Uno de los mayores problemas de Android es la ausencia de actualizaciones. Ya no solo el tema de la fragmentación, sino el tiempo que tardan en llegar las actualizaciones y las pocas que reciben nuestros móviles. Hoy opinamos sobre uno de los posibles futuros de Android.
Los móviles aguantan mucho más de dos años
Hace unos años, el mercado de los móviles era mucho más acelerado. Las nuevas generaciones de dispositivos móviles sobrepasaban a las anteriores con mucha facilidad. La falta de actualizaciones no era un problema tan grande, ya que los móviles al año siguiente ya se sentían como obsoletos por las carencias del hardware.
Desde hace algunos años, esto ha cambiado de forma radical. Los móviles de 2014 a día de hoy no solo siguen siendo usables, sino que además nos siguen aportando una experiencia de uso de primer nivel. No obstante, por muy buena experiencia que ofrezcan, las versiones de Android que llevan suponen un lastre, un lastre que aquellos que optan por una ROM personalizada no sufren.
Sobre la fragmentación: A los fabricantes les interesa que exista
¿Por qué a pesar de las mejoras en el ciclo de vida de los móviles seguimos con un sistema de actualizaciones que da tanta lástima? No podemos asegurar a ciencia cierta los motivos, pero hay varios hechos importantes que resaltar.
El primero es el coste de las actualizaciones. Aunque la comunidad haga ports de nuevas versiones de Android con relativa facilidad, para los fabricantes no es tan fácil. Además de ser necesario lanzar versiones completamente estables, estas tienen que pasar por los procesos de certificación de Google (a fin de cuentas, es como pasar una ITV a tu actualización).
Por otro lado, tenemos el factor de interés para el fabricante, y es que las compañías no obtienen beneficios de actualizar terminales que ya se han vendido (al menos, de forma directa). Una vez han lanzado un nuevo modelo, el anterior acaba en un segundo plano, y aunque en muchas ocasiones reciban otra gran actualización, ya no suele ser tan puntual.
Solo Apple tiene el volumen y margen suficiente para ofrecer actualizaciones a largo plazo.
Project Trebble y cobrar por actualizaciones: una posibilidad
¿Cuáles son las alternativas para los fabricantes entonces? Sin duda alguna, una buena estrategia para asegurar un buen soporte es destinar una parte más amplia de cada venta a la planificación de futuras actualizaciones, aunque no siempre es viable.
Un ejemplo claro se encuentra en la gama media, donde los márgenes de beneficio son tan escasos que para ofrecer un mejor soporte tienes que ceder en la ficha técnica, o aumentar el precio. Y claro, eso nos pone en una desventaja clara respecto a móviles de la competencia. A pesar de que a los usuarios les importe el soporte, al final la calidad/precio es algo que tira mucho en presupuestos ajustados.
Simplificar las actualizaciones ahorraría bastante en costes.
En la gama alta parece más viable, pero aún así no todos los fabricantes disponen de la infraestructura necesaria. Uno de los proyectos más interesantes de Google es Trebble, que podría cambiar las actualizaciones de Android para siempre.
¿En qué consiste este proyecto? Pues bien, en Android O Google está planeando simplificar la estructura del sistema para que las actualizaciones cuesten menos. A partir de esta versión, los drivers y el sistema irán por un lado, mientras que la capa de personalización llegará de forma separada. ¿Podría Google empezar a vender las actualizaciones?
Licencia como Windows: ¿El camino correcto?
A la hora de vender las actualizaciones siempre hay dos puntos de vida. Recordemos que hace años Apple cobraba por actualizar versiones de iOS (en el iPod Touch) y al final quedó como una práctica descartada. Realmente es algo que no tiene demasiado sentido para Apple, al encargarse ellos de todo el ecosistema. En esta ocasión, la manzana no es el espejo en el que se puede mirar Google, sino en Microsoft.
Todo aquel que utilice un PC con Windows sabrá a lo que me refiero. Da igual qué marca de ordenador te compres (e incluso si no te compras un PC de marca y te lo montas por piezas) que nos da igual. Al meter nuestra licencia de Windows, recibimos todas las actualizaciones durante varios años, y ni el fabricante ni los operadores tienen potestad. Aquí manda Microsoft.
Si realmente Project Trebble simplificase la arquitectura de Android esto podría ser una oportunidad de oro. Una buena estrategia sería la de cobrar una licencia por la cual tengamos actualizaciones rápidas en nuestro teléfono durante varios años. No solo eso, sino que, al certificar los móviles, Google podría extender nuestra licencia de actualizaciones 2 años con la compra de un nuevo móvil Android, distribuyendo estas aplicaciones a través de Google Play.
Sin duda, es un movimiento que nos gustaría ver, ya que al cobrar una licencia a los fabricantes, estos no tendrían que invertir tanto en soporte (aunque esa reducción de coste sería contrarrestada por la licencia) y dedicar sus equipos de software a crear aplicaciones exclusivas (recordemos, con Trebble, la capa funciona independiente al sistema). Google tendría mejores beneficios, nosotros más actualizaciones y los fabricantes ahorrarían en costes. Todos saldríamos ganando.
Cobrar una licencia a los fabricantes porque Google se encargue de las actualizaciones cada vez tiene más sentido.