La adicción al móvil se ha convertido en un tema controvertido en los últimos meses. Hemos pasado de leer articulos que acusaban a los fabricantes de diseñar la interfaz para que fuésemos adictos a ella a que las últimas actualizaciones de iOS y Android, ¿Qué ha pasado? ¿Realmente somos adictos? ¿Es necesario que tengamos herramientas para controlar la adicción?
La estrategia para seguir vendiendo móviles, que seamos adictos a ello
A pesar de ser un artículo que ya tiene bastante tiempo, sigue pareciéndome interesante. Allá por 2016 leí un artículo que hablaba sobre la adicción al smartphone como herramienta para seguir vendiendo móviles. Es un artículo que si te manejas con el inglés es bastante interesante, aunque os haremos un breve resumen.
El artículo habla del triunfo de la AppStore en iOS, con un ecosistema de aplicaciones que convertía al iPhone en un expositor de aplicaciones ligeras y funcionales, asemejándola a las máquinas de comida rápida que podríamos encontrar en la calle. La acusación era un poco infundada, ya que nunca se ha demostrado que todo este diseño fuese creado con la intención de que seamos adictos a él (y lo mismo se puede aplicar a Android), pero dos años después ha ocurrido algo que nos hacen sospechar.
Google y Apple han reaccionado casi a la vez, pero no sabemos qué es lo que les preocupa
Android P y iOS 12 son las nuevas versiones creadas por Google y Apple, la primera para Android y todos los fabricantes, mientras que la segunda diseñada a medida del iPhone. Estas dos versiones tienen algo en común.
Hablamos de la salud digital, un recurso con el que Apple y Google se han puesto de acuerdo. Es necesario crear herramientas en el sistema para que los usuarios puedan tener un control del tiempo que pasan utilizando su móvil. Ambas versiones tendrán su implementación, pero ¿por qué lo hacen?
Normalmente esto es difícil de explicar. La versión oficial de Google y Apple es que se preocupan por nosotros y que quieren que seamos súper felices, pero al final esto es lo que dicen todas las empresas, ya que están dispuestas a querernos por nuestro dinero.
Que Google y Apple implementen la misma función en la misma versión anual suele ser extraño.
No podemos rebatir las declaraciones oficiales, y tampoco hemos encontrado pruebas contundentes de ninguna sentencia judicial. Todo huele a que alguna organización gubernamental les habrá hecho presión para implementar estos modos. Es imposible saberlo, y ninguna compañía lo reconocerá, pero no deja de ser curioso que en menos de un mes conozcamos ambas características.
¿Realmente necesitas Android P para evitar la adicción al móvil?
Lo cierto es que las herramientas que propone Google para controlar nuestra adicción al móvil son un poco vagas. Sí, puedes controlar el tiempo que utilizas el móvil si entras en menús y comienzas a buscar.
Todo esto permite que puedas tener un control sobre cuanto tiempo pasas con el móvil, pero no tiene ningún valor más allá de indicarte que pasas mucho tiempo con el móvil y bloquear una app. Parece hecha para que los fabricantes puedan escudarse en «hey, si nosotros les damos herramientas». Es necesario un cambio más profundo.
Primer aspecto: No es malo que uses mucho el móvil, pero piensa por qué lo utilizas tanto
En mi experiencia no considero que sea una persona adicta al móvil, ni que mi nivel de uso en el pasado haya llegado a algo que considere como adicción. Pero si que podría haber acabado siendo adicto al smartphone si me hubiese dejado llevar.
Para mi el punto para reconocer si tenemos una adicción negativa consiste en observar nuestro día a día. ¿Estamos dejando de hacer otras cosas por estar atento al móvil? En caso afirmativo, te conviene plantearte si estar al móvil es lo mejor para ti.
En mi caso nunca he sido una persona que fuese adicta a las redes sociales, pero si que pasaba más tiempo de la cuenta en Twitter y Tumblr. Mirándolo con perspectiva, era una época de mi vida en la que no sentía que tuviese algo mejor que hacer.
Creo que ese punto es clave, y es que la mayoría de personas que conozco que son adictas al móvil, la televisión o los videojuegos lo son porque ellos consideran que es la mejor actividad que pueden hacer.
Del mismo punto, en mi caso he reducido drásticamente el tiempo que utilizo en el móvil realizando otras actividades. Me di cuenta de que ese tiempo que pasaba con el móvil podía aprovecharlo en actividades más beneficiosas, como hacer deporte o volver a cocinar. No hay que excluir a la tecnología, solo aprender a convivir con ella.
Notificaciones abajo y modo no molestar arriba
Hace unos meses hablaba sobre mi problema con las notificaciones. De forma indirecta, las notificaciones me mantenían más pendiente del móvil, interrumpiéndome cuando estudiaba, trabajaba, estaba en clase, con mis amigos o con mi novia. Las notificaciones fueron el comienzo de hacerme pensar que estaba interrumpiendo cosas importantes por cosas que no lo eran.
Si estoy ocupado con algo, el móvil permanece en silencio, y ya cuando tenga un rato libre leeré lo que me hayan mandado. Las notificaciones en el reloj las he eliminado casi todas, dejando las cosas que son realmente prioritaria (por ejemplo, si mi madre me llama por telefono, es por algo de importancia máxima que no se puede posponer).
Quizás el único cambio que realmente importa de Android P por la salud digital sea el nuevo modo No molestar. Este modo oculta las notificaciones mientras esté activo, y desde que lo descubrí en mi Pixel XL lo tengo activado permanentemente.
Las aplicaciones y sus horarios, creando un hábito saludable
Otro problema con el que me he encontrado y que me he fijado que es bastante común son los «bucles de aplicaciones». Coges el móvil, miras el correo, entras en Instagram, te han mencionado en Twitter y vas a Twitter, de ahí a Facebook, de Facebook de vuelta a Instagram y piensas «¿me habrá llegado algún correo?». Y vuelta a empezar.
Si esta situación te resulta familiar, esta es la regla de oro que actualmente estoy aplicando yo. Las aplicaciones de entretenimiento están prohibido abrirlas más de una vez al día. Por ejemplo, Twitter lo abro a mediodía e Instagram por la noche. Miro lo que tenga que mirar, y cuando cierre la aplicación no la vuelvo a abrir.
A veces salía de una aplicación para volver a entrar casi al minuto siguiente
Las menciones en redes sociales o los videojuegos free to play son un peligro para esta regla de oro. Tampoco pasa nada porque abras un cofre o dos de Clash Royale al día. Tampoco pasa nada si esa discusión sobre memes tarda un día en ser respondida.
Para pensar si esas menciones o cofres del Clash Royale piensa. ¿Recuerdas de que estabas hablando en Twitter hace una semana? ¿Recuerdas que te cayó en el cofre de Clash Royale? La probabilidad de que sea un hecho memorable es tan baja que no merece la pena en absoluto perder tanto tiempo.
No dejes que el smartphone sea siempre la actividad principal
Como ya hemos dicho, cuando terminamos tanto usando el smartphone es porque no tenemos nada mejor que hacer. Pero a veces hay un riesgo más, y es cuando estás haciendo cosas y estás dejando de disfrutar de la actividad para estar enganchado al móvil.
Por ejemplo, si quedas para jugar al fútbol, juega al fútbol. Si quedas para merendar con alguien, charla con esa persona. Si, puedes hacer una foto o poner música, ya que son actividades complementarias, pero no hagas algo que lleve más de cinco segundos. Ya subirás la foto a Instagram más tarde.