En Corea además hemos visto como se han hecho ediciones especiales, con un hardware concreto y conectividad LTE cuando los otros modelos no lo tenían. Allí es un requisito indispensable y precisamente estas diferencias son las que llevaron a los desarrolladores a tener que destinar recursos aparte para producir las actualizaciones.
Las actualizaciones siempre han sido motivo de disputa entre los usuarios, que ven como la diferencia entre un Nexus y un Galaxy S4 o un LG G2 es abismal por culpa del software y no del hardware. Una diferencia que en Corea, donde la gran mayoría de los usuarios tienen dispositivos de esas marcas, se esfuerzan porque sea la menor posible.
¿Veremos algún día un móvil Android que se actualiza pronto y en todos los lugares a la vez?