¿Te gustaría ver un Snapdragon 820 en los gama media actuales? Te contamos las razones por las que los fabricantes no apuestan por esta práctica.
Desde hace unos cuantos años, un servidor se ha preguntado en multitud de ocasiones por qué los fabricantes no montan los procesadores más potentes de generaciones anteriores en sus modelos actuales, a un coste inferior. Si cogemos el ejemplo de Qualcomm con sus Snapdragon, podremos ver que tradicionalmente sus chipset de la serie 800 han sido sobradamente más potentes que hermanos pequeños de la serie 600 durante al menos una generación de ventaja.
Si echamos la vista atrás, veremos que en los últimos tiempos solo se han dado dos ejemplos significativos en los que los fabricantes apuesten por esta estrategia, el Oneplus X y el Zuk Z1. Ambos teléfonos fueron lanzados en 2015, equipando el Qualcomm Snapdragon 801, el procesador estrella de 2014 y resultaron funcionar muy bien a nivel de ventas. Entonces ¿Por qué no hay más marcas que imiten la estrategia? ¿Por qué Oneplus y Zuk no han repetido?
La opinión de BQ
Para obtener una respuesta que se acercase lo mejor posible a la realidad decidimos ponernos en contacto con BQ para conocer la opinión de un fabricante.
La marca española centra su catálogo en la gama media, desde sus inicios no ha querido apostar por el lanzamiento de un gama alta bajo su logo, por lo que parecería el fabricante perfecto para apostar por un procesador top de la generación anterior y seguir manteniendo el precio de gama media. Sin embargo, BQ no ha realizado nunca un movimiento similar, estas son sus razones.
Principalmente se esgrimen dos motivos principales, el primero es que en el System on chip en el que se encuadra el procesador también se encuentran otros elementos como el chip de radiofrecuencia, el DSP o los procesadores de imagen y cámara. Estos elementos también evolucionan de un año para otro y a los fabricantes no les conviene instalar en sus dispositivos tantos elementos desactualizados.
El segundo motivo es el soporte, en unos tiempos en los que las actualizaciones son tan importantes para el usuario final, un fabricante no puede arriesgarse a no poder ofrecer una actualización por haber utilizado elementos antiguos en sus teléfonos. Todos sabemos la complejidad que rodea a las actualizaciones en Android.
Son muchos los fabricantes que deben entregar nuevos drivers para hacer posible la actualización, y si se apuesta por chipsets antiguos, este riesgo crecerá. Un caso de este estilo ya se dio con los citados Oneplus X y Zuk Z1 cuando Google vetó a los procesadores Snapdragon 801 en Android Nougat, tan solo un año después de su salida al mercado.
Conclusiones: Comprendemos las razones aunque nos gustaría que no se extinguiera esta práctica
A pesar de que las razones por las que las marcas suelen rehusar utilizar procesadores de generaciones anteriores son más que convincentes, nos gustaría seguir viendo algún modelo que apostase por ello.
Creemos que existe un público objetivo al que este tipo de estrategia podría interesarle. Por ejemplo, aquellas personas que desconocen que versión de Android ejecuta su teléfono, estarían encantadas de no tener su smartphone a la última si a cambio obtienen un rendimiento superior.
También los usuarios habituales de las Custom ROM tendrían una opción interesante en este tipo de dispositivos al saber que podrán mantenerlos actualizados mediante una vía no oficial. Por lo tanto nos gustaría seguir viendo algún dispositivo con estas características de vez en cuando.