Cuando las modas salen mal: ejemplos fallidos de tendencias en Android
Las tendencias en Android suponen un riesgo, y hay veces que no salen bien. Y en nuestro sistema hay muchos ejemplos que no hay que seguir.
12 marzo, 2018 20:30Las tendencias en Android son algo que los usuarios muchas veces no podemos controlar. Y sobre todo, no son un seguro de vida, y como todo, pueden fallar.
Y desgraciadamente, no faltan ejemplos fallidos. Hay muchas ocasiones en las que lo más actual supone una auténtica pesadilla para los usuarios. Y es en esos momentos donde nos damos cuenta que quizás el riesgo ha supuesto más mal que beneficio.
Hoy repasaremos algunos ejemplos de lo mal que puede salir un experimento cuando le intentas aplicar las ventajas de hoy en día. Porque es difícil predecir si saldrá bien o mal, pero si se da el segundo caso, los usuarios no son clementes.
Pantallas P-OLED: Google Pixel 2XL y LG V30
Empezamos con un caso que sonó mucho por los terrenos de Android: la polémica de los paneles P-OLED. Esta nueva tecnología que ya se está implementando en los smartphones tiene un inconveniente. La calidad en la imagen aumenta, pero de no llevarse bien a cabo, pueden salir cosas como las de los Google Pixel 2XL y los LG V30.
En los análisis que tenéis disponibles en El Androide Libre este apartado está claro: las pantallas están muy por debajo de sus hermanos de alta gama. Sendas pantallas están muy mal llevadas a cabo, y los ángulos de visión azulados unidos a la pobre calidad con la que se representan los colores, hace entrever que aún queda para que las pantallas P-OLED se estandaricen.
Sí, son buenas pantallas. Son superiores a sus exponentes de gama baja y media, pero son fallos flagrantes que no deben ser olvidados. Esperamos que tanto para el Pixel 3 como para el LG V40 este apartado esté solucionado, ya que es una auténtica lástima que una experiencia de gama alta se vea empañada por este detalle tan flagrante.
Doble cámara: un engaño que vende
La ola empezó con el Huawei P9, el precursor de la doble cámara. Ahora, es incluso extraño que un dispositivo lleve un único sensor. Esta doble lente nos permite hacer efectos que de otra manera, a excepción de casos como el Pixel 2XL, no podríamos hacer.
Tiempo otrora, se produjo la llamada guerra de los megapíxeles. Daba igual si la cámara era penosa; la gente tuvo en su cabeza la idea de que si un smartphone tenía muchos megapíxeles, hacía mejores fotos. Y esto se usó mucho como reclamo comercial. Lo mismo está pasando con la doble cámara.
Lo incluimos en la lista en nombre de todos esos smartphones que se venden con la cualidad de la doble cámara y que no la ejecutan bien, sobre todo en terminales desconocidos y excesivamente económicos. Denunciamos el uso comercial de esta característica que no te garantiza realizar mejores fotos obligatoriamente, y el cuál engaña a mucha gente.
Sin duda, esto no quiere decir que la doble cámara sea mala, ni mucho menos. Ha supuesto un avance histórico en Android, y ahora no concebimos un smartphone sin ella. Pero hay dispositivos y empresas que merecen estar en este apartado por intentar atraer a compradores ingenuos con la excusa de que su doble cámara les otorgará un buen apartado fotográfico.
La pérdida del jack de 3.5 milímetros… porque sí
Ay, la guerra por el jack de 3.5 milímetros. Esta vez el precursor de dicha tendencia fue, como no, Apple con su iPhone 7. El trabajo de los de Cupertino echaba por tierra a un conector con el que habíamos convivido toda la vida. Y hasta el día de hoy, la tendencia ha sido eliminarlo.
Ya dijimos en más de una ocasión que realmente, aunque no es que nos guste en exceso, podemos convivir con ello. De hecho, soy de los que abogan por avanzar a tecnologías inalámbricas y abandonar de una vez los cables, más ahora que disfruto de unos cascos inalámbricos. El problema es cuando el jack se retira por seguir la moda.
Se presuponen tres cosas. Una, que la empresa fabricante querrá realmente eliminar el jack. Otra, que es la que más se suele dar, es que dicho fabricante lo quite simplemente por parecerse al iPhone. Y la última es conseguir un grosor mínimo en el smartphone. Porque hay terminales a los que les cabe de sobra y no lo meten.
Y al igual que la doble cámara, metemos en este «ranking» a todos aquellos fabricantes que eliminan el jack sin razón alguna. Sin justificación básica. Más aún cuando aún mantienen (en algunos casos) el micro-USB justificando que muchos usuarios todavía no se pasan al USB-C.
El «notch», el maldito «notch»
Este punto lo incluyo de manera personal. ¿Por qué? Pongamos sobre la mesa al mítico Xiaomi Mi MIX, el móvil conceptual que inició la moda de los «todo pantalla». El ratio de ese dispositivo hizo que todos los fabricantes optaran por esa tendencia.
El problema con estos diseños, como es de esperar, es la ausencia de los bordes en los que se alojaban distintos componentes como la cámara delantera, el micrófono para las llamadas y demás sensores. El Mi MIX, aunque de forma no totalmente eficiente, subo resolverlos.
El micrófono se suplía con un sistema de vibraciones que proporcionaban el sonido. La cámara delantera pasaba al reducido marco inferior, en una posición extraña. El siguiente intento antes del iPhone X, fue de Essential, que puso su cámara delantera en medio de la pantalla.
Muchos dijeron que esto quedaba francamente mal, y realmente, yo pensé así al principio. Luego de todo esto, vino el iPhone X, primer dispositivo en acercarse realmente al concepto «todo pantalla», con el único borde visible en la parte superior… el polémico «notch».
No me parece una mala revisión del concepto, personalmente. Si bien es un poco molesto para determinadas tareas y sobre todo en el consumo multimedia, nos permite tener una experiencia «todo pantalla» auténtica. Pero es una porción de la pantalla que queda completamente cubierta, y que estéticamente, me parece cuestionable.
El problema radica en que el «notch», a mi parecer, puede ser implementado de diferentes formas más o menos llevables, claro está. El problema viene con las copias burdas y las malas implementaciones.
Es en este puesto donde metemos a todos aquellos dispositivos que ni cortos ni perezosos incluyen su ceja incluso teniendo marcos «algo más excesivos» en un penoso intento de emular al iPhone X en toda su esencia. El Blackview A30 es el ejemplo más flagrante.
Lejos de si prefiero el «notch» o el «todo pantalla», personalmente me parece una medida que aparte de restar muchísimo a la originalidad y a la innovación, supone un efecto en la pantalla que muchos no aceptan. La tendencia de los «todo pantalla» realmente beneficia a los usuarios. El notch clásico de Apple entra en debate. Las copias no benefician nada.
Por ello, finalizo este post haciendo un llamamiento un tanto desesperado al siguiente manifiesto. Vosotros, los fabricantes: no está mal en usar ideas para incluirlas en vuestros dispositivos. Pero recordad que vendéis a personas, no a clientes. A si que para implementar estas modas así… no las implantéis.