Pocos electrodomésticos se usan activamente en una casa española más que un televisor. El que otrora fue la pantalla principal de la familia, ahora relegado en ocasiones por el aumento de uso de los móviles, sigue siendo una pieza clave en los salones de muchas casas, así como en otras habitaciones, como la cocina o algunos dormitorios.
Comprar un nuevo televisor no es tan sencillo como lo era hace unas décadas, cuando lo único que había que tener en cuenta era el presupuesto, porque las opciones no eran muchas. Esto empezó a cambiar con la llegada de los televisores planos, y ha llegado a su culmen con la omnipresencia de los televisores inteligentes.
Ahora hay que tener en cuenta decenas de variables, pero no todas son igual de importantes. Partiendo de la base de que el precio es algo que cada comprador tiene ya, más o menos claro, hay muchas otras cosas que hay que considerar, sin llegar a volverse loco por la ingente cantidad de opciones disponibles.
Dimensiones
Lo primero a tener en cuenta a la hora de comprar un televisor es su tamaño. Las diagonales han ido subiendo de tamaño y actualmente es muy común encontrar modelos económicos de 55 o más pulgadas. Eso sí, no quiere esto decir que sea mejor comprar el televisor más grande. Para empezar hay que saber si va a caber en el hueco en el que estaba el anterior.
Además, no siempre es bueno poner un televisor enorme si la distancia entre el sitio de visionado y la pantalla es pequeña. En función del espacio que haya en la habitación donde se va a instalar el televisor es mejor elegir uno u otro. Aunque hay aspectos importantes como la posición de visionado, en general, si se va a ver de frente, la siguiente imagen de Samsung deja clara las medidas apropiadas para un televisor 4K.
Además, hay aplicaciones que permiten ver en realidad aumentada cómo quedaría un televisor en concreto en una mesa o soporte, para que sea más cómodo y fácil hacerse a la idea de si es un modelo apropiado o no. Además de apps de este estilo como la de Samsung, la propia app de compras de Amazon dispone de esa opción.
Resolución
En el apartado anterior se ha hecho mención a la resolución del televisor. La distancia de visionado cambia si el modelo elegido no es 4K, pero eso es algo extraño. Por un lado, no tiene sentido gastar más en adquirir un modelo 8K, porque apenas hay contenido para él y los precios son absurdamente altos.
Por otro lado, comprar un modelo con resolución FHD no es tampoco buena opción porque ya hay mucho contenido en 4K y la diferencia de precio con respecto a modelos FHD es casi nula. La única excepción es si se busca un televisor de unas 32 pulgadas, para una habitación secundaria, como la cocina.
Sistema operativo
Algo que no se suele tener en cuenta es el sistema operativo del televisor. LG tiene webOS, Samsung usa Tizen y marcas como TCL, Xiaomi o Sony optan por Android TV. La elección de cada comprador será diferente, pero lo importante es ser conscientes de qué tipo de sistema usa nuestro televisor, por si se quiere instalar una aplicación concreta, que puede que no esté disponible en algunos sistemas.
[Uno de cada diez televisores inteligentes es un Android TV]
Siempre se podrá optar por comprar un Chromecast con Google TV para sustituir al sistema integrado del televisor, pero no parece algo lógico de hacer con un televisor nuevo que se acaba de adquirir. Es algo más propio de una mejora para un modelo antiguo.
Tipo de panel
Además del tamaño de la pantalla es importante elegir bien el tipo de panel. Hay muchos, desde LCD a OLED pasando por las variantes de algunos de ellos como QLED, VA, etc. Por ejemplo, los paneles VA son valorados si se van a ver justo desde enfrente al televisor. Si se hace desde un lateral el contraste y la calidad bajan.
Por otro lado, los televisores OLED son mucho más caros que los LCD, aunque ofrecen una calidad de imagen mucho mayor, a costa de envejecer algo peor. Eso sí, es posible que las diferencias entre muchos de estos tipos de paneles solo sean apreciables para los usuarios más avanzados.
Sonido
Muchas veces no se le presta especial atención a este apartado en un televisor. La mayoría de modelos disponen de dos altavoces, de mejor o peor calidad, pero hay más opciones. Además, hay que revisar si tienen tecnologías como Dolby Atmos o DTS.
Eso sí, lo normal es que, si esto es importante para un comprador se opte por una barra de sonido. Este tipo de accesorios no son especialmente baratos, aunque los hay de todos los precios, pero mejoran mucho este apartado, sobre todo a la hora de ver películas y series. En EL ESPAÑOL - El Androide Libre se han analizado varias, como la Teufel Cinebar Ultima, la Devialet Dione o la Creative Stage Air V2 de 50 euros.
Integración con otros dispositivos
Si la domótica es algo importante para el comprador la integración del televisor con el resto de productos puede ser importante. Es posible controlar cualquiera que use un mando por infrarrojos mediante un económico dispositivo, pero si se hace de forma nativa es mejor.
Aquí influye el sistema operativo, pero también si el televisor tiene integrado algún asistente de voz, como el de Google o de Amazon, si viene con las apps de diferentes ecosistemas, como los de Xiaomi con Xiaomi Home, etc. Es algo que no importará a la mayoría de compradores, pero sí a algunos.
Tecnologías de imagen
Otro aspecto importante a considerar son las tecnologías de imagen. En este caso lo mejor es apostar por las más extendidas, como Dolby Vision o HDR10+. Es importante recalcar que un televisor con estas opciones sólo podrá reproducir así el contenido que se haya creado expresamente con esas tecnologías, pero cada vez hay más, sobre todo en los servicios de streaming de series y películas, y el aumento de calidad es notable.
Estas tecnologías también están en muchos de los móviles, y en este artículo se explicó la diferencia entre HDR10 y Dolby Vision. Pero no hay que perder de vista el HDR10+, presente en la mayoría de modelos de gama media y alta.
Puertos
La mayoría de televisores usa conexión Wifi para convertirse en SmartTV. El problema es que, en ocasiones, es necesario contar con puertos físicos. Por ejemplo, un puerto USB permitirá conectar un disco duro y ver contenido desde el mismo, sin depender de aplicaciones o de la señal de antena. Esa señal de antena usa el puerto de antena, un conector que tienen todos los televisores.
Además, si se quiere conectar una consola se necesitará un HDMI, de tipo 2.1 para los modelos más nuevos. Esto también será necesario para conectar los decodificadores de las operadoras de televisión o de accesorios como los Fire Stick de Amazon o los Chromecast de Google.
Si se quiere conectar un dispositivo de audio profesional es posible que se requiera un conector óptico digital, que permite enviar una señal de audio digital hacia un receptor AV o una barra de sonido. También puede que se quiera tener un puerto Ethernet, para tener Internet sin depender del Wifi, y aprovechando que en la mayoría de hogares el router está al lado del televisor.
Otros puertos más de nicho es el conector analógico RCA, identificable por sus coloridos cables rojos, blancos, amarillos y negros. Está muy en desuso, pero si se quiere conectar un aparato que los use será necesario tenerlos. Otros puertos que quizás sean interesantes con el de PC con entrada RGB/PC, el jack de auriculares de 3.5 mm o la ranura de tarjetas CI/CAM para contratar canales de pago con algunas operadoras.