Por fin le llegó su merecido homenaje a Felipe Reyes con el Real Madrid de baloncesto y su afición. El WiZink Center brindó el momento especial al gran capitán del equipo blanco que se retiró al final de la pasada temporada. Y qué mejor escenario que un Clásico. Cuando el choque entre los de Pablo Laso y el FC Barcelona llegó al minuto 9 del encuentro, se paró la acción para dar paso al pívot que saltó de la mano de sus dos hijos a la cancha.
Emocionado, recibió al madridismo puesto en pie coreando su nombre y reconociendo una carrera excelsa. Reyes puso fin a su trayectoria tras 17 temporadas en el Real Madrid, con el que conquistó 23 títulos (2 Euroligas, 1 Copa Intercontinental, 7 Ligas, 6 Copas del Rey, 6 Supercopas y 1 Copa ULEB) y se convirtió en el jugador que más partidos ha disputado con la camiseta blanca con 1.046. Así se cierra el círculo sobre la cancha del hombre que sigue vinculado a la entidad.
Desde el centro del campo, Reyes agradeció el apoyo recibido durante todos estos años y se despidió con un potente: "¡Hala Madrid!". También recibió el cariño de sus amigos del vestuario y también de sus rivales del Barça.
"Por fin llegó el día de despedirme delante de todos vosotros. Quería daros las gracias por el apoyo y el cariño durante estos 17 años. Hemos cumplido los sueños de los madridistas y nada hubiera sido posible sin todos vosotros. Quiero dar las gracias a mi familia, compañeros y entrenadores y a nuestro presidente, por tu apoyo y cariño. Muchas gracias, presi. Sois parte de mi familia y os voy a llevar dentro de mi corazón y solo os pido que sigáis animando así porque sois la mejor afición y el mejor club del mundo", expuso con el micrófono en la mano.
Así fue como la Liga Endesa se convirtió en NBA por un instante con esos tradicionales homenajes que se ven cruzando el charco. De fondo se oía el cántico: "Fe-li-pe Re-yes, lololo-lolo-lo". En los monitores apareció entonces el mensaje de "Gracias" y en las gradas se veían pancartas que decían: "Capitán ejemplar". Reyes, con Chloe y Axel al lado luciendo una camiseta del Real Madrid con su nombre, recibía un baño de masas más que merecido.
Después, se retiró, pero no sin antes saludar a quienes hace poco eran sus compañeros. Un choque de manos por aquí, y otro por allá, y con los más íntimos como Rudy Fernández, el abrazo. Felipe Reyes, de 41 años, es una leyenda del baloncesto español no sólo por sus éxitos en el Real Madrid, si no por su forma de ser. Eso demuestra que cuando se reanudó el encuentro y los cánticos en su honor siguieron un rato.
Una gran ovación despidió al gran capitán tras 17 temporadas en las que se forjó una leyenda que, por si hubiera dudas, hoy quedó reflejada en el WiZink Center.
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