Qué tiempos aquellos en que tenías que pulsar 9 veces solo para escribir HOLA. Teclados numéricos, dos líneas de pantalla… ¿Cómo podíamos vivir así?
No sé por qué, pero los viernes me ponen nostálgico. Todo un fin de semana por delante, las horas de una tarde que pasa tan despacio como la espera para la actualización a Nougat… ¿Recuerdas cuando enviábamos un SMS para quedar el viernes por la noche? Y no creas que tocábamos la pantalla, no: pulsábamos unas teclas con números. ¡Físicas! De locos.
A los de Swype habría que ponerles un monumento. Al menos yo se lo pondría, porque el teclado es lo que más uso de mi móvil. Para escribir tweets, redactar artículos mientras viajo en transporte público, utilizo el teclado para buscar otros teclados… Sinceramente: si tuviera que volver a la escritura con teclado numérico creo que reservaría habitación en el manicomio.
Líneas de pantalla y doce teclas
Nada más. Ni panel táctil, ni cursores, sin asistente por voz… ¡Tampoco tenía colores la pantalla! Así eran los móviles hace diez años, servían para lo que sirve un teléfono: llamar; además de para enviar mensajes y hacer llamadas perdidas, lo que más se estilaba en aquella época. Igual que ahora: cuanto menos se gastara en el teléfono, mejor.
Las pantallas monocromas de cristal líquido se medían en líneas. Lo habitual era tener dos, al menos en el inicio (así era mi primer móvil, el Alcatel OneTouch Easy original), pero luego fueron evolucionando hasta incluir pantallas más amplias, como la que incluía el mítico Nokia 3310: 84×84 píxeles. Hasta los iconos de tu smartphone son más grandes.
Las pantallas de antes eran como los relojes Casio, pero más anchas
Para interactuar con la pantalla teníamos los números, la tecla de asterisco y almohadilla; algún botón de menú y, con suerte, el de borrar. Nokia añadió una seña de identidad que terminó haciéndose característica: el Navi Key. Vaya, el botón de menú con la línea azul que estaba justo bajo la pantalla y que cambiaba de acción según las opciones. Pensábamos que era lo máximo a lo que se podía llegar.
¿Cómo se escribía entonces? Con más paciencia que usar un HTC Desire con una ROM Nougat. Seguro que ya sabes la mecánica, pero por si acaso: había que pulsar cada número para ir saltando entre las letras asociadas a cada tecla. Así, para HOLA se necesitan nueve pulsaciones. Y para escribir «supercalifragilisticoespialidoso»… Quizá tardabas una tarde. Normal que apareciese el lenguaje SMS con el que acortar las palabras.
Gracias, teclado T9, muchas gracias
Recuerdo perfectamente la primera vez que escribí un SMS con el teclado T9. Tenía un Nokia 3210 comprado en Amena, que por aquel entonces ya vendía los móviles libres (avanzados a su tiempo). Estaba jugando con las instrucciones y descubrí la opción «Activar teclado T9«. Lo primero que hice fue ir a los ajustes, encender la opción y probarla. Mi escritura en móvil no volvió a ser la misma.
El teclado T9 era mágico en su momento, como la varita de Harry Potter
Aquello era mágico. Escribías eligiendo cada letra de la palabra con una sola pulsación de número. Y el T9, como si fuera una bruja con su bola de cristal, adivinaba la palabra sin tener que aplicar mil pulsaciones a los números. Necesitaría un folio entero para describir todas las emociones que sentí con mi nuevo Nokia 3210. Y eso que aún no había descubierto las carcasas intercambiables.
El teclado T9 supuso un avance enorme, pero pronto vendrían los móviles con un teclado físico completo anticipando la próxima era smartphone. Unos años más tarde la BlackBerry incluía el acceso a todo el abecedario en formato físico. Y abrió la puerta a los mensajes sin coste, el célebre BBM. El teclado T9 fue muriendo poco a poco, hasta que pereció con el nacimiento de Android y de iPhone.
Tener un teclado completo no está mal, pero deslizar es mucho mejor
Cuando tuve mi primer móvil con pantalla táctil ya escribía textos largos gracias a las aplicaciones de notas y el teclado virtual. Era bastante sencillo y aceleraba la escritura, pero seguía existiendo el engorro de las teclas minúsculas (malditos dedazos). En Swype descubrieron un método de escritura que también era mágico, como el T9. E iba un paso más allá en el ahorro de esfuerzo.
Swype reinventó el teclado, tal cual
Las dichosas betas eran un engorro, pero valían la pena: Android demostraba que podía ir a la vanguardia con solo dar más libertad a los desarrolladores. Y es en esta plataforma donde yo me he sentido más a gusto escribiendo. Con el teclado Dragon y su espléndido reconocimiento de voz, Swype, SwiftKey, Chrooma… Y ahora he vuelto a Swype para cerrar el círculo.
Suele calificarse el avance en los móviles hablando de su potencia o de la evolución en la cantidad de tareas que pueden realizar, pero la manera de escribir con estos dispositivos también es destacable: la evolución desde las pantallas con dos líneas de texto y el teclado numérico ha sido tal que es casi como pasar de hacer fuego con dos palos a utilizar un lanzallamas.
La próxima vez que deslices el dedo por la pantalla para escribir HOLA recuerda que antes se necesitaban 9 pulsaciones para poner en pantalla la misma palabra. Y si ves a alguien tecleando letra a letra para escribir un mensaje instálale Swype: seguro que, como yo cuando lo probé, pensará que es magia.