Cuenta una leyenda que los miembros de algunas tribus no se dejaban fotografiar cuando llegaban los exploradores blancos debido a que creían que estas les robaban el alma. Aunque lo cierto es que no existen pruebas de que esta afirmación se corresponda con la realidad, algo de verdad debe haber, y es que toda nueva tecnología genera unos nuevos miedos, y el smartphone no se ha librado de ellos.
Otra leyenda cuenta que cuando los Lumiere mostraron por primera vez al público sus grabaciones el 28 de diciembre de 1895 en el Salon indien du Gran Café de Paris, muchos espectadores huyeron al ver La llegada del tren a la estación pensando que este saldría de la pantalla, leyenda que es falsa, pero que no se puede descartar que fuera real en otros lugares con un público menos informado.
Pero no hay que remontarse tanto para ver reacciones de este tipo. Los smartphones en particular y móviles en general han dado pie a múltiples mitos y bulos sobre su efecto en tu salud, algunos de los cuales han tenido una gran repercusión. En las últimas horas hemos visto como desde el Twitter de la Policía Nacional española se avisaba del peligro de que la radiación de tu smartphone no te dejase dormir.
En los últimos años hemos visto como desde la red social la policía nos advertía de todo tipo de bulos, pero parece que en esta ocasión han sido ellos los que han caído de cuatro patas en uno. La sombra de Carlos Fernandez -Community Manager que convirtió a la policía española en una de las más seguidas de las redes sociales- es muy alargada, pero desde aquí queremos reconfortar a su sucesora: puede dormir tranquila con el móvil en la mesilla.
Hipersensibilidad electromagnética: las radiaciones de tu móvil te dejarán dormir
Ningún estudio científico ha logrado relacionar las radiaciones emitidas por los teléfonos o redes WiFi con dolencias que muchas personas aseguran tener. Recientemente en Francia se concedió a una mujer que aseguraba ser alérgica a las redes inalámbricas pese a que no existir evidencias sólidas que los relacionen.
Eso no quiere decir que las personas que sufren la llamada hipersensibilidad electromagnética mientan, simplemente pueden tener un problema psicológico o que sus síntomas provengan de otro mal. Un poco como la ceguera psicosomática que Woody Allen padecía en Un Final Made In Hollywood.
Pero su luz igual sí que puede desvelarte
Pero como hemos dicho antes, muchas leyendas tienen una base real, y el smartphone sí que puede perjudicar tu sueño, aunque no tenga nada que ver con la «contaminación invisible» a la que hacía referencia el tuit de la Policía, sino más bien todo lo contrario: es la contaminación visible. Además de permitirnos ver, el ojo es el órgano que controla el el ritmo circadiano. Cuando el ojo detecta que la cantidad de luz en el ambiente comienza a bajar, deduce que se está haciendo de noche, y activa la producción de melatonina, una hormona cuya función es, básicamente, dejarte sopa.
Se da la circunstancia de que el ojo no diferencia entre la luz natural o la artificial, así que si usamos el smartphone o la tableta poco antes de irnos a dormir podemos desvelarnos y sufrir insomnio de inicio -tardar más de 30 minutos en dormirnos- pero esto puede ocurrir con una bombilla, la tele o una hoguera en la caverna, y se soluciona con algo tan simple como no mirar nuestro smartphone tras haber apagado el resto de luces.
La luz de las pantallas no son malas para la vista
El smartphone y las tabletas no te dejarán ciego y la masturbación tampoco. En los últimos meses se ha extendido un rumor sobre los supuestos efectos nocivos que la luz azul de las pantallas LED. Todo se basa en un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid. Se da la circunstancia de que la directora de este estudio es la misma persona que patentó los filtros Reticare, que por unos 12€ puede proteger tu vista. Un informe de la OCU tiró por tierra el estudio al asegurar que no había nada demostrado.
El dr Fernando Soler explica que la idea de que las pantallas son malas para la vista proviene de la época de tubos catódicos, cuyo bajo nivel de refresco cansaba rápido la vista. Actualmente cree que buena parte del cansancio al leer en la pantalla de una tableta viene del uso extendido en la web de tipografías de palo seco, sin serifas -bordes redondeados en los caracteres- que hacen el texto menos legible y obligan a una mayor atención. Además, debido a a la concentración, al leer parpadeamos menos, algo que en la lectura de un libro tradicional se compensa al pasar la página.
Los smartphones no hacen explotar las gasolineras
El uso de los smartphones en las gasolineras está prohibido, cierto, y con ello se ha extendido el rumor de que se debe a la posibilidad de que estos causen una explosión. Hay dos versiones de como esta hipotética explosión. Una es por la posibilidad de que haya una chispa en los conectores de la batería y otra apunta a las radiaciones que emite. Ambas son extremadamente improbables.
Pero lo cierto es que el smartphone distrae, y una distracción sí que puede causar un accidente grave si estás manipulando una manguera que escupe un líquido que tiende a explotar, exactamente la misma razón por la que se ha prohibido su uso al conducir.
Los smartphones no causan cáncer
Todavía con la resaca de haber descubierto que la carne procesada puede causar cáncer, hay que destacar que -de momento- no es el caso de los smartphones. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer tiene catalogado la radiación de los teléfonos móviles en el grupo 2B, el tercero de los cinco grupos en los que sitúa los objetos de sus investigaciones. Esto etiqueta a las radiaciones como “posiblemente cancerígeno para los humanos”, no como “probablemente cancerígeno para los humanos” -que sería el grupo 2A-, ni como “cancerígeno para los humanos” -el grupo 1-. A pesar de lo alarmante que pueda sonar esta etiqueta, en esta misma categoría encontramos otras sustancias como por ejemplo el café o circunstancias como la carpintería o los trabajos de una imprenta.
En este grupo se incluyen agentes de los que hay evidencia limitada o insuficiente para categorizarla como cancerígeno pero para los que se requiere una mayor investigación. Aunque no hay estudios suficientes que demuestren de forma concluyente a efectos cancerígenos de las radiaciones producidas por el móvil, sí que hay estudios que parecen confirmar que las radiaciones de nuestro móvil tienen un cierto efecto sobre la calidad del esperma.
Google, Facebook, la NSA y los Iluminati te espían
Bueno, esta puede tener muchos elementos de realidad. No son pocas las aplicaciones que recopilan información y la envían a servidores externos, y no han sido pocos los escándalos que han mostrado el espionaje masivo de algunos gobiernos.
Sin embargo, hay que aceptar un hecho: la mayoría no somos tan importantes y a todos esos señores les importa tres pepinos lo que hagamos o dejemos de hacer, y en muchos casos la información sólo sirve para que Google pueda ajustar sus servicios a nuestros hábitos o para que Netflix nos recomiende series que nos vayan a gustar. Si alguien me espía, hay alguien que se debe estar aburriendo mucho.