La Euroliga de 'El Chacho', Llull y Rudy: cómo el Real Madrid ganó gracias a la vieja guardia
Los tres veteranos del conjunto blanco fueron piezas clave para alzarse con el undécimo entorchado europeo del equipo.
22 mayo, 2023 02:16Sergio 'El Chacho' Rodríguez, Sergio Llull y Rudy Fernández demostraron por enésima vez su calidad sobre la cancha. Los tres veteranos del Real Madrid, gracias a su casta, se convirtieron en elementos clave para que el conjunto blanco recuperase el cetro de la Euroliga en una agónica final contra Olympiacos.
Leyendas dentro y fuera de la cancha, ellos son jugadores de esos que no se esconden cuando el balón más quema. El Zalgirio Arena fue el último protagonista de su capacidad para aparecer en los momentos clave. Especialmente en el caso de 'El Chacho' y Llull, que se convirtieron en auténticos nombres propios frente a Olympiacos.
Cuando todo parecía perdido con 78-72 a falta de 2.13, 'El Chacho' y Llull se abrazaron a la heroica que acompaña a la camiseta del Real Madrid allá donde va. Como en una de tantas batallas vividas sobre el parqué, el conjunto blanco consiguió reescribir las páginas de una historia que parecía predestinada a la derrota frente a Olympiacos.
'El Chacho' tomó las riendas del equipo. A sus 36 años, tras una temporada donde ha vivido en un segundo plano hasta esta recta final, fue uno de los héroes en Kaunas. Con sus puntos cruciales, el canario doblegó a la defensa de los griegos, percutiéndoles con cinco puntos consecutivos en los instantes decisivos con su calidad para ir distanciándoles de esa victoria que ya tocaban con los dedos de las manos.
Cinco puntos seguidos del base dejaban a los blancos a tan solo un punto de los griegos tras un triple magistral suyo. Un tiro fallido de Fall daba la posesión a los blancos a falta de un puñado de segundos para que terminase el último cuarto. Tras su fantástico final, los focos indicaban que Sergio Rodríguez iba a ser el que tomase la responsabilidad en la última posesión de los de Chus Mateo, pero el técnico decidió jugar para Sergio Llull.
No había sido su final, no había encontrado ese ritmo frenético que siempre ha perseguido a su juego. Sólo tenía en su mochila dos tiros fallados, un rebote y una falta cometida. Pero no importó, porque los grandes jugadores como él aparecen en los momentos calientes. Y vaya si apareció, como si no pesase la responsabilidad cuando el cronómetro se acerca a 0.
Su lanzamiento, uno de esos tiros casi imposibles a los que tanto ha recurrido a lo largo de su carrera, se colaba lentamente en la red de la canasta para desesperación de su rival. Dos puntos de oro, de victoria, de emoción, de saber que no has fallado a los tuyos cuando todos los ojos te apuntaban fijamente. Un título del que tienen buena parte de Llull y 'El Chacho'.
Sin embargo, no hay que olvidarse del tercer integrante de la vieja guardia del Real Madrid, Rudy Fernández. El hombre que no acostumbra a acaparar los focos en los últimos años, el de los intangibles. El defensor indómito que convierte la presencia de sus rivales en la cancha en una quimera.
En Kaunas, como casi siempre, dejó su impronta sobre el parqué con su +11 cuando estuvo presente en el quinteto. Suyo fue un 2+1 crucial en el primer cuarto, donde evitó que el Real Madrid se descolgase en exceso en los diez minutos iniciales. Suya también fue una certera frase sobre lo que siente este equipo. "Es indescriptible lo que significa este escudo. Es un verdadero honor vivir este tipo de partidos", subrayó tras la undécima Euroliga de los blancos.
[Así fue la fiesta del Real Madrid tras proclamarse campeón de la Euroliga]
Sin duda alguna, la vieja guardia del Real Madrid ha sido una pieza clave de un triunfo heroico y nunca antes visto. Especialmente en la Final Four, donde los tres se han confirmado como elementos muy importantes para Chus Mateo en su batalla constante en el alambre hasta el título en Kaunas.
Rudy y los intangibles
Pese a que los focos no han recaído tanto en él como en sus compañeros. Rudy Fernández es uno de jugadores que todo equipo desea tener. Con la palabra sacrificio grabada a fuego en su piel, el alero ha sido un jugador crucial. A sus 38 años, ha sabido mutar, pasando de ser un tirador de éxito a un defensor de élite.
