Los coches autónomos de Google no sólo tienen que enfrentarse a la carretera: los conductores que habitan en ellas suponen un gran peligro para ellos, y Google nos enseña cómo somos para los coches autónomos en los que llevan trabajando todo este tiempo.
Justo hoy os hemos comentado el primer accidente con heridos leves en el que un coche autónomo de Google se ha visto implicado: un coche se empotró contra la parte trasera del coche autónomo después de detenerse en una intersección. Esos heridos leves son tres empleados de Google que estaban dentro del coche y que sufrieron un latigazo cervical: fueron llevados a un hospital por precaución y ya se les ha dado el alta, por fortuna.
Primer accidente del coche autónomo de Google con heridos leves
Siempre ha habido polémica con la llegada de los coches autónomos, y muchos impedimentos para que circulasen por las carreteras sin que un humano estuviese al volante. En realidad es normal que desconfiemos, más cuando estamos hablando de coches que se conducen solos, pero el peligro se encuentra entre nosotros. O eso mismo afirman en Google al defender su coche autónomo.
El vídeo que tenéis sobre estas líneas nos muestra «los ojos del coche» en el momento de ese accidente: los sensores captan toda esa información, como también captaron el choque que le pegó desde detrás un coche conducido por humanos. Según los datos que aporta la propia Google, el error humano es el responsable del 94% de los accidentes, y con su aventura en el coche autónomo también han aprendido cosas sobre cómo conducimos.
Chris Urmson, director del programa de coches autónomos de Google, afirma que, en los seis años y casi 3 millones de kilómetros que llevan recorridos, sólo han estado involucrados en 11 accidentes, y ninguno fue culpa del coche autónomo. Han sido golpeados por detrás siete veces, hay más accidentes en ciudad que en autopista, y en Google destacan que mucha gente ni siquiera presta atención a la carretera mientras conduce.
Los errores de los conductores que el coche autónomo evita
Para demostrarlo, Chris Urmson ha publicado varias capturas de ‘los ojos del coche autónomo’ en diversas situaciones peligrosas, que tenéis justo debajo.
En este caso, un ciclista (caja de color azul claro) inició tarde su camino en una intersección, y se libró por los pelos de ser arrollado por un coche (la caja violeta que entra en la intersección). El coche supo predecir que el ciclista giraría a la derecha (la senda roja), y se detuvo hasta que el ciclista hubiera cruzado la intersección.
Esa captura que veis está tomada en un bulevar muy concurrido de Mountain View, y se pueden ver dos coches (las cajas violetas que están al lado de la senda verde) que están en el lado equivocado de la carretera: en realidad deberían estar al otro lado, y en Google comentan que es algo que ocurre con demasiada frecuencia.
En un giro descrito como loco por Chris, un coche (la caja con símbolo de precaución que está atravesando los cuadrados verdes) hace un giro a la derecha cruzándose por completo en el camino del coche, que reduce la velocidad para evitar una colisión.
Por último, Chris también destaca que algunos conductores actúan como si no estuviesen allí, y pone como ejemplo este caso: un coche que corta el paso por completo al coche autónomo, obligándole a detenerse para evitar un choque.
Sin embargo, afirman que todos estos casos no les han desmotivado a continuar enfrentándose a todos esos retos: quieren entender por completo todos estos incidentes, y quieren seguir trabajando en un coche que nos haga olvidar los accidentes. Todavía queda un largo camino por recorrer para los coches autónomos, pero parece que nos acercamos con paso decidido hacia un futuro con ellos.
Más información | Chris Urmson en Backchannel (Medium)