El Clásico del Santiago Bernabéu no se preveía el más intenso ni peleado de los últimos tiempos. El Real Madrid miraba desde su atalaya liguera a un Barcelona todavía en reconstrucción. Mientras unos venían de una remontada histórica en la Champions, otros habían sufrido en exceso en una eliminatoria contra el Galatasaray. Pero lo que nadie esperaba, ni el propio Carlo Ancelotti, es que una goleada acabara determinando un duelo entre los dos grandes completamente desnivelado para los culés.
El Real Madrid perdió 0-4. Un marcador lo suficientemente abultado como para que los aficionados se marcharan antes de tiempo y con sonido de viento del Santiago Bernabéu. Pero, más allá de la dureza de ese resultado, lo peor que quedó en el terreno de juego fueron las sensaciones. La derrota no solo fue en cuanto a puntos, sino también en un plano táctico que ya se le ha echado en cara en más de una ocasión a Carlo Ancelotti.
Un bajón anímico que llega justo antes del parón de selecciones y que sorprende por la dinámica que atravesaba el Real Madrid. El pasado 9 de marzo se cosechó una heroica remontada ante el Paris Saint-Germain en la Champions League. El equipo blanco brilló como en sus mejores noches y se postuló como serio candidato a ganar el título continental. Apenas unas semanas después, la imagen de ese equipo con galones y talento desapareció sin dejar rastro alguno en El Clásico.
El partido en el que el Real Madrid lució una conmemorativa equipación negra por sus 120 años de historia acabó de la peor manera. El blanco puro y glorioso de las noches de Champions dejó paso a un oscurantismo y depresión detonados por un revés inesperado en el camino madridista. La distancia en cuanto a puntos sigue siendo clamorosa. La distancia en el nivel anímico se estrecha.
La remontada ante el PSG
El duelo ante el Paris Saint-Germain pasó de ser un desastre a un festival del Real Madrid. En gran parte, gracias a los cambios tácticos que decidió incorporar Carlo Ancelotti en la segunda mitad. El entrenador merengue pasó de su esquema habitual en el que sufrió para frenar a Mbappé a una alineación con mayor potencial en el centro del campo.
La noche de Champions estuvo al borde de ser una catástrofe. Más todavía cuando Kylian anotó el 0-1 en el estadio merengue. Pero tras el paso por vestuarios, y después de introducir a Camavinga y Rodrygo en el terreno de juego, el guion cambió por completo. Benzema se desató y el Real Madrid le dio la vuelta a la eliminatoria en menos de media hora. Ancelotti salió reforzado y sus capacidades tácticas, eternamente cuestionadas, también.
El escenario pudo ser similar ante el FC Barcelona, pero el desenlace ni mucho menos se pareció a lo vivido ante el PSG. El entrenador merengue tenía que suplir varias bajas importantes. La principal, la de un Karim Benzema que dejaría la delantera sin referencia. La segunda, la de un Mendy cuyo aporte defensivo es vital en el Real Madrid. En ninguno de los dos casos se lograron aplacar las ausencias.
Fede Valverde entró en el once inicial. Nacho se hizo cargo del lateral izquierdo. Y Rodrygo, acompañando a Vinicius, fue el elegido para ocupar el puesto en ataque. La gran sorpresa se la llevó un Luka Modric que, aunque en un primer momento parecía estar en el centro del campo con un 4-4-2, acabó ejerciendo de falso nueve en el tridente del Real Madrid. Una apuesta de Ancelotti que tuvo relevancia, pero no por su buen rendimiento.
El italiano no tuvo reparos en asumir su responsabilidad. Se había equivocado desde el primer momento en el que intentó sorprender con la baja de Karim Benzema. Luka Modric ejerció de falso nueve. Y el Real Madrid, sin referencias en ataque, perdió por completo su posicionamiento en el terreno de juego. No hubo ni posesión, uno de los objetivos de ese cambio del croata, ni mucho menos goles.
"El planteamiento de Modric como número 10 era para intentar salir bien con el balón desde atrás. Encontrar espacios a través de la línea con Rodrygo, Valverde y Vinicius. El planteamiento no ha salido bien, no ha sido bueno. No he hecho un planteamiento bueno para intentar ganar. Han jugado mejor que nosotros, han merecido ganar. No es un problema asumir la responsabilidad porque ha sido así. No he planteado bien el partido", sentenció el entrenador en rueda de prensa.
El Madrid pasó por diferentes etapas. Desde la de ese falso nueve, a la de tener un delantero centro como Mariano. Incluso se llegó a lucir una línea de tres en defensa. El desconcierto fue tal, y los cambios de esquema tan consecutivos, que el equipo merengue nunca encontró su lugar ni su esencia.
Xavi, reforzado
El Barcelona fue el claro vencedor de la noche. Xavi Hernández se marchó orgulloso del Santiago Bernabéu y los aficionados azulgranas recuperaron la confianza. El entrenador catalán, frente a la derrota de Ancelotti en su planteamiento, puso de relieve la importancia de haberse llevado los tres puntos de la manera que lo hicieron.
El ya popular estilo. El ADN del Barça que tantos titulares y debates da en el entorno azulgrana, quedó reflejado en el Santiago Bernabéu. "Me alegro por algunos jugadores, que estaban en un momento difícil de su carrera siendo juzgados y criticados. Ganar 0-4 en el Santiago Bernabéu me refuerza a mí y al proyecto. El Barça tiene que competir jugando de esta manera", subrayó Xavi ante los medios.
El entrenador acertó quitando a Dani Alves y moviendo de posición a su jugador más en forma. Ronald Araújo pasó al lateral y abandonó el puesto de central. Una decisión arriesgada que fue un éxito, pues Vinicius no tuvo tanta facilidad por banda como hubiera sucedido con su compatriota. De igual manera, el tridente formado por Dembélé, Aubameyang y Ferran Torres encontró los huecos sin demasiadas complicaciones. Ni la ausencia de Gavi en el once tuvo impacto gracias a la conexión De Jong - Pedri.
A pesar de todo, el Real Madrid es optimista. La derrota en El Clásico llega justo en un parón de selecciones. Habrá tiempo de pensar, reflexionar y modificar aquellos aspectos que llevaron al equipo al golpe contra el Barcelona. También se podrá trabajar para encontrar la solución a la temida 'Benzemadependencia'. La Liga continúa en poder merengue y los nueve puntos de distancia con el segundo siguen dando a los de Carlo Ancelotti como favoritos.
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