Una semana con solo el escaner de iris como método de desbloqueo
El Samsung Galaxy S8 presume de su reconocimiento de iris junto al sensor de huellas pero, ¿está a la altura para sustituirlo?
15 agosto, 2017 21:00El Samsung Galaxy S8 ha seguido la estela del Galaxy Note7 e incorpora un escaner de iris como método de seguridad biométrica además del sensor de huellas dactilares. Dada la posición de este último parece que el sensor de iris sea más importante. Lo he estado utilizando una semana y te cuento mi experiencia.
El funcionamiento del escáner de iris es sencillo de entender. El dispositivo cuenta con un emisor de infrarrojos y una cámara para éstos en el frontal. Al activar el escáner, se encienden ambos componentes, permitiendo ver una fuerte luz roja (el emisor de infrarrojos).
Los infrarrojos impactarán contra nuestros ojos permitiendo que la cámara vea como rebotan incluso de noche. Este sistema es el mismo que utilizaría un reconocimiento facial por infrarrojos, el cual, ya se encuentra en los Galaxy S8 o en dispositivos como los Surface de Microsoft.
Para que se utiliza el escáner de iris
El escáner de iris (o también llamado sensor de iris) incorporado tiene como uso principal el poder configurarlo para desbloquear el dispositivo, como lo haría un patrón, un PIN o poner el dedo sobre el sensor de huellas. Para ello, una vez desbloqueado, se debe arrastrar desde la parte inferior la pantalla para que empiece a funcionar el lector de iris.
También puede usarse para acceder a partes protegidas del sistema y aplicaciones de Samsung como es la carpeta segura, donde se clonan aplicaciones para estar en un entorno seguro y separado del resto o en el modo secreto (como el modo incógnito) del navegador de Samsung.
En cambio, no es posible utilizar el reconocimiento de iris en aquellas aplicaciones que acepten el sensor de huellas, lo que ya nos da una indicación de que no es práctico eliminar el sensor de huellas en un dispositivo Android a cambio de uno de iris.
Pero, si se pudiera, ¿valdría la pena? He estado más de una semana con el sensor de huellas desactivado para comprobar por mi mismo si el reconocimiento de iris puede plantarle cara al sensor de huellas. A continuación os cuento mi experiencia.
En busca de tus ojos
Encender el móvil y zas, la luz roja aparece. Si tienes a algún conocido cerca seguro te preguntará que que es esa gran luz roja, porque no, no es pequeña como un LED de notificaciones. Aparece la luz y en la pantalla, en la parte superior, te dice: Mire aquí para usar el iris.
Todo mejora cuando coges costumbre, pero al principio, hasta que le coges el truco, necesitas paciencia. Y mucha. «Mire aquí para usar el iris». Entonces miras y… «Acerque el teléfono». Acercas el teléfono y… «Sosténgalo más lejos». Lo alejas y… «Iris no reconocidos». FFFFUUUU!!!
Estoy seguro que mucha gente hará como yo cuando recibí mi Samsung Galaxy S8. Activará el reconocimiento de iris para probarlo, verá que es imposible hacerlo funcionar, se hartará y lo desactivará. En cambio, quise darle una oportunidad y armarme de paciencia. La costumbre es lo principal, pero con el tiempo aprendes trucos.
Sigue la luz… Uno de los trucos para usarlo mejor
En la pantalla aparece una zona donde se ve la cámara frontal junto a dos círculos que indican donde deberían estar tus ojos y un mensaje, «Mire aquí para usar el iris». Bueno, está bien para los primeros días, pero luego no se necesita esto para nada.
Por una parte, puedes mirar directamente a la luz roja, de esta manera tus iris están enfocados directamente al sensor y el reconocimiento es más rápido. Lógicamente, no te quedes mirando media hora si no funciona (por lo general se apaga si no reconoce en un rato), no te quedes ciego.
Los círculos que marcan donde deben estar tus ojos son solo para orientarte. No necesitas que los ojos estén rectos ni siquiera que estén dentro de los círculos, permitiéndote desbloquearlo en más ocasiones. Es más, he desbloqueado el móvil unas cuantas veces teniendo la cabeza sobre la almohada, recién despierto, con los ojos sin abrir del todo y a oscuras. No me imaginaba que pudiera funcionar bien en estas condiciones.
