La inestabilidad se ha instalado en el PSG antes de la eliminatoria de la Champions League frente al Real Madrid. La eliminación de la Copa de Francia fue caldo de cultivo para que se produjera una división entre la afición y la dirección del club. Una temperatura que no ha bajado a pesar de la última victoria ante el campeón de la Ligue-1 de la temporada pasada, el Lille. Los ultras, los mismos que Nasser Al-Khelaïfi readmitió, están hartos de su gestión y meten mucha presión al equipo de Mauricio Pochettino.
El Collectif Ultra Paris, el grupo de aficionados más radicales del conjunto galo, expresó su "hartazgo" por la situación del PSG en un comunicado de prensa publicado en Twitter este lunes por la noche. En esta carta, los ultras muestran su oposición a la filosofía del club que "apila las estrellas como niños mimados" y que muestra obsesión por "la venta de camisetas". Los franceses han cuidado especialmente a estos seguidores que ya han proferido varias amenazas a jugadores esta temporada.
El aumento de la violencia en los estadios de Francia puso en jaque a la Ligue-1 hace unos meses. La situación llegó a tal punto de tensión que las críticas al gobierno de Macron no tardaron en producirse. Sin embargo, y a la espera de un plan real para frenar el poder de estos grupos en los equipos, ha sido la ola de coronavirus protagonizada por ómicron la que había devuelto la paz a los campos de fútbol. En cualquier caso, los aficionados del Paris Saint-Germain se sirvieron de las redes sociales para hacer notar su poder en la entidad.
"Durante demasiado tiempo el club lleva ofreciendo una versión que ya no apoyamos", dictaba el mensaje del grupo ultra. La llegada de Leo Messi este verano con un rendimiento pobre, la salida irrefrenable de Kylian Mbappé en este 2022, las constantes lesiones de Neymar, el maltrato a la cantera y la pobre atención sobre la sección femenina han creado un cisma de tensión que añade un prolegómeno más a la más que interesante eliminatoria de octavos de final ante el Real Madrid.
Permisividad de Al-Khelaïfi
Francia está malacostumbrada a un movimiento ultra con demasiadas prebendas por parte de sus clubes. El PSG no se libra de ello, a pesar del veto entre 2010 y 2016. Hace ocho años, el ultra Yann Lorence falleció tras diez días en coma. Había recibido una brutal paliza en una pelea entre miembros de Auteuil y Boulogne, las dos históricas facciones ultras del club galo con ideologías políticas opuestas y extremas.
Con el trampolín de sus propios futbolistas y la compra del club por parte del Emir de Catar, los ultras del PSG vieron una oportunidad y trazaron un plan para volver al Parque de los Príncipes. Tras cuatro años de muchas conversaciones y reuniones privadas, en octubre de 2016 Al-Khelaïfi permitió de nuevo la presencia de los ultras en las gradas del mítico estadio parisino. Auteuil y Boulogne dejaron atrás su guerra civil y se unieron en un mismo grupo radical denominado CUP (Collectif Ultras Paris).
"Un presidente apasionado, unos ultras reencontrados: gracias, Nasser", rezaba una gigante pancarta en el coliseo del PSG el día en el que regresaron. Por parte del club hubo una importante limpieza de los radicales más peligrosos y se prometió a la Policía gala que este nuevo grupo de aficionados tendrían un comportamiento ejemplar. La realidad era que un importante número de violentos volvían a tener barra libre para sus fechorías, con la connivencia de Al-Khelaïfi.
Se vuelve en contra
"Esta es la cara de un club que quiere ser una marca global, obsesionado con vender camisetas, hasta el punto de olvidar sus colores e insultar al público del Parque por jugar con la camiseta de visitante en casa. La cara de un club que amontona las estrellas como un niño mimado, sin preocuparse por la consistencia deportiva. La cara de un club que sueña tanto en grande que siente que la temporada empieza en febrero y desprecia los trofeos domésticos. Ya no reconocemos a nuestro club que incluso parece haber perdido su ADN", remarcaba el comunicado de CUP.
Los ultras del PSG no pueden entrar al campo desde el pasado 7 de septiembre y este viernes regresarán ante el Rennes tras el relajamiento de las medidas contra la Covid-19 en el país galo. No se esperan altercados, pero sí que representen la misma imagen que han dejado clara en su comunicado. El siguiente encuentro será el de la Champions League, ante un club al que le tienen muchas ganas como es el Real Madrid por haberle apeado del torneo en varias ocasiones y lo sucedido el último verano.
No hacía falta nada más para calentar este encuentro, pero el PSG se puede encontrar al enemigo en su propia casa. "Jugadores, entrenadores, ya es hora de reaccionar o aún nos enfrentaremos a desilusiones inaceptables", piden los ultras parisinos. Quizá sea un buen momento para que los parisinos rompan definitivamente con sus seguidores más radicales. La opción más probable es que el Paris Saint-Germain vuelva a bajarse los pantalones.
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