Uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos los analistas de móviles es que las cesiones de los dispositivos son limitadas en el tiempo. Tenemos una semana, con suerte dos, para probar los aparatos, y no siempre podemos condensar todos los usos relevantes en ese tiempo. Por eso el poder probar plegables durante un año me abre una cantidad enorme de posibilidades.
Esta semana he tenido la ocasión de realizar un viaje de ida y vuelta a Madrid desde Sevilla en AVE, lo que implica algo más de 5 horas en total de tiempo en el tren. En otras ocasiones he usado mi móvil normal o el portátil mientras viajaba, pero actualmente estoy utilizando el Samsung Galaxy Z Fold 3, y ha sido ese el único aparato que me he llevado.
Como es lógico, durante todo el trayecto lo he usado desplegado, y es que esa es la mayor virtud de este modelo, una pantalla que se acerca más a la de una tablet pequeña que a la de un móvil grande.
Leyendo, jugando... la pantalla es enorme
Ese tamaño de pantalla, así como el brillo, los colores y la calidad, es lo que me ha hecho aprovechar más ciertas aplicaciones. He estado repasando la actualidad tecnológica (era un viaje de trabajo) así como respondiendo correos. No obstante, he de reconocer que esto último lo he hecho mejor con la pantalla pequeña.
A ratos también he jugado (cinco horas dan para todo), y la experiencia de hacerlo en este aparato no tiene nada que ver con hacerlo en otros móviles. De nuevo, se parece más a jugar en una tablet.
Doble aplicación para comunicación instantánea
Algo que normalmente no uso aquí sí que me ha resultado útil: la multiventana. He podido estar repasando lo que pasaba en Twitter mientras chateaba en WhatsApp, sin tener que estar cambiando de aplicación constantemente.
Usando el móvil de trípode
Por último, he aprovechado para ver parte de una película, y lo que es una de las desventajas de este móvil (que la forma de la pantalla deja bandas negras arriba y abajo), se ha convertido en una ayuda al poder usar el dispositivo en modo portátil y no tener que cogerlo en la mano.
Esto último es lo que menos me gustaba usar en un móvil normal ya que tras una hora te cansa.
Como veis, este tipo de plegables, los tipo libro como el Z Fold 3, son perfectos para los viajes en tren, bus, avión, e incluso en coche si no somos los que conducimos. Y cuando llegamos a nuestro destino, lo doblamos, y lo guardamos.
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