Resumen del MWC, día 3: ¿dónde está la gente?
Día 4 del diario y día 3 oficial del MWC 2017. Flojo en noticias, aunque más intenso en cuestión de experiencias. Eso sí, el evento se nota medio vacío.
1 marzo, 2017 21:00Día 4 del diario y día 3 oficial del MWC 2017. Flojo en noticias, aunque más intenso en cuestión de experiencias. Eso sí, el evento se nota medio vacío.
No falla: basta con que avancen los días para que disminuya la gente. No, no hablo de un pueblo costero en el mes de agosto, sino del Mobile World Congress durante los cuatro (o cinco) días que dura el evento. También hay tantos «guiris» como en plena época estival. Y la sensación de melancolía conforme llega el fin se parece demasiado al final de las vacaciones.
¿Qué? ¿Que justo ayer plasmaba en el diario las ganas que tenía de que se terminase el MWC 2017? Pues hoy ya no tantas. Y la «culpa» la tiene la «tranquilidad» que se ha vivido hoy en Barcelona. ¡Hasta he podido repetir en los batidos de Google sin que me entrase sentimiento de culpa por llegar tarde a una cita!
«¡Sin noticias en lontananza, mi capitán!»
He de confesar que hoy he tenido un MWC descafeinado no solo porque el ritmo de noticias relevantes haya descendido hasta casi desaparecer, también he pasado la mitad del día fuera del congreso por no perder tiempo en los desplazamientos. Eché de menos el café con las galletas de la sala de prensa, pero me desquité al llegar a la sala por la tarde. Después de una completa vuelta previa por todos los pabellones, como no podía ser de otra manera.
El MWC es un laberinto de pasillos, luces, expositores y multitud de objetos para coleccionar
Está claro: las noticias aflojan porque casi la mitad de los visitantes se ha marchado. Y también ocurre al revés, claro. Aunque, dado que esta tarde tuve más tiempo, aproveché para visitar los stands que se me habían quedado fuera de la ruta principal. Fueron muchos, pero son pocos los que verdaderamente interesan en términos de dispositivos móviles.
Probé personalmente el zoom óptico de OPPO, que aún no había tenido la posibilidad. Y es una tecnología que promete mucho por más que aún no sepamos en qué móviles vendrá. Me acerqué a probar la BlackBerry KEYone (tengo el análisis en camino) y tuve la sensación agridulce que me esperaba: muy buen móvil, pero la experiencia que proporciona el teclado QWERTY físico está a años luz de ser tan cómoda como un teclado en pantalla. Suena extraño, pero es así.
Otro de los stands que aproveché para revisitar fue el de LG con su G6. Y me llevé un regalo que pronto analizaremos en El Androide Libre (espero que no echen a faltar ningún móvil). Me perdí hasta el otro extremo del pabellón 3 a jugar de nuevo con los Nokia (siempre está lleno, sobre todo la zona del Nokia 3310) y me dio por quemar las calorías de las galletas desplazándome hasta el otro extremo de la Fira, al pabellón 8. Al volver a la sala de prensa había más galletas…
Hombres vestidos de espejo, coches de Fórmula E en los pasillos…
En el MWC puedes encontrarte cualquier cosa. Es literal, que no será la primera vez que exclamo mentalmente lo de «WTF» al cruzarme con un gorila, un Android bajando alegremente las escaleras o un hombre vestido de la cabeza a los pies con un mosaico de espejos. Todo vale para llamar la atención. También los regalitos con mil formas, colores y sabores.
Los regalos de los stands son un mundo aparte. Hay quien va al Mobile World Congress a hacer negocio (los que más), quienes acudimos a comportarnos como frikis haciendo ver que trabajamos y luego hay otra subespecie: el coleccionista de regalos. Ese que lleva una bolsa más cargada que quien se va al mercado para hacer la compra de un mes y cuando la abre parece que haya atracado un bazar chino.
Hay tantos regalos diferentes en los stands que necesitarías un camión para llevarte uno de cada
Caramelos, chocolates, bombones, cables USB, peluches, pins de Android, fundas de móvil, catálogos que te llevas porque crees que te van a hacer falta y que terminan en la primera papelera… Reconozco que yo soy de esos; aunque en este MWC me he contenido bastante. Bueno, lo cierto es que no he tenido tiempo.
¿Con qué otras cosas curiosas me he tropezado? Una de mis preferidas ha sido una competición de escalada uno contra uno en una pared artificial. Imagina que la pared se divide en dos carriles, uno para cada jugador. Los agarraderos se van iluminando y los competidores acumulan puntos conforme antes pulsan sobre los asideros iluminados.
Despedidas de los amigos que también son compañeros. Y competencia
Ya lo dije en una entrada anterior del diario, pero lo recalcaré: una de las mayores alegrías que proporciona un congreso como el MWC es que te reencuentras con los compañeros con los que te relacionas a diario. Tanto da que sean competencia o no: todos son amigos. Y hoy fue el último día para muchos.
Una de las ventajas de vivir en Barcelona es que yo no tengo que costear los viajes ni tampoco acudir con representaciones de marcas, así que siempre me quedo hasta el último día. Eso será mañana, por lo que aún me quedan unas horas para pasearme por el stand de Google en busca de algunos zumos. Y brindaré por los compañeros que ya se han ido o se irán mañana: ¡hasta la próxima!