El Liverpool es una máquina perfectamente engranada en un aspecto de su juego tan determinante como las jugadas a balón parado. El equipo de Jürgen Klopp, potenciado por su cuerpo técnico, llega a la final de la Champions League amenazando al Real Madrid con su capacidad para hacer goles de esta manera, algo que les hace partir como favoritos en una teórica tanda de penaltis. Han disputado tres este año que les han hecho ganar dos títulos hasta la fecha.
La FA Cup y la Carabao Cup acabaron con el mismo final: el Liverpool superando al Chelsea desde los 11 metros. La primera, que se disputó hace unas semanas, coronó a los de Klopp con un solo fallo en toda la tanda y una parada de Alisson. La segunda se disputó en febrero y fue toda una agonía: tras 11 penaltis, el portero suplente Caoimhín Kelleher anotó el definitivo. Pero todo este acierto de la plantilla del equipo Red tiene un secreto y un trabajo detrás.
Los merengues tendrán que enfrentarse a la selección de jugadores que hace la neurociencia para ejecutar los penaltis. Neuro11 colabora con el Liverpool para sacar el mejor rendimiento de sus futbolistas en las jugadas a balón parado y en las tandas desde los 11 metros. Si hay una infracción en el área a su favor durante el choque, será un Mohamed Salah motivado el encargado de ejecutar desde el punto fatídico. El egipcio ha estado afortunado durante la temporada, pero tiene la presión del fallo en la tanda que dejó a Egipto fuera del Mundial de Qatar 2022.
La neurociencia
Fue tras vencer al Chelsea en la Carabao Cup cuando Klopp desveló el secreto de la neurociencia. Tan bueno fue el resultado que hasta el portero suplente, Kelleher, marcó. También hay que recalcar que el conjunto inglés tiene muy buenos lanzadores. En la tanda de la final lanzaron James Milner, Trent Alexander-Arnold, Mo Salah y Andy Robertson. Los jugadores iban con tal confianza que Virgil van Dijk lanzó al mismo lado en el que se había colocado Kepa Arrizabalaga.
Los fundadores de neuro11, el Dr. Niklas Häusler y Patrick Häntschke, excanterano del Energie Cottbus seguramente estén también en París este fin de semana. Su trabajo ha pasado por registrar todos los datos neurocientíficos con una especie de auriculares con electrodos que miden la actividad eléctrica cerebral. En definitiva, lo que buscan es saber si el jugador está totalmente concentrado en la actividad que van a hacer.
La diferencia la marca la neurociencia, pero también el trabajo con las jugadas a balón parado del asistente de Klopp, Peter Krawietz. 'El Ojo', así es como le conocen, es responsable de elaborar sesiones individuales, rutinas a balón parado y engranaje táctico en el Liverpool. Su trabajo minucioso es tal que cinco minutos antes del descanso, se va del banquillo y corre al vestuario para resumir en clips de vídeo (cuatro como máximo) los errores tácticos a corregir en la segunda parte.
La clave de la neurociencia está en que un jugador "podría necesitar mirar solo un punto de enfoque, como la pelota o el objetivo, con mucha intensidad", mientras que otro necesita "cambiar el punto de enfoque entre la pelota y el objetivo con frecuencia" para enviar el balón donde quiere. Parte de la decisión de apostar por Neuro11 partió de que la UEFA eliminó el valor doble de los goles fuera de casa. Pensaron en que más eliminatorias se decidirían por penaltis. Lo puede hacer la final.
Especialistas
Las tandas de penaltis que ha disputado esta temporada el Liverpool han dejado varias pistas de cómo plantean los lanzamientos. Todas han tenido un patrón principal: si Milner está sobre el campo, dispara primero. El resto de los lanzadores ya ha ido variando. Solo hay dos jugadores que han fallado: Sadio Mané en la final de la FA Cup y Takumi Minamino en los cuartos de final de la Carabao Cup ante el Leicester.
El gran especialista es Mohamed Salah. El delantero egipcio solo ha estado presente en una tanda de penaltis con el Liverpool este año, anotando el que le correspondía en la final de la Carabao Cup. Durante el año ha lanzado ocho penaltis y solo ha fallado dos: ambos los ha errado lanzando a su izquierda. Es el lado hacia el que más ha disparado, aunque tiene más precisión cuando lo dirige hacia su derecha (tres de tres).
Pero si el egipcio esperaba esta eliminatoria con ganas para vengarse de la Champions de 2018, también tiene una cuenta pendiente desde el punto de penalti. En la eliminatoria para la clasificación del Mundial de Qatar 2022 ante Senegal, lanzó el primero de la tanda de penaltis y lo falló. Seguramente tuvo que ver que le estaban apuntando mil punteros láser en su cara. Precisamente, esa ronda de lanzamientos la cerró Sadio Mané.
Fabinho es el segundo lanzador a priori. El brasileño llega tocado a esta final, pero ha anotado los tres lanzamientos desde el punto de penalti que ha realizado cuando Salah no está en el campo. Entre los otros especialistas no mencionados hasta ahora también se puede incluir a Kostas Tsimikas, el lateral zurdo que cerró la tanda de la FA Cup, Diego Jota, que hizo lo mismo ante el Leicester y Virgil Van Dijk, ya que el central no se esconde cuando toca coger la responsabilidad.
Alisson
No se puede hablar de especialistas cuando se trata de mirar a la portería del Liverpool. Si en el pasado Jerzy Dudek fue determinante para darle una Champions a los Reds, la figura de Alisson crea más dudas. El brasileño ha detenido un penalti en la única tanda que disputó (a Mason Mount), aunque hay que tener en cuenta que no le han lanzado ninguno durante los encuentros de este año. Ante el Chelsea le marcaron cinco y Azpilicueta lo mandó al palo.
Sus tendencias a la hora de lanzarse son bastante similares. Se ha lanzado hacia la derecha cuatro veces, deteniendo uno en ese lado y provocando un fallo. Cuando se tiró hacia la izquierda, le anotaron los tres. Este año no se ha quedado en el centro en ningún lanzamiento. Pensar en si cabría la posibilidad de que Klopp cambiara al guardameta no sería nada realista ya que no lo ha hecho. Ni Adrián San Miguel, ni Kelleher aseguran mejores números.
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