Una de las preguntas que más me suelen hacer en referencia a los móviles versa en torno a mi opinión sobre cual es el mejor. Sin más. Obviamente la respuesta es la que daría cualquier con dos dedos de frente: depende.
Sin embargo hay elementos bastante subjetivos que hay que considerar para establecer si un móvil es al menos muy buen móvil. Junto a clásicos como la cámara, el desempeño de la batería, la experiencia de uso que frece su potencia o la calidad de la pantalla hay otros no menos importantes como el software el precio o la política de actualizaciones de la marca.
Todo eso es lo que hemos tenido en cuenta a la hora de probar el OnePlus 5T, el sucesor de un móvil que a muchos gusta y a otros no. Personalmente fue mi móvil elegido de 2017, aunque aún no había podido probar este.
Un diseño que no falla ni asombra
Cuando cogí por primera vez el OnePlus 5 en mi mano me quedé extrañado. Era muy fino. Era casi demasiado fino para ser real y pese a eso no transmitía fragilidad. El OnePlus 5T da la misma sensación en la mano y es algo agradable.
No obstante hay un cambio de forma que sí que es notorio pero al que vamos a tener que acostumbrarnos lo queramos o no: el ratio 18:9 ha venido para quedarse.
Demos la bienvenida a la pantalla total
Pese a que de siempre he sido defensor del sensor de huellas en la parte trasera el antecesor del móvil que analizamos hoy me hizo cambiar de opinión y eso es algo que ahora noto con el 5T. Pese a todo es un fallo menor por una característica de software de la que hablaremos luego.
OnePlus sigue manteniendo unas líneas ergonómicas que no obstante no solventan el equilibrio de la pantalla. Usarlo con una mano es menos cómodo que con un móvil menos alargado.
En los laterales tenemos los botones esperados, incluyendo el Alert Slider, el botón que permite elegir entre una de las tres posiciones: Sonido, No molestar y Vibración.
El sensor de huellas en la zona trasera no es la única novedad y es que la cámara ahora sobresale más con lo que si lo tenemos apoyado podremos comprobar como se mueve si tocamos en la esquina superior derecha de la pantalla. No es un gran inconveniente pero creemos que centrar la cámara o hacerla menos protuberante hubiera sido un acierto. Aún así, si ese es el precio por el grosor del terminal, lo pagamos encantados.
La potencia sin control no sirve de nada
Me he permitido la licencia de usar el slogan publicitario de una marca de neumáticos para representar el apartado clave de cualquier terminal por un motivo. He analizado ya varios smartphones con mucha memoria interna, mucha memoria RAM o procesadores muy rápidos.
Sin embargo la sensación que tengo con este móvil (y tuve con el OnePlus 5) no la he conseguido replicar en ningún otro. Solo el Xiaomi Mi 6 se acerca y no es exactamente lo mismo.
La sensación de fluidez de este móvil está a otro nivel
Xiaomi ha configurado su software para que el Snapdragon 835 saque todo su potencial. Eso se nota en la velocidad de apertura de aplicaciones pero también en cómo se cambia de una a otra. Aquí también he de reconocer que los 8 GB de RAM marcan distancias. Me he quedado con las ganas de probar la versión de 6 GB también para ver si es más la cantidad o la forma de usarla de la empresa.
Sobre el almacenamiento, poco que decir. Aunque lo sabía desde el lanzamiento olvidé que el 5T no tenía ranura para microSD, ese es el nivel de preocupación que me transmite ir por la calle con la misma cantidad de memoria en el bolsillo que tenía el ordenador portátil que usaba hasta hace un par de meses.
El sonido es un apartado también llamativo. La calidad del mismo es muy elevada pero me hubiera gustado que hubiera dos, para conseguir el sonido estéreo. Esto no es una apreciación personal, ya que apenas uso los altavoces, pero me consta que la mayoría de gente sí.
En cuanto a lo esperado en el apartado de conectividad tenemos lo estándar en la gama alta de Android de 2017: NFC, sensor de huellas, Bluetooth 5.0, Wifi de doble banda… pero también hay carencias, como el sensor de infrarrojos o la radio FM, algo a lo que mucho me temo que vamos a tener que acostumbrarnos. Y tampoco hay resistencia al agua, algo que aunque a mi me da igual sé que muchos valoran, sobre todo en un móvil de más de 500 euros.
La batería es uno de los elementos que, sin ser decepcionantes, nos deja más fríos. En un día de uso podemos sacarle hasta 6 horas de pantalla siempre que estemos bajo Wifi. Por el contrario si nos vamos a exteriores nos quedamos entre tres y cuatro aunque hemos de reconocer que el uso ha sido intenso en cámara, GPS o redes sociales.
Eso sí, no podemos hacer un análisis de este modelo, o de cualquiera moderno de OnePlus, sin mencionar lo bien que funciona Dash Charge, la carga rápida de la empresa. Si lo has usado, te enamora, si no, no llegas a entenderlo.
Una pantalla moderna
Estamos ante el cambio más llamativo de OnePlus desde su inicio. La tendencia de 2017 ha sido clara: pantallas sin bordes y con proporción más rectangular.
