La telefonía móvil se mantiene en continua evolución ya que nadie sabe hacia dónde se dirigen los gustos en un futuro. Gran parte de las innovaciones se marcan desde la línea de los fabricantes, pero al final es el consumidor el que dictamina cuáles deben mantenerse y evolucionarse; condenando a muchos componentes a la desaparición. Comenzamos teniendo teléfonos móviles, ahora son cualquier cosa menos eso.
Sí, ya no podemos hablar de simples «teléfonos móviles» ya que con el anglicismo «smartphone» denominamos a tal compendio de posibilidades embutidas en un dispositivo de alta tecnología que lo menos importante ahora es llamar. Enviar mensajes sí que se mantiene desde los tiempos donde los SMS esgrimían su poderío, pero de teléfono queda más bien poco. Es más, vistas las cualidades que destacan los fabricantes cualquiera diría que lo más importante de los móviles es la fotografía.
No es ningún secreto que las cámaras se han convertido en el elemento más destacable ya que los fabricantes encontraron en ellas a la mejor arma con la que aplastar a la competencia. Empezamos disponiendo de sensores fotográficos testimoniales; ahora hacemos fotos con un click que a menudo no tienen demasiado que envidiar a las realizadas con una cámara réflex. Y no digamos ya si comparamos los smartphones con las cámaras compactas…
La cámara compacta ha muerto, casi como el teléfono en solitario
Siempre realizaremos llamadas desde el smartphone, pero la finalidad principal de ese dispositivo ya murió. No nos compramos un móvil con la idea de hacer mejores llamadas, de mayor calidad o con la intención de ampliar su cobertura: lo que miramos primero es qué tal funciona como cámara, cuál es su potencia, qué tamaño de pantalla posee… Especialmente lo de las fotos ya que el dispositivo que nos acompaña a cualquier parte también es el encargado de registrar nuestra vida para la posteridad.
La cámara del móvil es importante porque es la que reserva nuestra memoria para el futuro
De los tiempos en los que cada familia tenía que ahorrar y reunirse en grupo para pagar una sesión fotográfica a los que vivimos ahora, en los que basta un minuto para hacernos más fotos que las que tuvieron nuestros abuelos en toda su vida, no han pasado ni cien años. Parece lejano, pero pongamos otro margen temporal: en solo tres lustros hemos pasado de revelar las fotos en una tienda a compartirlas con un par de pulsaciones para que las vean millones de personas. Y el «culpable» ha sido el otrora teléfono móvil.
Los fabricantes utilizan la cámara de fotos como argumento de venta porque esta se ha convertido en un valor primordial para nuestras sociedades. Ahora vivimos expuestos al click, tanto para tomar fotos como para valorarlas y compartirlas. Por lo que, dado que las imágenes y vídeos resumen nuestra existencia, queremos que nos recuerden con la mejor calidad posible.
Vivimos expuestos al click, tanto para hacer las fotos como a la hora de valorarlas
Hay quien cree que le damos demasiada importancia a la cámara de nuestros smartphones, que los fabricantes solo innovan en este campo dejando de lado lo demás. No es cierto ya que los dispositivos han evolucionado en su conjunto, no solo a nivel de fotografía. El problema es que las cámaras, apps de captura, ótpicas y software de procesado ofrecen una manera completa de distanciarse de la competencia. Integrar cinco cámaras es novedoso y hace que un móvil destaque, por ejemplo. Conseguir eso mismo con el procesador, un diseño exterior novedoso, más memoria RAM… Resulta imposible.
Un smartphone es como tú quieres que sea ya que su tecnología abarca infinidad de funciones
Con un buen móvil siempre tendrás acceso a una cámara fotográfica de suficiente calidad para la mayoría de usos. Incluso con uno menos bueno: una de las ventajas de que la fotografía móvil haya sufrido tanta evolución es que las mejoras en software, sensores y ópticas terminaron llegando a los smartphones baratos. Antes un móvil de 200 euros hacía fotos horribles; ahora no solo mantiene el tipo, a veces incluso bate a móviles más caros.
El énfasis en la fotografía ha conseguido que los móviles baratos también tengan buenas cámaras
Tener una buena cámara en el móvil no hace que este deje de ser teléfono ya que siempre va a tener la opción de llamar. Y, conforme incluya más tecnología fotográfica, también conseguirá dar un mejor servicio. Porque todos vamos a hacer fotos o vídeos en algún momento. Y querremos que salgan lo mejor posible porque, como decíamos antes, serán los recuerdos que tendremos para el futuro. ¿Quién querría tener recuerdos borrosos o de mala calidad? ¿Acaso vamos a adquirir una cámara compacta teniendo el móvil?