Google está acostumbrada a que sus aplicaciones y servicios triunfen por el boca a boca y no publicita las que necesitan un empujón.
La publicidad es algo que lleva con nosotros ya mucho tiempo. Prácticamente desde que la economía se basa en productos y servicios en los que hay competencia los rivales acuden a esta técnica para darse a conocer y desmarcarse de sus competidores.
No obstante hay empresas como Google que normalmente no han hecho una inversión en marketing equiparable a la de otras, mayormente porque no les hacía falta. Pensemos en los servicios más usados de la empresa y en si hemos visto anuncios en TV de ellos o si alguien ha intentado que los usemos: Google Maps, Gmail, el propio buscador…
Google confiaba tanto en sus productos que simplemente los lanzaba y esperaba a que el boca a boca hiciera el resto. Y funcionaba. Recuerdo perfectamente la primera vez que vi un PC con el buscador de Google. Por aquel entonces yo usaba Altavista y un amigo me dijo que este era mejor. Y ya. No tengo tan claro el momento en el que empecé a usar Google Maps o Gmail, pero sí Google Fotos, algo que ahora recomiendo a diestro y siniestro.
No todos los servicios son así
Sin embargo hay otros servicios de Google que tampoco se publicitan y sería necesario. No voy a hablar de Google Plus porque es casi un cadáver en vida (comparado con los que eran sus rivales) pero sí de Allo y Duo, dos aplicaciones que técnicamente funcionan bien y que tienen elementos diferenciados y que la gente literalmente no conoce.
Es cierto que WhatsApp tampoco ha invertido en publicidad pero cuando tu mayor rival tiene un número de usuarios que se cuenta en dígitos de 10 cifras sabes que no puedes crear una alternativa y dejarla ahí. «Pero Allo y Duo vienen preinstalados» me podríais decir. Bueno, también HangOuts y ya sabéis cómo acabó.
Novedades sí, pero también visibilidad
Hace poco instalé Google Allo para probar los stickers personalizados y me di cuenta de que era una buena aplicación, que no estaba mal diseñada ni daba problemas, pero en ningún momento se me pasó por la cabeza decirle a mis padres o a mi pareja que la cambiaran por WhatsApp. Pero ni por Facebook Messenger.
No estoy insinuando que Google tenga que poner anuncios en TV (aunque Apple lo hace con los stickers si bien es una forma de anunciar el iPhone) o que llene los periódicos de banners pero quizás podría usar sus aplicaciones para dar a conocer otras.
Quizás una sugerencia cuando busquemos una app de mensajería, quizás una mención en Maps si en un futuro se integra con Allo, quizás recordar que Duo existe cuando empezamos un HangOut en directo…
Ahí está, si quieres la usas y si no ya la cerraré, porque me da igual
El título de esta parte del artículo es exactamente lo que me da la impresión que pasa por la cabeza de los directivos de Google. Crean aplicaciones y herramientas interesantes y luego no le sacan el partido que podrían tener salvo que sean los usuarios los que lo decidan.
Quizás sea simplemente una especie de ley del más fuerte, lanzando las creaciones al duro mercado y dejando que sean ellas las que pelean. Y si no sobreviven, pues es que no se lo merecían. Al más puro estilo de Esparta.