Sergio Ramos no quiere tirar la toalla. El jugador español del PSG tiene en su calendario una fecha marcada en rojo. Es el próximo 9 de marzo, el día en el que su nuevo equipo se mide a su anterior club, el Real Madrid. Su entrenador, Mauricio Pochettino, ya anunció hace unos días que no lo está pasando bien y por eso necesita este partido.
El central andaluz está viviendo un auténtico calvario esta temporada. En mitad de sus muchos problemas, el destino quiso que Real Madrid y PSG se cruzaran en los octavos de final de la Champions. El primer duelo ya se ha disputado y en él no pudo estar Sergio Ramos por lesión. Pero quiere estar en la vuelta. Es su sueño y su propósito.
El añadido de ese partido, además de medirse a su anterior club, es que se disputará en el que era su estadio, el Santiago Bernabéu. El feudo madridista fue su casa durante más de 15 temporadas y ahora tenía la oportunidad de poder regresar para recibir, al menos de una parte, el cariño de la afición que durante tantos años le alentó durante sus gestas.
Sin embargo, su retorno, al menos este curso, parece realmente complicado. Pero Ramos no pierde la esperanza y por eso quiere apurar hasta el último segundo la posibilidad de forzar para estar en un duelo que se presenta trascendental. La realidad es que el choque contra el Real Madrid encierra un enorme conflicto de intereses.
El primero de ellos es el futuro del equipo. Si hay un día para forzar es, sin duda alguna, unos octavos de Champions contra el rey de la competición. Si el PSG no pasa la eliminatoria, la temporada podría haber acabado para ellos. La Ligue-1 la tienen en el bolsillo y el objetivo real que tienen en mente es levantar su primera 'orejona'. Además, ahora la final se juega en París, lo que supone un aliciente más, pero también un poco más de presión para el gigantesco proyecto catarí.
Sin embargo, Sergio tiene un contra muy importante en esa idea de forzar. Viene de una primera parte de la temporada en la que apenas ha disputado cinco partidos con su nueva camiseta. Si decide forzar por jugar ante sus excompañeros y se vuelve a romper, podría suponer un desastre absoluto para él. De momento los aficionados parecen no echarle en cara su mala suerte, pero la cúpula del PSG, con Leonardo y Al-Khelaifi a la cabeza, sí están hartos de una situación que es desesperante.
En Francia dan opciones
Por ello, aunque Sergio se muere de ganas de disputar ese partido contra el Real Madrid, debe medir mucho lo que está dispuesto a forzar. Regresar al Santiago Bernabéu es un caramelo para él. Intentar brillar ante un club con el que no terminó bien tras las negociaciones por su renovación también lo es. Y por si fuera poco, a su nueva afición le debe también un día grande, algo que todavía no les ha dado debido a su escasa disponibilidad.
Desde Francia, uno de los medios más afines al PSG, Le Parisien, informa estos días de la propia intención de Sergio Ramos de intentar forzar para llegar a ese duelo contra los blancos. Lo llamativo es que el camero todavía no se ha reincorporado a los entrenamientos con el resto de sus compañeros y que está totalmente descartado para el duelo contra el Niza de este fin de semana. Al igual que Achraf Hakimi.
Por ello parece complicado que el andaluz pueda estar listo en tan solo unos días para entrar en la lista para el choque de Champions con opciones de jugar. Podría viajar, por el particular escenario, aunque sin vestirse de corto. Su último partido, en el que debutó como titular y marcó su primer gol, fue el 23 de enero. Ahora trabaja duro para llegar aunque todo hace indicar que sí viajará a la capital de España, aunque sea para no jugar.
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