Había sido un Clásico sin polémica ni protagonismo arbitral hasta el último cuarto. El duelo de altura entre Real Madrid y Barcelona se enturbió cuando estaba llegando la reacción de los de Pablo Laso. Tras un partido de baloncesto de muchos quilates, varias decisiones de los colegiados sacaron del encuentro a los blancos. Los de Sarunas Jasikevicius salieron más fuertes del descanso y cogieron una ventaja que nunca llegaron a perder. [Narración y estadísticas: Real Madrid 75-85 Barcelona]
Un duelo que contó con un momento estelar. Felipe Reyes por fin tuvo su homenaje en el WiZink Center y lo hizo en un choque contra uno de los rivales ante el que más brilló como capitán merengue. En el minuto 9 se frenó el encuentro para dar paso a la leyenda madridista. Acompañado de sus dos hijos se posicionó en el centro de la cancha y recibió la más que merecida ovación de la afición blanca. Lástima que no pudiera tener la guinda final de la victoria.
No acabó contento Laso tampoco con el juego del equipo después de jugar "cuatro minutos". Solo Tavares y Llull lograron dobles dígitos en anotación para los blancos, mientras que Sanli ganó ese duelo particular al caboverdiano con 17 puntos y cinco rebotes; el merengue solo cogió tres. Kyle Kuric puso el ritmo anotador desde la distancia y Nikola Mirotic apareció en los últimos minutos para cerrar el partido desde la línea de tiros libres y la de tres.
Pero si pudo hacerlo el hispano-montenegrino, recibido de forma negativa por el WiZink Center, fue por esas decisiones arbitrales que en los últimos cinco minutos desquiciaron a los merengues. Rudy acabó descalificado, Laso reprochando a Jasikevicius varias acciones y los culés con una diferencia de diez en el marcador. Esto permite a los azulgranas igualar un poco más la clasificación, aunque el Real Madrid sigue por delante hasta que recuperen los tres partidos que tienen aplazados.
Batalla titánica
Duelo de gigantes desde el primer minuto de partido. Edy Tavares y Sertac Sanli iban a tener un uno contra uno trascendental. El caboverdiano abrió fuego desde la zona, mientras que el turco iba a aprovechar su gran tiro de media distancia. Pero el acierto exterior iba a marcar los primeros cinco minutos de partido. Jeffery Taylor iba a ser el encargado de responder a la amenaza del siempre omnipresente Kyle Kuric. Además, Pablo Laso podía estar contento con la actividad defensiva de los suyos.
Tapones de Tavares y Guerschon Yabusele lo reflejaban y permitían a los blancos irse seis arriba en el marcador al final del primer cuarto. Una tendencia que se mantenía durante la segunda mitad. Todo lo que anotaba el Barça llegaba en acciones forzadas y de calidad de Jokubaitis y Higgins, así como de un Kuric que no fallaba desde la línea de tres. Era el principal culpable de que los culés aguantasen y que se pusieran por primera vez por delante. El seis de siete desde la distancia para los azulgranas llevaban el partido al descanso 40-42.
Los culés se lamentaban de algunos errores en marcas individuales que habían permitido algunos lanzamientos exteriores fáciles para jugadores como Heurtel o Llull. Los merengues tampoco estaban contentos con las pérdidas y por cómo había castigado algunos fallos en canasta el Barça a la carrera. El duelo estaba siendo de mucha calidad en cuanto al acierto y todavía tenían que aparecer otras estrellas como Mirotic o Yabusele.
Desigualdad arbitral
El francés estuvo muy desaparecido, mientras que el montenegrino delegó la responsabilidad de anotar en sus compañeros mientras él sumaba en los intangibles. Sanli y Tavares siguieron su particular duelo con el turco alejando de la zona al caboverdiano, mientras el partido cogía el ritmo del Barça. Así de inicio en el tercer cuarto cogía una ventaja de 10 puntos peligrosa. Sergio Llull la apaciguaba con triples imposibles, pero le faltaba algo más a los merengues para romper la defensa culé.
Para iniciar el último cuarto con nueve de diferencia a favor del Barça, Laso recurría a un Alberto Abalde que quería impregnar el carácter que estaba faltando. Vincent Poirier también quería igualar la batalla por el rebote que se estaba decantando hacia los culés. Nigel Williams-Goss se unía a esta revolución de Laso que consiguió bajar la diferencia a dos puntos a falta de cinco minutos en los mejores minutos de los blancos en todo el encuentro. Pero remarían hasta la orilla para ahogarse.
La actuación arbitral tuvo influencia desde una discutida antideportiva de Rudy Fernández sobre Mirotic, otro contacto de Poirier con Sanli y otro del hispano-montenegrino y Williams-Goss, algo que echó un jarro de agua fría sobre la reacción merengue. No vieron una acción sobre Hanga en una contra merengue que también merecía la antideportiva. Tres técnicas por las protestas blancas en los últimos tres minutos demuestran la importancia del factor arbitral.
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