Super Grid Run reduce el género de los runners a la mínima expresión

En un género tan poblado como el de los runners es difícil destacar un título por encima de otro. Este estilo de juego deriva de los juegos de plataformas, y por la sencillez de su control puede adaptarse muy bien al reducido espacio de las pantallas táctiles. Desde Temple Run y Canabalt, los dos mayores exponentes del género, no hemos visto nada que realmente aporte algo nuevo. Super Grid Run es un título que toma el camino contrario, y en vez de añadir elementos sobre lo ya visto, los reduce a la mínima expresión.

Este minimalismo empieza por los gráficos. Su estilo recuerda a la de las películas de Tron por el uso de líneas rectas de distintos colores, que irán cambiando según alcancemos velocidad. Todo el juego transcurre en un enorme pasillo, así que no podemos decir que los paisajes sean uno de los fuertes del juego; sin embargo, tampoco es que vayamos a tener tiempo para admirarlos, ya que tendremos que concentrarnos en los obstáculos que se nos presentan, aunque también es cierto que da la sensación de que el diseño artístico no es el mas trabajado que hemos visto.

Una vez en faena, comprobamos que la jugabilidad también ha sido contagiada por esa simpleza. Controlamos a un cubo, que avanza a cada vez mayor velocidad a través del pasillo. Por el camino irán apareciendo obstáculos que al principio permanecerán inmóviles, pero que conforme avancemos darán paso a otros que nos engañarán con sus movimientos y sus formas.

Para movernos solo tenemos que tocar en el punto correspondiente de la pantalla, y el cubo se moverá automáticamente a ese lugar. No debemos confundir sencillez con baja dificultad, ya que la subida de velocidad conlleva una mayor variedad de obstáculos que tendremos que esquivar con pocas décimas de segundo de reacción.