En los últimos años, se ha producido una gran evolución en cuanto a la batería de los móviles Android que permite que los usuarios puedan disfrutar no solo de una mayor autonomía, sino también de un menor tiempo de carga. Eso hace que los usuarios en España pueden acceder a bastantes opciones de diferentes fabricantes.
Sin embargo, a la hora de elegir móvil no solo hay que fijarse en la capacidad, sino que hay más cosas a tener en cuenta si se le quiere dar prioridad a la batería. Y es que, aunque un móvil puede aguantar un día entero de los intensos sin pasar por el cargador, si por ejemplo este cuenta con una carga rápida muy baja, lo más seguro es que el proceso de carga tarde demasiado y pueda llegar a ser incómodo con el tiempo.
Por más que dos dispositivos tengan la misma capacidad, el rendimiento no tiene por qué ser el mismo, y tener algunas cosas en cuenta puede ayudar a tomar una mejor decisión al comprar un smartphone. Teniendo en cuenta que las baterías pierden un poco de capacidad con el paso del tiempo,
Carga rápida
Para muchos tipos de uso, la carga rápida puede ser incluso más importante que la capacidad. En este sentido, los fabricantes han avanzado mucho, llegando incluso a velocidades de 200 W, como es el caso de vivo con su submarca iQOO y uno de sus dispositivos, que es capaz de cargar su batería de 4.700 mAh en poco más de 10 minutos. Redmi incluso ha mostrado una implementación de la carga de 300 W, capaz de cargar 4.100 mAh en solo 5 minutos. Aunque no es necesaria tal velocidad para obtener una gran experiencia.
Por lo general el mínimo a partir del cual se considera una cantidad recomendable es a partir de los 30 W. Esta potencia es capaz de cargar una batería de 5.000 mAh, un tamaño considerable, en alrededor de una hora. El Moto G32 es un ejemplo de móvil con carga de 33W y batería de 5.000 mAh, y tarda alrededor de una hora y cuarto en cargarse por completo. Por lo general, el fabricante suele ofrecer datos acerca del tiempo que tardan sus móviles en cargar.
Pese a que esta cantidad es aceptable, para conseguir un resultado, aproximadamente el doble de rápido, es recomendable intentar apostar por una mayor potencia, de más de 60 W, con la que se puede cargar un smartphone con una batería de alrededor de 5.000 mAh en aproximadamente 40 minutos. En función de cómo diseñe el fabricante el cargador, este será capaz de reducir o aumentar ligeramente el tiempo de carga. No es posible hacer una regla de tres con la potencia de carga, la capacidad de la batería y el tiempo, puesto que hay otros factores que pueden incrementar o reducir ligeramente su duración, por lo que lo mejor es mirar los datos que ofrece el fabricante.
En el caso de los modelos más top, que pasan de los 100 W, la experiencia que ofrece su carga es mucho más rápida. El Xiaomi 13T Pro, según el fabricante, con su carga de 120 W es capaz de llegar del 0% al 100% al completo en poco más de 19 minutos. Muchos dispositivos de la gama alta actual se encuentran alrededor de esta increíble cifra. Tener una buena carga rápida hace que el proceso de carga pueda reducirse considerablemente, y esto brinda una gran experiencia en todas aquellas situaciones en las que el móvil se está quedando sin batería, y es necesario cargarlo antes de salir. Esto sucede mucho durante las vacaciones o los periodos de más uso, y saber que en poco más de media hora se puede cargar por completo es una gran ventaja.
Procesador y pantalla
La cifra de la capacidad no es la única variable que hay a la hora de pensar en la autonomía de un móvil, sino que hay otros factores importantes como la pantalla y el procesador del dispositivo que pueden modificar su rendimiento. Los procesadores de gama alta suelen ser bastante más eficientes que los de gama media o gama baja, y esto hace que sean capaces de optimizar su consumo de batería en todas y cada una de las tareas que llevan a cabo a lo largo del día.
