El Androide Libre en la aplicación de Facebook para Android

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El Androide Libre

Tengo un trabajo para ti - Relato

Con motivo de los diez años de El Androide Libre te cuento cómo ha sido mi experiencia en estas páginas desde un punto de vista muy especial.

24 junio, 2019 17:31

Por más que te empeñes en cuadrar tu vida, en llevarla allá donde tus deseos esperan florecer, por más que intentes buscarte un futuro, es ese futuro el que termina encontrándote a ti. O no, porque nunca suelen coincidir: una cosa es lo que esperas, otra lo que termina llegando. Yo lo sabía bien.

No quiero aburrirte relatándote cada uno de los pormenores que terminó edificando mi existencia, sí te daré las claves que me han llevado hasta donde estoy hoy. Imaginativo, soñador, con más timidez de la que podría explicarle a alguien conocido y con varias pasiones que marcaban mi tiempo de ocio. Videojuegos, tecnología, libros, cine… Aunque fue uno de los vicios el que comenzó a arruinarme con el cobro de mis primeros sueldos, allá por los veinte años: los teléfonos móviles.

Recuerdo perfectamente mi primer teléfono. No era un smartphone ya que de inteligente tenía menos que yo de madurez, pero consiguió inyectarme ese veneno que lleva haciéndome vibrar desde entonces. Espera, ¿no lo he confesado? Aquel primer teléfono fue un Alcatel One Touch Easy, una suerte de armatoste, menudo para la época, que ofrecía dos líneas de impresionante pantalla, un fabuloso teclado numérico de goma y la maravillosa capacidad de utilizar el móvil con pilas. Aquello sí que era carga rápida, no la que hay ahora: comprabas un paquete de Duracell y estabas a tope de batería. Instantáneo.

Imagen de Erlend Bjørtvedt (Wikimedia Commons)

¿Que por qué te cuento esto? Pon en perspectiva lo anterior. Y añade un componente que me envenenó mucho antes que los móviles: la escritura. Pues bien, ni lo uno ni lo otro: el devenir laboral fue por otros derroteros. Mis trabajos dieron tumbos desde operario de industria hasta dependiente de una gasolinera; terminando en un empleo que acercaba mi rutina diaria a la afición a Internet y mi obsesión por escribir: responsable de marketing de una tienda online. Mi vida laboral es más ecléctica que el interior de un bazar chino.

Por fin me ganaba la vida escribiendo, incluso podía hacerlo desde casa. Me levantaba, hacía el pertinente café, me sentaba en la mesa del comedor con el ordenador enfrente y la taza en el lado izquierdo (¿había dicho que soy algo obsesivo?), ratón en la mano derecha y fichaba a diario repasando todo lo relacionado con la tienda desde el punto de vista comercial, también social. Así durante seis años e intercalando visitas a la oficina para ponernos cara y hacer reuniones de «brainstorming». Un día, en medio de una de esas reuniones, mi portátil recibió un mensaje que desencadenó una auténtica tormenta. En su momento lo vi así, tormentoso. También lo sufrí de esa manera por más que la distancia diluya ahora las preocupaciones de entonces.

«Hola, Iván. Qué tal. No nos conocemos, salvo de seguirte en Twitter y leer lo que escribes»

El autor de aquel mensaje, que te cuento tal cual lo recibí, es Paolo, el responsable de un medio online dedicado a la tecnología móvil. En el momento de leerlo me desconcertó, como cuando recibes una carta de Hacienda a pesar de que estés al corriente de pago con tus impuestos. ¿Por qué me habría contactado? ¿Estaba interesado en que escribiera para el medio? En aquel momento, corría marzo de 2016, ya llevaba años escribiendo sobre móviles sin que dicho trabajo sobresaliera de mi tiempo de ocio. Y claro, fue recibir el mensaje para que automáticamente me hiciese mis películas. El mismo Paolo no tardó en confirmar mis sospechas cuando por fin pude responderle.

«Voy al grano. Me gusta como escribes. ¿Te gustaría escribir en EAL?»

EAL es el acrónimo de El Androide Libre, el medio especializado en teléfonos móviles de Android para el que Paolo buscaba mi atención. No me era ajeno ya que llevaba años siguiéndolo; de ahí que, en ese primer impacto, considerase muy atractiva la oferta. Ahora bien, la realidad fue endureciéndose conforme valoraba las posibilidades en frío. ¿Dejar un trabajo en el que ya estaba cómodo para apostar por algo indeciso? ¿Era lo que necesitaba en aquel momento? Y lo más importante: ¿tendría acceso a probar todos los móviles por los que babeaba? Bueno, entonces no pensé en eso ya que la incertidumbre era mucho más poderosa. Y ahora, con el poder que otorga el paso del tiempo, puedo decir que no es lo más importante de trabajar en un medio tecnológico.

LG G6, mi primer análisis en El Androide Libre

Decidí darle a Paolo un sí. Es insistente, lo supe hace tres años y lo sé ahora, también es una de esas personas a las que se les toma cariño a pesar de que a menudo te vuelvan un poco loco. Aunque, ¿qué es la vida aparte de una mezcla de locura, aventura, pasiones y esfuerzo por hacer tu trabajo lo mejor posible? Suena a una de esas frases que te venden con las tazas de cerámica, pero lo cierto es que en eso coincidimos Paolo y yo. También el resto de los compañeros que conformamos El Androide Libre, una segunda familia a la que no solo encomiendo mis alegrías, también mis penas. Al menos antes de conocerte a ti.

Mis últimos tres años los pasé dedicando una buena parte de mi tiempo diario a escribir sobre todo lo relacionado con los móviles Android, desde noticias a artículos de opinión o consejos de uso. A veces es un trabajo monótono, también mucho más exigente de lo que se aprecia desde fuera. Y si a esa exigencia le sumo mi propia obsesión con hacerlo todo perfecto, a tiempo y con un texto tan extenso como legible, al final termino rozando la locura con las yemas de los dedos. No la locura sana de la que hablaba antes, sino esa locura que te arrastra a la vigilia permanente, a la sensación constante de que la actualidad gira a un ritmo más veloz del que funcionan tus manos.

-Entiendo.
-No sé si me he explicado bien. Escribiendo sobre móviles he podido cumplir una buena parte de mis deseos. Conozco lo último en tecnología, puedo probarlo, hasta me dio la oportunidad de conocer países nuevos a los que seguramente no habría podido ir por mis propios medios. Han sido tres años muy intensos, pero gratificantes.
-Aun así te sientes angustiado.
-Un poco…
-Creo que antes de tumbarte te dije que nada de mirar el móvil.
-Es que… Hay una noticia urgente que acaba de salir. Y…
-Y tienes que ocuparte de ella aunque estés a medias de la sesión con tu psicólogo.
-Creo que no es que tenga, diría que más bien es que quiero hacerlo.
-Tú mismo conoces el motivo de tu angustia, también cómo salir de ella. Mi recomendación es que sueltes el acelerador y otorgues a tus obligaciones la responsabilidad que realmente merecen.
-También parece el mensaje de una taza de cerámica…
-Una taza no te daría cita para la semana que viene.

Este es mi particular homenaje a los diez años que cumple hoy El Androide Libre. Mi enhorabuena a Paolo, Danny y todo el equipo por el excepcional trabajo que llevan haciendo desde entonces.