Hay muchísimas leyendas urbanas alrededor de las ondas que emiten nuestros dispositivos electrónicos. Rumores sobre que dormir junto al router WiFi puede producirnos malestar a la hora de dormir, que es adecuado poner el móvil en modo avión por las noches, etc.. Pero son sólo leyendas urbanas falsas.
Actualmente vivimos rodeado de ondas electromagnéticas que nos recorren todo el cuerpo. Sí, tú que estás leyendo esto estás rodeado de la onda electromagnética que envía la información a tu smartphone. Y si estás conectado por WiFi, también el campo creado por tu router. También tendrás a tu alrededor el campo creado por las emisoras de radio que operen en tu ciudad. Muchas ondas electromagnéticas están a tu alrededor y tú no lo sabías.
Claro está, los más hipocondriacos ya estarán hiperventilando. Tranquilos, porque estas ondas son completamente inofensivas para nosotros. No nos hacen nada debido a la baja frecuencia que tienen. Son incapaces de hacernos daño o de notarlo mínimamente.
Es cierto que la OMS (Organización Mundial de la Salud) afirma que entre el 5-10% de la población mundial es sensible a las ondas electromagnéticas. Pero es algo que no se ha demostrado científicamente, hipersensibilidad electromagnética puede ser muy subjetiva.
Frecuencia de onda
Para hablar de los ‘peligros’ de las ondas electromagnéticas, primero tenemos que hablar de las frecuencias. La frecuencia se mide en Hercios (Hz) y es la unidad que mide la cantidad de veces que se realiza algo en un segundo. Las ondas electromagnéticas se pueden medir tanto por su potencia como por su longitud de onda y la frecuencia. Pues la frecuencia es lo que puede dictar si una onda es peligrosa o no.
La frecuencia de una onda es la cantidad de veces que una onda llega a su máximo en un segundo. Por lo que a más frecuencia, más ‘apretada’ está la onda en el espectro. Y a mayor frecuencia, más se acerca al rango de ondas ionizantes (las ondas ‘malas’).
Hay que decir que la frecuencia de onda es inversamente proporcional a la longitud de onda. Es decir, a mayor longitud de onda, menor frecuencia. Una onda del tamaño de una persona tendrá una menor frecuencia que otra onda que tenga el tamaño de una canica.
Ionizante o no ionizante
Ahora viene lo importante, lo que marca si una onda es capaz de interferir en nuestro organismo o no. Por ello, las ondas electromagnéticas se distinguen en radiaciones ionizantes y no ionizantes.
La radiación de nuestro router o móvil está muy lejos de ser ionizante (peligrosa para nuestra salud)
Una onda cuya radiación sea ionizante quiere decir que su frecuencia es tan alta que es capaz de interferir con los átomos y arrancarlos. Por lo que puede llevar a problemas de salud. Y las no ionizantes, claro está, son las que no son capaces de hacer esto.
Vamos a poner un ejemplo de cada una. Una radiación ionizante es, por ejemplo, los rayos X. Mientras que una radiación no ionizante es la producida por tu router WiFi. Y sí, las ondas de luz ultravioleta son ionizantes, por algo tenemos que protegernos de ellas, ¿no?
Frecuencias de las tecnologías que nos rodean
Como ya dijimos, estamos rodeados continuamente de ondas electromagnéticas. Desde la antena de radio más cercana a nosotros que está emitiendo las ondas de radio, hasta la luz visible que tenemos en casa. Todos son ondas electromagnéticas.
En esta ilustración sacada del libro Sistemas de radiocomunicaciones de Ramón Ramirez Luz se puede ver perfectamente qué tipo de ondas son ionizantes y cuáles no.
Como podéis ver, la longitud de onda máxima que es inofensiva para nosotros es del tamaño de una célula roja. Una frecuencia de que alcanza los PHz (Pico-hercios = 10^15). Justo por encima de esta frecuencia tenemos la luz ultravioleta, que ya sí es dañina. Ahora mirad la frecuencia máxima que alcanzan las ondas de radio. Efectivamente, tienen la longitud del grosor de un clip. Muy lejos de ser tan pequeña como una célula sanguínea, ¿no?
Conclusión: NO es peligroso
Tras esta pequeña clase sobre ondas electromagnética, podemos confirmar que las ondas producidas por tu router WiFi no son dañinas. De hecho están muy lejos de ser nocivas para el ser humano. Son completamente inofensivas al igual que el microondas, la radio, operadoras móviles y radares GPS.
Estamos rodeados de todo tipo de ondas electromagnéticas que son inofensivas para el ser humano
Es más, el actual rango de frecuencias que posee la telefonía móvil era el usado antes para la transmisión de los canales de televisión. Si hemos estado 50 años con este tipo de ondas y no ha pasado nada, ¿por qué iba a preocuparnos ahora? Lo único en lo que repercute estas ondas en el cuerpo es en que dichas ondas electromagnéticas se absorben por la piel y calienta (insignificantemente) nuestro cuerpo.
A falta de una verificación, la hipersensibilidad electromagnética es más subjetiva que un hecho real. Hay personas que afirman dormir mejor con el móvil en modo avión. Pero eso es intentar apagar el fuego de un bosque con un cubo de agua.