Con el tiempo vas cogiendo trucos y te acostumbras a tener el reconocimiento de Iris
¡Abre bien los ojos! Sí, a veces una cara de sorprendido a tiempo hará que el dispositivo se desbloquee antes que si estás alejando, acercando, girando e insultando. Lógico también, al abrir los ojos dejas al descubierto más parte del iris y el sensor puede realizar mejor el reconocimiento.
Aún con todo, si ves que no funciona muy bien, antes de desistir, prueba a realizar el escaneo inicial en otro lugar. En mi caso, lo realicé varias veces y parece que cuando mejor funcionó fue un día en casa a mitad tarde con las ventanas bien abiertas.
El lado luminoso es tu enemigo, oculta el sensor de ellos
Con el tiempo ya coges la posición, sacas el móvil o lo coges y le das al botón de desbloqueo. Sin darte ni cuenta, sin querer ni desbloquearlo, te detecta los iris y se desbloquea. Pero por mucha práctica que cojas hay una situación en la que estás un poco fastidiado. La luz intensa del sol, el estar fuera.
Es algo normal para muchos usar el móvil por la calle, ya sea para ver el whatsapp de tu tía Paquita con una foto de un gatito y una frase sobre ella o para ver el tiempo que queda para que tu autobús llegue a la parada. La cosa es, vas andando, enciendes el móvil y en la pantalla solo ves tu cara moverse al trote de andar, o te paras o persistes intentando que el móvil se mueva a la vez que tu cabeza. En este último caso, tarda, pero suele terminar reconociendo.
Si la luz del sol da directa al sensor, tardará demasiado o no funcionará
Pero igual estás quieto en la calle esperando a alguien y éste te envía un mensaje, vas a responder, quieres desbloquear y te das cuenta que en la pantalla casi no se ve tu cara. ¿Qué ocurre? Pues que el señor Sol está incidiendo directamente en el sensor, provocando que éste se ciegue. Tendrás que poner la mano para evitarlo y que así reconozca bien tus iris.
Un buen complemento al sensor de huellas
Tras este tiempo he aprendido a usarlo rápidamente, al igual que he aprendido que debo evitar o como actuar en algunos casos, pero aunque lo haya conseguido «dominar», más de una vez he acabado poniendo el PIN, sobre todo cuando quería desbloquear con fiabilidad.
Si me dieran a escoger entre el sensor de huellas o de iris, me quedo con el de huellas mil veces más, aún estando detrás, aún estando junto a la cámara. Al igual que uno se acostumbra al iris, se acostumbra a la ubicación del sensor de huellas, solo que al hacerlo, este ya no falla.
En cambio, el sensor de iris lo considero un buen complemento. Lo llevo activado a la vez que el sensor de huellas y lo uso bastante en algunos casos donde el de huellas me es más molesto. Cuando dejo el móvil en mi cargador inalámbrico, junto al ordenador, éste está en posición vertical, así que en vez de sacarlo para desbloquearlo solo lo desbloqueo, lo miro, me acerco un poco y listo. Igual para cuando lo tengo sobre la mesa y a veces incluso se desbloquea sin querer antes de que ponga el dedo en el sitio.
El reconocimiento de iris es bueno, como complemento, no como único sensor biométrico
Como añadido, yo no llevo gafas, ni siquiera de sol, así que no he podido probar en esos escenarios, pero se puede afirmar que el sensor funciona llevando gafas aunque es más propenso a fallar por ejemplo por reflejos o porque el marco de las gafas tapa un poco algún ojo.
Estamos igualmente ante los primeros sensores de reconocimiento de iris para teléfonos móviles y esta tecnología es posible que mejore con el tiempo si no se abandona. Quizá lo que más me preocupa ahora sería aquellos dispositivos que quieran hacer uso de un reconocimiento facial por infrarrojos, pues algunos de estos problemas seguirían existiendo.