El Real Madrid ha atravesado un pequeño bache en La Liga con dos pinchazos en los últimos tres partidos, pero hasta de este mal momento el equipo de Zinedine Zidane puede sacar conclusiones positivas. Una de ellas, la más clara, es que La Liga pasa ahora a un segundo plano porque llega la Champions y porque el Chelsea ya asoma en el horizonte. El equipo de Thomas Tuchel aterriza en Madrid para jugarse un billete a la gran final.
Los blancos regresan a su competición preferida, esa donde dan siempre su mejor versión, donde juegan sin la presión que a otros les hunde porque literalmente es como el jardín de su casa. El conjunto madridista recibe con buenos ojos el retorno de la máxima competición europea y lo hace además después de unos días complicados tras la polémica generada con el anuncio de la Superliga Europea. Ceferin está esperando a los merengues, pero el Madrid está preparado porque ha vuelto a levantar un muro en defensa.
Esa es la otra gran conclusión positiva que dejan los pinchazos ligueros, y es que los problemas han estado arriba, de cara a gol, ya que en la retaguardia los de Zidane viven uno de sus mejores momentos y vuelven a ser la defensa más férrea de Europa como ya demostraron el curso pasado cuando se llevaron la famosa liga del confinamiento. Si falta brillo en ataque habrá que empezar los cimientos de un buen equipo desde la zaga.
Ese vigor defensivo se ha recuperado y de qué manera, ya que los blancos solo han recibido dos goles en los últimos seis partidos. Además, esos goles solo maquillaron el resultado porque no impidieron dos victorias. Fueron ante el Liverpool en la ida de los cuartos de la Champions y en El Clásico frente al Barça. Después de eso, cuatro porterías a cero consecutivas que han permitido al conjunto madridista meterse en las semifinales y estar peleando por La Liga hasta el final.
La pena es que esta reconstrucción defensiva no ha ido acompañada de un apabullante éxito anotador, porque le hubieran permitido a los blancos estar en una posición mucho más ventajosa para atacar los dos títulos que persiguen. Aún así, el asalto a los metales este curso vuelve a pasar por la defensa. El Real Madrid no solo no encaja, es que tampoco sufre y casi no concede ocasiones y eso es fundamental para seguir vivo en la Champions.
Además, Zidane no solo ha recuperado fortaleza en la defensa, sino que en últimos días ha recuperado también efectivos para su retaguardia. El técnico galo se ha acostumbrado durante este curso a tener muchas lesiones en su zaga, pero también ha padecido otras bajas que les han puesto en dificultades. En los últimos días el Madrid tuvo que jugar sin Nacho o Casemiro por sanción o sin Varane por su positivo por Covid-19. A eso se unen las lesiones de larga duración de Sergio Ramos o de Lucas Vázquez.
Sin embargo, muchos están volviendo ya a su puesto. Los centrales salvo Ramos están todos en perfecto estado de revista y en la derecha, aunque no está Lucas, Carvajal apunta a la titularidad después de haber tenido unos minutos en Cádiz y de haber salido ya desde el inicio frente al Betis. El del Chelsea, aún siendo un partido mucho más exigente, está hecho a la medida del madrileño. Por si esto fuera poco, Zidane tiene la esperanza de recuperar cuanto antes a su lateral izquierdo titular Ferland Mendy, que si no consigue llegar para el partido de ida sí parece más seguro para la vuelta. Zidane completa su lista de altas, y no de bajas, con la Santísima Trinidad del centro del campo: Kroos, Casemiro y Modric. Los tres fijos del técnico galo desde que el mundo es mundo parecen recuperados para el duelo decisivo del año.
Otra gran prueba
De esta forma, Zidane tiene a casi todos sus efectivos en orden para medirse, una vez más, a otro equipo con un potencial ofensivo tremendo. En Champions ya se las ha visto contra delanteras tan temidas como la del Atalanta o la de Liverpool. Nombres como Salah, Mané, Muriel o Zapata no sirvieron para tumbar a los blancos. En Liga también ha tenido rivales de bastante entidad, pero los Messi, Canales, Griezmann y compañía no han podido doblegar al muro blanco.
Por si estas pruebas han sido pocas, el cuadro de Thomas Tuchel llega con toda su artillería preparada que no es poca. Jóvenes como Timo Werner, Mason Mount o Kai Havertz se unen a jugadores más veteranos como Pulisic o Giroud para formar una delantera realmente temida que sin duda pondrá a prueba la fortaleza madridista tanto en el Alfredo Di Stéfano como en Stamford Bridge.
En juego está una nueva final de Champions, la que sería la cuarta en la era Zidane que ya ha ganado las tres anteriores y que quiere convertirse en 'Míster Champions' por la puerta grande. El técnico galo y toda la plantilla ya sueñan con estar en Estambul y un buen resultado ante el Chelsea bien podría encaminar la eliminatoria y dar moral para La Liga.
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