Una característica en la que se ha apoyado para ser una pieza clave en el esquema de Chus Mateo. Su uso de las manos se ha convertido en un elemento imprescindible para mantener a raya a los jugadores. Su velocidad de pies y su capacidad de reacción han ido creciendo con el paso de los años como parte de su mutación, dando lugar a una bestia defensiva a la que todos los rivales temen.
Dejando años atrás su rol de gran estrella en ataque, frente al Barcelona, en la serie contra Partizán o en la final contra Olympiacos, Rudy volvió a hacer uso de esa intensidad que le acompaña a cada instante que pasa en la pista. Un jugador de intangibles que tuvo el reconocimiento de Sergio Llull y sus compañeros en Kaunas, ya que acompañó al capitán blanco para levantar el título.
'El Chacho' y sus mágicas manos
Si había alguno de los tres había estado más señalado a lo largo de la temporada ese había sido Sergio Rodríguez. Sin embargo, 'El Chacho' ha dado un golpe en la mesa con su actuación partido tras partido en la serie contra Partizán y en la Final Four de la Euroliga. Una serie de encuentros donde ha demostrado su valía y donde ha dejado claro que la veteranía es un grado.
Si ya dejó a todos boquiabiertos con su exhibición en el WiZink Center con sus 19 puntos en el duelo definitivo frente a Partizán para llevar a los suyos a remontar un 0-2, volvió a hacerlo en la final de la Euroliga. Y en la semifinal, pues su papel de director de orquesta salió a relucir cuando más se le necesitaba.
'El Chacho' se enchufó cuando más lo necesitaba su equipo. Especialmente reseñable ha sido su rendimiento en los últimos cuartos en estos tres partidos. 13 puntos contra Partizán, 9 contra el Barcelona - consecutivos todos ellos- y 8 en la final contra Olympiacos. Es decir, 30 tantos en 30 minutos, una auténtica locura para un jugador que ha demostrado que tiene mucho que decir en los instantes calientes. Una línea ascendente en su rendimiento que fue culminada con 5 puntos seguidos para acercar al Real Madrid a la gloria, siendo uno de los artífices de esa remontada frente a Olympiacos en un final cargado frenesí.
Y en Kaunas, dio una auténtica exhibición sobre la pista para terminar con 15 puntos y 9 asistencias con un total de 23 de valoración, el mejor del Real Madrid en ese aspecto frente a Olympiacos. Y además fue el único capaz de plantarle batalla a Walter Tavares por el MVP de la Euroliga, que acabó recayendo sobre el pívot caboverdiano.
Llull y sus tiros ganadores
Sergio Llull, sin duda, alguna se convirtió en el hombre del partido. Esa canasta a falta de tres segundos valió un título, una hoja más de éxitos para la historia del Real Madrid. Esa a la que ha estado acompañando desde que aterrizase en la capital de España en 2007 y donde ha logrado inscribir una y otra vez su nombre en lo más alto.
Ya fue crucial ante Partizán con su estelar aparición para sellar una victoria apoteósica. Lo hizo aportando ocho puntos en el último cuarto, donde lo martirizó a los serbios a bases de sus famosas 'mandarinas'. Su frenesí anotador coincidió con el de 'El Chacho' y el Real Madrid se metió en la Final Four.
El resto es historia. Tras pasar desapercibido durante gran parte de la final frente a Olympiacos, Llull se la jugó al todo o nada. No le tiembla el pulso habitualmente, tampoco lo hizo en un partido de estas magnitudes con el pabellón expectante para ver lo que hacía con el balón en sus manos.
Y lo hizo, vaya si lo hizo, una 'mandarina' imposible surcando la cargada atmósfera del Zalgirio Arena. Unas milésimas de tensión, de puerta grande o enfermería. Y ahí llegó el éxtasis, Llull anotó a falta de tres segundos y el título se viene a Madrid por su única canasta anotada en la final. La necesaria, la que todos recordarán cuando miren atrás.
En definitiva, Sergio 'El Chacho' Rodríguez, Sergio Llull y Rudy Fernández han demostrado que la edad es sólo un número. La vieja guardia del Real Madrid sigue ahí, dispuesta a acumular títulos y aparecer cuando más se les requiere. Una Euroliga que ninguno de ellos olvidará y que quedará almacenada en sus retinas, por lo vivido, por lo demostrado, porque tienen ese ADN ganador que tanto representa a la camiseta que visten en cada partido.