Durante muchas décadas, Intel ha sido la empresa líder en procesadores para dispositivos informáticos. Pero el mundo cambió y dio el salto desde los ordenadores a los teléfonos, y en ese salto no fue Microsoft la única que salió perdiendo. También lo hizo Intel.
ARM, una empresa británica, se ha posicionado como la gran ganadora en este sector al haber conseguido desarrollar una arquitectura para los procesadores móviles que permitía a cualquier fabricante crear sus propios chips.
Para ello licenciaba sus diseños, que luego eran usados por las marcas para crear sus propioos procesadores. Así se han creado los Snapdragon de Qualcomm, los Exynos de Samsung o los Kirin de Huawei, entre otros.
RISC-V empieza a coger tracción
Esto ha posicionado a ARM casi en una suerte de monopolio indirecto dado que si bien había más arquitecturas disponibles la suya era la más eficiente.
Pero en los últimos tiempos una arquitectura de código abierto denominada RISC-V ha empezado a coger importancia. Uno de los motivos ha sido el veto de los Estados Unidos a Huawei, que indirectamente hizo que ARM no pudiera licenciar su tecnología para crear los procesadores de la empresa china.
Se empezó a especular entonces con que Huawei podría optar por RISC-V como alternativa a ARM. Y parece que más de una empresa ha empezado a considerar esa opción.
ARM cambia su sistema de licencias
Así, ARM ha tomado la decisión de cambiar la forma en la que licita su tecnología, haciendo más sencillo y más barato a sus clientes el usarla.
En vez de pagar las licencias al completo ARM permitirá el pagar por algunos diseños, haciendo mas accesible en empezar a crear sus propios procesadores.
Parece que dentro de unos años habrá más variedad en el mercado de los procesadores móviles, como la hay en el de los ordenadores.