Además, cuanto más eficiente es un procesador, menos calor genera, y menos refrigeración necesita para devolver los componentes a una temperatura correcta para su funcionamiento. Como resultado, en una misma cantidad de batería, un procesador de gama alta prácticamente siempre obtendrá mejores resultados en cuanto a la relación de uso y gasto. La gama Dimensity de MediaTek y los Snapdragon 8 de Qualcomm son familias de gama alta, y destacan en este aspecto.
Por otra parte, cuanto mejor sea la pantalla, más consumirá. Una mayor resolución implica un mayor número de píxeles en el panel, lo cual se traduce en un mayor consumo energético, lo cual hace que las pantallas a resolución 2K gasten algo más que las Full HD+. Lo mismo sucede con la tasa de refresco, puesto que un mayor número de hercios implica un mayor número de imágenes por segundo, por tanto, más gasto de batería. Por suerte, la tasa de refresco en Android suele ser variable, y cada usuario puede elegir si quiere tenerla al máximo o reducirla al mínimo para ahorrar batería.
A la hora de hablar de tecnologías de pantalla, los paneles AMOLED son capaces de consumir algo menos que los IPS en algunas circunstancias. Esto sucede cuando muestran el color negro, puesto que en los primeros, apagando los píxeles en cuestión que tengan que ir de color negro, mientras que en el otro tipo de pantalla se iluminan los píxeles de este color, consiguiendo un efecto menos realista y que consume algo más de batería. Al poner el modo oscuro en el móvil, este tipo de pantalla tendrá un menor gasto que las LCD IPS.
Cuánta capacidad
Lógicamente, la capacidad es una de las variables más importantes a la hora de escoger un móvil pensando en la batería. Pese a que no sea la única variable importante, es lo que va a delimitar el potencial de la autonomía del móvil. Por regla general, una cifra de entre 4.000 y 5.000 mAh es lo más recomendable, puesto que por debajo puede ir algo más justo.
Con esta cantidad de batería, el rendimiento será de un día de uso en prácticamente todos los casos. Cada móvil puede variar su rendimiento, a pesar de contar con la misma capacidad, por lo que hay que valorar la cantidad de batería en conjunto con los otros factores. Los fabricantes suelen ofrecer información adicional sobre el rendimiento de la batería en la ficha. Los móviles de Apple, gracias a la buena optimización de su procesador, son capaces de conseguir un buen rendimiento a pesar de contar con una menor capacidad que los móviles Android.
Una vez se ha comprado el móvil, existen ciertos trucos capaces de mejorar la autonomía de los smartphones y que pueden ser capaces de exprimir su capacidad. El modo ahorro de batería, las opciones de optimización de las apps o apagar funciones como la localización, la conectividad 5G o el brillo automático son algunas opciones para ello.
Carga inalámbrica
Pese a que no es un elemento imprescindible para mucha gente, tener carga inalámbrica en el móvil tiene muchas ventajas interesantes que merece la pena valorar. La primera es obvia: es posible cargar el móvil solo con dejarlo sobre una base de carga. Algo ideal si se trabaja frente a un escritorio, y también para dejarlo en la mesa de noche.
Otra gran ventaja es que muchos de los móviles que cuentan con carga inalámbrica también pueden servir como base de carga para otros dispositivos. Esto quiere decir que, con un móvil que tenga carga inalámbrica inversa, se pueden cargar otros móviles y accesorios como auriculares, lo cual es una gran ventaja para poder seguir utilizando otros dispositivos.
Es más cómodo que utilizar un cable, y hay modelos en los que puede alcanzar la misma velocidad de carga rápida, como en el Pixel 8 Pro con 23 W o el Xiaomi 13 Pro con 50 W. Las bases de carga tienen diferentes potencias y precios, pero el punto positivo es que, como el protocolo es el mismo, todas las bases Qi son compatibles con todos los móviles que soporten este tipo de carga.