Uno de los mayores cambios que ha traído la adopción de los smartphones como sistemas de comunicación personal por encima de los teléfonos móviles convencionales es que, al igual que los ordenadores, se actualizan cada cierto tiempo añadiendo nuevas funciones. Y esto es importante en países como España donde los dispositivos cada vez duran más años.
La cuestión es que los sistemas operativos móviles tienen versiones normalmente más prolíficas que los sistemas de escritorio, aunque MacOS sigue lanzando versiones anuales, pese a que muchas veces sea con cambios menores. No obstante, la mayor parte de los españoles usa Windows y es posible contar con los dedos de una mano las veces que cambia de versión un mismo ordenador.
En los teléfonos la cosa es diferente porque no sólo hay una actualización mayor cada año, sino que también hay parches de seguridad mensuales que llegan a multitud de modelos, y que los usuarios en demasiadas ocasiones obvian. Para la mayoría tener que actualizar el móvil no es una ventaja, sino una molestia, motivo por el cual descartan el aviso desde las notificaciones hasta que les vuelve a salir, y se vuelve a descartar. Pero hay motivos para actualizar el móvil siempre.
Más seguridad. El principal motivo es obvio. Las actualizaciones de los sistemas incluyen mejoras de seguridad que evitan que los posibles delincuentes puedan acceder a datos alojados en el terminal. Y teniendo en cuenta que usamos los móviles para acceder al banco, tener conversaciones intimas, pagar... los datos del mismo son valiosos, y perderlos puede suponer un problema. Ninguna actualización garantiza que no vayamos a poder ser atacados, pero sí que minimizan las formas en las que podemos serlo.
Mejor funcionamiento. Pese a que no siempre es conveniente actualizar un móvil muy antiguo, cuando hablamos de las primeras actualizaciones, siempre tenemos un sistema que mejora en cuanto a velocidad y fluidez, por los cambios implementados en el mismo por los desarrolladores. La gestión de la memoria que usan las aplicaciones y de la caché de las mismas suele ser algo que el usuario normal no considera, y a veces empeora la experiencia.
Nuevas funciones. Por supuesto, el motivo más popular por el que actualizar, aunque no el más importante, es el de tener nuevas funciones disponibles, así como nuevas formas de usar el móvil que pueden mejorar nuestro día a día. Eso sí, en ocasiones esto implica aprender a hacer las cosas de manera diferente, y son muchos los que prefieren que las cosas no cambien. Por eso en ocasiones cuando se les rompe un móvil se compran uno de la misma marca, porque ya saben cómo se hace todo.