Los smartwatches y las pulseras inteligentes son dispositivos cuyo uso está extendido en España, con más de 2,4 millones de unidades el año pasado, según IDC. Y es que este tipo de dispositivos han sido los únicos wearables que han mantenido la demanda, según la fima de análisis Canalys. Esto hace que haya cada vez más opciones en el mercado. Ofertas que van desde el ambicioso Apple Watch Ultra a opciones muy baratas.
Lo cierto, es que aunque smartbands y relojes se coloquen en la muñeca, con lo que coinciden en muchos aspectos y comparten gran parte de su público, sin embargo, tienen grandes diferencias. Autonomía, capacidades de medición o el tamaño es dónde residen los principales factores determinantes a la hora de elegir qué es mejor comprar.
Además, cabe tener en cuenta el precio. Por regla general, las smartband suelen ser más asequibles, pero al mismo tiempo —por pura física— son las que integran menos funciones ante la imposibilidad de integrar menos sensores o baterías. Ante esto la pregunta es clara: ¿qué es mejor comprar un reloj o una pulsera inteligente?, les dejamos parecidos y diferencias entre ellos antes de elegir.
Pulseras: sencillez y comodidad
Una de las principales diferencias entre una pulsera inteligente y un smartwatch es su pantalla y tamaño. Las pulseras suelen contar con una pantalla alargada, mientras que los relojes inteligentes apuestan por un formato cuadrado o circular.
Esto hace que las pulseras inteligentes sean ligeramente más cómodas a la muñeca, puesto que al doblarla es más difícil que la pulsera pueda molestar. Además, también suelen ser más ligeras y tener unas dimensiones más compactas. De este modo, la pulsera de actividad puede ser la opción perfecta para tener la mayoría de funciones de un smartwatch, pero en un tamaño reducido.
Se trata de funciones como la medición de pasos y la actividad deportiva, la gestión de las notificaciones o el registro de datos sobre el sueño y el descanso. También la posibilidad de poner alarmas, temporizadores y en muchos casos controlar la reproducción multimedia del móvil.
La personalización también está presente en las pulseras gracias tanto a la posibilidad de cambiar el diseño de la pantalla de inicio como la correa. En el caso de las pulseras las correas suelen estar adaptadas al modelo concreto del dispositivo, por lo que al buscar una alternativa hay que asegurarse de que se empareje con el modelo en cuestión.
Smartwatch: más funciones
Los smartwatches, en su mayoría, cuentan con una pantalla cuadrada o circular de mayor tamaño que las pulseras. Esto no sólo hace que ocupen más espacio sino que también se puedan introducir más componentes en su interior. Es por ello por lo que suelen contar con más funciones que las pulseras de actividad.
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Aunque los smartwatches comenzaron centrándose en la comunicación, poco a poco se han ido enfocando hacia la mejora en la medición de datos sobre la salud. Google incluso ha lanzado una app para reunir los datos de las apps de medición y ejercicio, así como hay aplicaciones que permiten controlar la diabetes desde los relojes inteligentes. Esto permite que con los relojes inteligentes se puedan conocer la actividad diaria y las métricas basales recogidas gracias a medidores de oxígeno en sangre, rimo cardíaco o estrés. El objetivo es tener un control total de lo que sucede en el cuerpo.
El posicionamiento del usuario también está más avanzado en los relojes. Aunque hay pulseras que cuentan con sistemas de seguimiento, el mayor tamaño de los smartwatches le permite tener conexión GPS de múltiple banda, y sistemas alternativos como Galileo. Esto no sólo permite registrar las rutas de los entrenamientos al aire libre, sino que también permiten tener una mayor libertad a la hora de poder hacer rutas por el campo donde la conexión puede escasear. Se pueden marcar rutas con el posicionamiento para volver sobre nuestros pasos e incluso enviar alertas SOS a equipos de rescate.
En este sentido el contar con una caja de mayor tamaño permite que tengan un altavoz con el que se pueden mantener llamadas de teléfono sin necesidad de smartphone,. Además disponen de funcionalidades únicas como guardar y reproducir música o podcasts, vincularse con el teléfono móvil para usarlo como disparador fotográfico, consultar el tiempo y la más importante: realizar pagos sin contacto a través de NFC. Te puedes olvidar la tarjeta de crédito en casa, que podrás realizar pagos siempre desde la muñeca.
Quizá más trivial, pero clave a la hora de elegir un dispositivo u otro es, sin duda, su aspecto. Los relojes, por lo general, visten más que una pulsera inteligente. No sólo son un gadget, también son un complemento de moda, con lo que aquí es importante conocer que la mayoría de ellos suelen ajustarse a los estándares de 20 y 22 mm, con lo que es más fácil aprovechar las correas si cambiamos de modelo.
¿Qué comprar?
Partiendo de las similitudes que tienen los relojes inteligentes y las smartbands, hay que destacar que ambos son dispositivos aptos para la medición y registro de la actividad deportiva. Sin embargo, si lo que buscamos es un gadget con el que llevar un control muy exhaustivo de nuestro cuerpo lo óptimo es apostar por un smartwatch por su poderío de sensores. Así por ejemplo, modelos como el Huawei Watch D o el Samsung Galaxy Watch 5 son modelos pensados para el ecosistema Android muy avanzados en este aspecto.
Por contra, hay muchos smartwatches que cuentan con un tamaño excesivo para muchos usuarios que simplemente buscan un conteo de pasos y actividad diaria. Al tiempo que igual quieren compatibilizar el uso de la pulsera con su reloj analógico. En este caso, las pulseras son mejor opción. Ofrecen conectividad sin invertir demasiado y permiten convivir mejor con otro tipo de complementos.
Con respecto al precio los hay de todo tipo. Aunque las pulseras son más baratas, en general, que los relojes, es cierto que se pueden encontrar modelos como el realme Watch 3 al mismo precio que algunas pulseras. Sin embargo, los relojes inteligentes premium suelen rondar los 300 euros.
En suma, es el propio usuario quien ha de determinar qué es lo que busca, cuál es su estilo y hasta dónde llega su presupuesto. Será a partir de ahí cuando debe tomar la decisión de qué comprar: si reloj o pulsera inteligente.