Al igual que la mayoría de las grandes empresas tecnológicas mundiales, Google es estadounidense. Esto hace que su forma de ver la relación con la sociedad y sobre todo con los competidores empresariales esté muy poco vigilada por el estado.
Europa es diferente, para bien y para mal, y en este continente la idea de que una empresa tenga demasiado poder no es tan bien recibida como en el otro lado del Atlántico.
Google ha sido condenada pagar casi 4500 millones de euros por abuso de posición dominante en Europa en una decisión que llevábamos meses esperando. La empresa ya ha respondido, diciendo que Android no obliga a las empresas o usuarios a usar las apps de Google y que, de hecho, lleva pocos segundos sustituirlas.
La falacia de la preinstalación
Sundar Pichai es una de las mentes más brillantes de Alphabet. No en vano es CEO de Google. Es por eso que cuando ha hecho referencia a la facilidad con la que se pueden sustituir apps en Android lo hace con conocimiento. Y cuando insinúa que se puede eliminar una app borrando el icono del escritorio no se equivoca, sino que miente.
Como dice mi compañero Iván Linares en Twitter, que el directivo mas importante de Google pretenda hacer creer que ellos no están abusando de la posición de privilegio que tienen en Android con ese argumento, es una tomadura de pelo.
Android es abierto porque a Google le interesa
Cuando en Google se dan golpes de pecho presumiendo de lo abierto que es Android no dicen que uno de los motivos por lo que es así es porque necesitaban hacer crecer a la plataforma para rivalizar con Apple y Microsoft.
Si Google hubiera creado un ecosistema cerrado le habría costado mucho mas llegar a donde esta hoy. Así, la monetización del sistema no vino por licencias o por cobrar a las empresas o las operadoras por poner sus apps, sino por la publicidad y sobre todo por los datos y usuarios que obtenían.
Ahora mismo Google quiere un sistema cerrado, pero no como el que tiene Apple, sino uno que parezca abierto pero que, de facto, no lo sea.
Google insinúa que Android podría cambiar
En una publicación de Sundar Pichai el directivo insinuaba que si no pueden preinstalar las aplicaciones de su empresa en Android quizás Android deje de ser abierto.
Esto es algo bastante lógico ya que Google buscaría monetizar de alguna forma su plataforma. El problema es que, de nuevo, Europa intentaría pararle los pies como hizo con Microsoft e Internet Explorer hace unos años.
En aquel momento la solución fue dar a elegir a los usuarios qué aplicaciones querían instalar al arrancar Windows y quizás es lo que busque Europa en Android, que cuando un usuario encienda por primera vez su móvil pueda elegir entre Outlook, Gmail o Yahoo para su cliente de correo, entre Firefox, Opera o Chrome para su navegador o entre Google Drive, OneDrive, Dropbox o Amazon para su almacenamiento en la nube.
Google aprieta mucho a los fabricantes
Aunque no es algo nuevo, Europa ha llamado la atención sobre las políticas casi de chantaje que hace Google con los más de 1300 fabricantes de móviles que usan su sistema.
No es que no permita que un móvil se venda con Android y sus app o con un fork como el de Amazon, sino que obliga a las empresas a elegir entre uno u otro. Cuando haces eso y tienes la cuota de mercado que tienes en los países de nuestro entorno las empresas no tienen opción real. No pueden prescindir de Google.
Por qué esto no se aplica a Apple
Muchos pensarán que si Android es considerado como un sistema con pocas opciones por la Unión Europea, iOS debería ser la reencarnación de Lucifer. Y en realidad tendrían razón, pero hay un matiz relevante. Crucial.
Apple no tiene ni por asomo la cuota de mercado de Google en Europa y eso hace que pueda moverse con más soltura. Es lo mismo que pasó con MacOS y Safari. O que no pasó. Al no tener la misma cantidad de usuarios el sistema de escritorio de Mac, y su navegador, no fueron objeto de estudio.
Google lo tiene complicado
Aunque Google decidiera que Android deje de ser un sistema operativo de código abierto eso no solucionaría nada en Europa. Como pasó con Windows, el problema es que la cuota de mercado de los de Mountain View es tan grande que no hay hueco para los rivales.
Lo que querría Google es que las cosas no cambiaran, que pudiera seguir preinstalando sus apps en los móviles e impidiendo que otros lo hagan, más allá de con versiones menores enfocadas a empresas. Es decir, tener un sistema cerrado en realidad que pareciera abierto.
Microsoft es al única que, junto con Amazon, podrían plantar cara usando un fork de Android y sustituyendo las apps de Google con las suyas. Esto es lo que se ha insinuado hace unos días y quizás si coge tracción podamos hablar de un dominio de Android que no implique un dominio de Google