Samsung Galaxy Tab S, toma de contacto
Durante la tarde del 12 de junio en Nueva York, lo que ya era la madrugada del día 13 en España, Samsung ha presentado lo que ha considerado uno de sus lanzamientos más importantes del año, el Galaxy Tab S, que en principio parece una tablet más, pero esconde algo detrás que promete mucho. Hablamos de dos cosas, por un lado los servicios, que es una de las excusas más interesantes bajo la que Samsung ha querido presentar este nuevo terminal, y de la increíble pantalla, que unida a un peso muy reducido convierte esta tablet en una de las promesas de la temporada.
Aunque por supuesto eso no es todo. Pese a que Samsung haya presentado ya 21 tablets diferentes en lo que llevamos de año y ahora sume a la lista esta Tab S, encontramos unas cuentas mejoras que merecen la pena citar.
Lo más importante es la pantalla Super AMOLED, que se adapta a las condiciones de luminosidad. La idea es que tengamos una gama de colores mayor, mejor contraste, pantalla con capacidad de adaptarse y la posibilidad de visualización en exteriores. Desgraciadamente solo hemos podido probar esta Tab S dentro del Madison Square Garden, donde se ha presentado, y ha sido imposible comprobar hasta qué punto cumple con todas estas expectativas. Eso sí, la pinta de la pantalla es muy buena, pero en un interior no podemos sacar demasiadas conclusiones.
Los colores se ven muy vivos, e incluso hemos estado comparando con otras tablets y los resultados parecen muy superiores. Desde luego esta pantalla promete mucho, y habrá que ponerla muy a prueba, porque podría ser un cambio importante en esta tecnología.
Una de las ventajas de esta pantalla es que con las baterías de 4.900 y 7.900 mAh de los modelos pequeño y grande respectivamente, es que el consumo de esta es mucho menor que en un LCD convencional, al menos según Samsung, y que podremos tener hasta 11 horas de reproducción de vídeo. Parece una cifra demasiado alta, y va a ser muy entretenido ponerla a prueba, ya que de ser real sería un punto muy positivo para esta tablet.
Por otro lado tenemos el diseño, detalle muy importante ahora que el hardware ha alcanzado límites tan altos que empieza a perder algo de importancia. Samsung ha optado por usar el diseño del Galaxy S5 para la Tab S, con la parte trasera con esa especie de perforación por puntos que da un aspecto muy atractivo. El tacto de esta parte trasera es muy agradable, pero seguimos pensando que Samsung puede mejorar los materiales que emplea, o al menos el acabado de estos, intentando buscar una finalización más premium.
Dentro de este mismo apartado tenemos el tamaño y el peso, que quedan en 6.6 milímetros y 294 gramos para el modelo de 8.4″ y el mismo grosor pero 465 gramos para el modelo de 10.5″. Y sí, es muy delgada y ligera, y tenerla en la mano es realmente cómodo, una de las tablets más cómodas de llevar. De hecho, la versión de 8.4″ pesa poquísimo, y se puede mantener con una mano sin ningún problema y sin que moleste absolutamente nada. Por supuesto, la de 10.5″ por su tamaño superior, es bastante más pesada, pero aún así sigue siendo muy manejable para lo que son las tablets de este rango.
¿Qué nos parece en general la Samsung Galaxy Tab S después de probarla tras su presentación? Pues en principio es una tablet que no aporta mucho como dispositivo innovador, pero que con pequeños detalles ofrece cosas muy interesantes como la pantalla (a falta de que podamos probar que efectivamente es tan buena como promete Samsung), el tamaño y el peso tan bien ajustados, y la apuesta por los servicios premium que ofrece de forma gratuita.
¿Qué os parece a vosotros? ¿Creéis que se trata de un positivo que faltaba dentro del ecosistema tablet?