Google ha declarado haber solventado varios de los exploits filtrados por WikiLeaks que afectaban a Android pero no ha confirmado haberlos resuelto todos.
Ayer saltaba la noticia gracias a unas filtraciones de WikiLeaks de que cientos de modelos de móviles Android, junto con otros dispositivos diferentes, habían estado comprometidos por errores y vulnerabilidades del sistema.
Estos fallos de seguridad habrían sido usados por organizaciones como la CIA para espiar a algunas personas de manera ilegal, lo que ha desatado una oleada de quejas y preocupación en las empresas afectadas.
A las pocas horas algunas corporaciones como Apple respondieron comunicando que muchas de esas vulnerabilidades estaban ya solucionadas.
Google ha tardado más en decir lo mismo
Hoy ha sido Google la que se ha pronunciado para decir algo muy similar, que muchos de los exploits usados según WikiLeaks ya no serían posibles de ejecutar dado que las actualizaciones de Android los habrían corregidos.
El problema es que al dar esa respuesta da a entender que no se han solventado todos por lo que aún hoy día muchos de estos modelos siguen pudiendo ser espiados. La empresa ha afirmado que está trabajando en mejorar aún más la seguridad.
Parches mensuales de seguridad
No obstante hay que tener en cuenta que Google libera mensualmente una pequeña actualización de Android pensada exclusivamente para mejorar la seguridad del sistema y que aunque se solucionaran todos los problemas a los que hacen referencia los más de 8.000 documentos liberados por la organización de Julian Assange surgirían otros nuevos.
El problema de la fragmentación
De nuevo se empieza a mirar de reojo a la facilidad con la que muchos móviles Android se quedan sin actualizaciones. Siempre nos centramos en las funcionalidades nuevas que no llegarán a tener pero ahora nos preocupamos más por la seguridad.
Los móviles con versiones del sistema anteriores a Lollipop, que han sido los más afectados, no se venden ya pero aún hay millones en uso por todo el mundo.
Quizás Google debería separar en las actualizaciones la parte de seguridad de la funcional, para poder dar cobertura a un mayor número de dispositivos durante más tiempo.