzado con dos futbolistas de máximo nivel que aumentan la profundidad del vestuario y la competitividad en el once titular. No se esperan más incorporaciones como las suyas, pero la plantilla sí tendrá más cambios.
Hueco para los cedidos
En la rotación del Madrid pueden entrar varios de los jugadores que regresan este verano de cesión. Son Borja Mayoral y Álvaro Odriozola, puesto que Take Kubo y Reinier no caben por su condición de extracomunitarios y Brahim Díaz tiene otro año más de cesión en el Milan.
El Madrid podría quedarse con Mayoral y Odriozola, aunque ambos volverán a tener ofertas este verano. El canterano puede ser el '9' que sirva de sustituto de Benzema -Jovic se irá probablemente-, mientras que el donostiarra perfilaría un carril derecho que cuenta con Dani Carvajal y un Lucas Vázquez reconvertido, pero que también se puede emplear en la zona ofensiva del campo.
En esta estrategia de dar más profundidad al equipo, el Madrid tampoco se olvida de la cantera. En el Castilla hay una generación interesante, que va desde Miguel Gutiérrez hasta Antonio Blanco pasando por Sergio Arribas o Peter Federico. Es probable que la mayoría de ellos salgan cedidos en busca de minutos de calidad en Primera y Segunda División (igual que los centrales Rafa Marín y Mario Gila), pero el que se quede puede tener hueco en un año cargado de partidos.
En el último apartado está la puerta que se puede abrir a más fichajes. El verano es muy largo y no se descarta nada. Lo que moverá más o menos el papeleo en las oficinas blancas serán las salidas. El caso más claro es el de Marco Asensio, cuya salida se va viendo cada más segura y haría falta un recambio. Ahí podría aparecer alguien como Serge Gnabry para perfilar la plantilla. No se descarta nada.