Probablemente el mayor problema de Android sea la lentitud con la que muchos fabricantes tardan una vida en actualizar sus terminales, y muchos ni siquiera lo hacen. Un problema que aparentemente no ocurre con los wearables. Android Wear actualiza rápido.
La última versión, Android Wear 1.4 fue lanzada por Google el pasado 4 de febrero y apenas dos semanas después los LG G Watch LG G Watch R y los Watch Urbane ya han sido actualizados por el fabricante, a una velocidad nunca vista en los smartphones.
No sólo eso, sino que la OTA de la mayoría de terminales Android Wear ya están disponibles para todo el mundo: El Moto 360 de primera generación, el Samsung Galaxy Gear Live. Nosotros mismos hemos podido disfrutar de la actualización en el Moto 360 Sport. Mientras, el Huawei Watch, el Sony Smartwatch 3 y el Asus Zenwatch V2 se espera que la reciban pronto.
Por qué los Android Wear actualizan rápido
Hay múltiples factores que pueden llevar a esta situación. Por un lado, el sistema operativo de un smartwatch es más ligero que el de un teléfono, por lo que su adaptación conlleva mucho menos trabajo. Además, la mayoría de fabricantes tienen un menos número de modelos Android Wear en el mercado, lo que también disminuye la tarea.
Google parece haber retenido, al menos por ahora, un mayor control sobre Android Wear que el que jamás tuvo sobre el Android standard y eso se traduce en unas actualizaciones que en los teléfonos no podemos soñar. Sin embargo esto también es posible porque en muchos casos los terminales actualizan, pero no añaden todas las novedades. Lo vimos con el soporte para WiFi que se añadió con la llegada de Lollipop 5.1.1, pero que apenas un puñado de smartwatches eran capaces de soportar.
Una nueva versión de Android Wear puede incluir novedades para el GPS o para el altavoz, pero si tu reloj no cuenta con estos elementos, por mucho que se actualice, no adquirirás las nuevas funciones, obviamente.
El crecimiento del mercado ¿un peligro?
Si el mercado del wearable crece gracias a las mejoras que ganen los dispositivos con la llegada de la sim virtual, si aumenta el número de fabricantes que adoptan Android Wear y cada uno de ellos lanza un mayor número de modelos, es posible que la situación se ponga tan fea como en Android, pero desde luego el despliegue de las actualizaciones es realmente esperanzador de cara al futuro.
La existencia de un Android Wear sin apenas fragmentación es algo que puede facilitar tremendamente la aparición de los smartwatch de bajo coste, y cuanto más accesible sea la tecnología, mejor para todo el mundo.