Los benchmarks suelen servir para dar un vistazo de la potencia general, pero no hay que fiarse nunca cuando filtran características de próximos móviles: es fácil falsificarlas.
Un benchmark, o prueba de rendimiento, se encarga de llevar al límite a un dispositivo para así comprobar cuánto aguanta o qué potencia ofrece. En Android los solemos utilizar como parte de una review: a pesar de que no arrojan resultados definitivos, sí suelen funcionar como elementos de comparación.
Leer el resultado de un benchmark como la demostración de que un móvil es mejor que otro no tiene ningún sentido. Cada test se realiza en unas circunstancias particulares, las marcas pueden «trampear» con los resultados, quizá el smartphone esté más o menos ocupado en ese momento… Y hay otro punto discutible en estas pruebas: suelen usarse como avanzadilla de lo que traerá un smartphone futuro.
Que si el Samsung Galaxy S9 tendrá 6 GB de memoria RAM porque se ha filtrado un benchmark, que si salen a la luz las pruebas de rendimiento de un posible Nokia 9… Es fácil encontrarse con estas noticias, pero debes poner tanta precaución como yo mismo me planteo antes de considerarlas: un benchmark se puede falsear de forma muy sencilla.
Cómo falsear los datos que arroja un benchmark
Hay varias maneras de hacerlo, pero todas pasan por el mismo camino: conseguir que las pruebas arrojen unos resultados que no se darían en circunstancias normales. Esto puede pasar por alterar las puntuaciones o, algo habitual, variar los componentes y nombre de los modelos para que parezcan características filtradas.
Los benchmarks se suelen utilizar para avanzar componentes de los móviles
Hoy mismo han salido a la luz diversos datos del Samsung Galaxy S9 con una prueba de benchmark. Si bien es cierto que podrían ser reales (alguien podría estar probando una unidad de testeo y hacer un benchmark), lo más seguro es que la intención vaya encaminada a crear una noticia falsa, como bien refleja SamMobile. Las llamadas «fake news» están a la orden del día. Y sí, yo mismo he caído en más de una incluso aunque maximice la precaución.
El método para falsear un benchmark suele dividirse en dos tipos principales.
Modificación de las capturas
Variar los datos de una imagen con fondo plano es tan sencillo como abrirla en un editor de fotos y, usando la misma fuente de letra, alterar los datos para que encajen con lo que se busca: crear falsa actualidad de un smartphone.
Las capturas de pantalla de los benchmarks son demasiado sencillas de alterar. Tanto, que basta con unos minutos para conseguir que un Nokia 2 sea tan potente como el Nokia 8. O que el móvil del que más se está hablando haga su aparición misteriosa esgrimiendo un hardware plausible.
Las filtraciones en los benchmarks son siempre con hardware plausible para el modelo
Este tipo de alteraciones suelen darse cuando empiezan a filtrarse datos de los próximos móviles y hay una cierta tendencia en el uso del harwadre. Si es un gama alta es normal que el móvil en desarrollo utilice lo mejor; de ahí que sea creíble incluirle el último procesador y una memoria RAM elevada, por ejemplo.
Cuando las aplicaciones de benchmarks registran las puntuaciones
AnTuTu, GeekBench, 3DMark… Todas estas aplicaciones guardan un registro en web con los datos de las pruebas así como de los modelos y componentes utilizados. Hacer creíble un benchmark es más difícil ya que el registro quedará público y deberá subirlo la aplicación, pero tampoco es tan complicado.
¿Cómo se hace? Basta con que el móvil tenga acceso ROOT y se modifique el registro de sistema desde el archivo «Build.prop». Ahí podemos variar el modelo para hacer creer que es uno totalmente distinto; también podemos alterar la versión de Android, por ejemplo. Incluso con algo más de conocimiento resulta posible cambiar el registro de los componentes para que arrojen características distintas a las que tiene el móvil usado en pruebas.
Benchmarks sí, pero con moderación
Siempre digo que las pruebas de rendimiento no son el síntoma claro de que un dispositivo es mejor o peor que otro, pero sí arrojan ciertas pautas y puntuaciones con las que resulta sencillo comparar. Siempre con móviles y tablets reales, no con supuestos benchmarks que aparecen de la nada y no están contrastados.