Eso ha hecho que el 5T opte por nada menos que 6 pulgadas que en realidad vienen a ser las mismas 5.5 de su antecesor pero añadiendo al panel gran parte de los marcos del frontal del mismo. De este modo tenemos un terminal casi del mismo tamaño pero con mayor diagonal. A la hora de ver contenido normalmente se aprovecha ya que cada vez más dispositivos optan por esta proporción.
Sin embargo vemos que la firma china sigue sin querer dar el salto a la resolución QHD y se queda en FHD+, 2160×1080 px, lo que me parece todo un acierto.
No tenemos problemas de sensibilidad, de reflejos que molesten o de brillo demasiado alto o demasiado lento a la hora de cambiar de manera automática. Todo funciona como se espera, con las ventajas de un panel OLED. Ni siquiera tenemos el efecto gelatina que tenían algunos modelos del OnePlus 5.
Se agradecen algunos añadidos de software como que la pantalla se encienda para mostrar las notificaciones y la hora al cogerlo o que tenga el doble toque para el desbloqueo. Lo único que nos hubiera gustado es que el sistema pudiera encender la pantalla entera, no solo el Active Display, para que si tenemos activado el reconocimiento f acial detectara nuestra cara sin tener que pulsar botón alguno.
Cámara: un paso adelante, y otro atrás
La cámara del OnePlus 5 fue una elección de su tiempo: doble sensor con angular y telefoto. Esa opción me parece de lo más acertada ya que tiene lo mejor de ambos mundos: zoom óptico, modo retrato…
Sin embargo en el OnePlus 5T no tiene esa distinción. Usa dos sensores en la zona trasera que funcionan igual. De hecho no podemos optar por uno o por otro y aunque no tienen la misma resolución sí que tienen la misma apertura.
A la hora de tomar fotos se nota que la calidad es algo mejor que la del OnePlus 5, sin llegar a los mejores representantes de 2017. Tenemos más detalle, más nitidez, menos ruido y problemas en la fotografía nocturna… pero también hay cosas que empeoran.
El recorte de las fotos en modo retrato se me antoja algo peor que en el OnePlus 5, o al menos no mejor. También falla a la hora de hacer fotos con zoom dado que tiene que recortar la imagen, algo que otros móviles como el Huawei Mate 10 pero que nos parece un paso atrás con respecto a un modelo que ya estaba a la venta.
A la hora de hacer vídeo la calidad, incluso de noche, es muy adecuada, pero la estabilización no es impecable, solo pasable.
No es Android puro, es mejor aún
Entramos en el apartado estrella de cualquier móvil de OnePlus, el software. Esto es lo primero que me ha enseñado, aunque lo viviera con su antecesor. Quiero esta experiencia Android en mi móvil.
Normalmente a la hora de elegir un terminal hay que escoger entre una capa limpia cercana a Android puro o una recargada que nos dé más opciones. Pero con Oxygen no es preciso.
Esta es la capa que usa OnePlus en sus modelos internacionales y aunque no está exenta de polémicas, como la propia empresa, personalmente la veo como lo que debería ser Android, sin más.
Tenemos una interfaz similar a la que ofrece Google, con nuevas opciones de personalización como la gestión de iconos, que también tienen otras marcas como Blackberry en su KeyOne. Los modos oscuro y claro se adaptan a todos los usuarios así como los colores de acento o la opción de cambiar de manera automática de fondo de pantalla.
Pero no todo es personalización, a las opciones de pantalla activa o de disparo de fotos añadimos una que es posiblemente la función más esperada: el desbloqueo facial.
Al contrario que en el iPhone X el OnePlus 5T no tiene un hardware específico si bien su forma de controlar la cámara frontal hace que sea mucho más seguro que lo que hace Android de serie. Solo el Xiaomi Mi Note 3 me ha dado una experiencia similar.
Una vez que te acostumbras no lo quieres dejar de lado. Y esto es lo segundo que me enseñó el OnePlus 5T.
Personalmente entiendo a la gente que quiere ver su pantalla de bloqueo para gestionar notificaciones pero para mi esto es el futuro, y no los sensores de huellas que, por otro lado, agradezco que se mantengan para situaciones como el tener que llevar un casco, bufanda, etc.
La versión del sistema es Android 7.1.1 Nougat pero mientras realizaba este análisis ha llegado Oreo, con las mejoras propias de la nueva versión así como con algunas aplicaciones del sistema actualizadas.
Una gran opción de compra
Aunque no fuera necesaria una renovación desde el OnePlus 5 la empresa necesita tener un terminal lo más actualizado posible para rivalizar contra el resto de marcas.
Si tienes un OnePlus 5 ya te avanzo que cambiarlo por este no es en absoluto necesario. Es más, algunos usuarios valoran más el anterior modelo por la posición del sensor de huellas o la cámara.
Sin embargo si estás pensando en comprar un móvil Android de gama alta y valoras todos los aspectos pero la fluidez y la velocidad ante todo no se nos ocurre mejor elección que este modelo.
Aún hay margen de mejora pero es un terminal que claramente durará años en nuestras manos.