Ayer debatía sobre la sencillez de las aplicaciones y su éxito: cuanto más simples son en su interfaz y mecánica más éxito suelen tener. Aunque luego está el lado contrario: apps que engordan como si estuvieran en el buffet libre de los extras incorporando más y más funciones. Como las de mensajería: cada vez tienen menos de mensajes escritos y más de centralita de comunicaciones.
Que si chats en grupo con mil personas simultáneas que pondrían de los nervios al mismísimo Gandhi, llamadas de voz que sustituyen al teléfono, videollamadas que te obligan a arreglarte antes de descolgar, bots con los asistentes más ridículos imaginables (hay bots en Telegram que te encuentran otros bots)… Y stickers. Ay, los stickers.
Hablemos de stickers. Pegatinas, emoticonos de mayor tamaño, dibujos que expresan emociones… Los conoces de sobra, todas las aplicaciones de mensajería los incluyen. Bueno, todas no: aún quedan irreductibles como WhatsApp que se mantienen al margen de la tendencia. Algo que seguro no tarda en llegar: los stickers molan. Y ninguna empresa es ajena a las cosas que molan.
Allo tendrá stickers. Y Google los permite picantes
La última beta de Allo vuelve a dar que hablar después de que su hermana, Duo, llegase por fin a todos los usuarios con las videollamadas sencillas. Según quienes pudieron registrarse y usarla, en Allo se podrán eliminar mensajes enviados, habrá stickers disponibles y tendremos opción a algunos bastante irreverentes.
Los stickers de Allo están destinados a llamar la atención, no hay duda. Si Line o Facebook Messenger se mantienen en el terreno de lo políticamente correcto, y Telegram prefiere dejar la temática en manos del usuario, parece que en Google apuestan por ofrecer opciones para todos los gustos. Un toro pellizcándose los pezones, un trabajador vomitando en el váter, una judía poniéndose un condón en la cabeza… Android Police nos enseña la colección.
Condones, toros pellizcándose los pezones… En Google Allo habrá stickers picantes e irreverentes
Hay que decir que Google no es el creador en sí de los stickers de Allo, sino que están hechos por diseñadores e ilustradores. Ha habido total libertad para los dibujos, por lo que estos ejemplifican la mayor parte de situaciones. Y se podrán descargar sin pasar por caja. ¿Su creación estará al alcance de los usuarios? Ésta es buena pregunta, pero resultaría extraña la posibilidad.
Se señala la irreverencia de los stickers de Allo y su picardía, pero es un gesto muy positivo de una empresa como Google: la libertad de los creadores es una gran noticia. Al fin y al cabo, cuanta más variedad haya, y mejor se identifiquen los stickers con las posibles situaciones, también terminarán por usarse en mayor medida. Todos contentos.
Origen de los stickers: Line y el terremoto de Tokio de 2.011
En todo momento me referiré a los stickers como lo que todos tenemos en mente al escuchar este anglicismo: dibujos de tamaño grande con personajes y objetos describiendo situaciones. El origen como tal de los mismos tiene lugar en Line y en el año 2.011: aplicación lanzada en Japón por Naver ese mismo año con la presencia de gráficos que se enviaban como un emoji, facilitó la comunicación cuando se produjo el fatal terremoto y Tsunami que asoló a la región.
Naver introdujo los stickers en Line en el año 2.011. Se popularizaron tras el terremoto de Tokio de ese mismo año
Puede que los stickers se asocien a Line en un principio, pero las aplicaciones de mensajería anteriores ya utilizaban emoticonos de tamaño grande. El vetusto Messenger de Microsoft, por ejemplo. ¿Quién no recuerda las caras bailando en la ventana del chat?
Los stickers son muy populares por tres razones: son fáciles de enviar ya que basta con pulsar sobre un botón, demuestran con una imagen lo que necesitaría varias frases explicar y, en definitiva, los dibujos simpáticos molan.
Los stickers ahorran palabras, son sencillos de enviar y muy atractivos
Ésa es la clave: los stickers molan. Con otro añadido: se han convertido en objeto de colección. Así, empresas como Line ganaron millones vendiendo stickers desarrollados para su tienda; o BlackBerry con su BBM Messenger, que también posee su tienda de stickers. Aunque estos diseños consiguieron democratizarse gracias a Facebook Messenger y Telegram: gratuitos y con amplia selección de diseños.
¿Por qué gustan tanto los stickers? Sin duda, porque son divertidos y expresan emociones al instante
Una imagen vale más que mil palabras, todos tenemos grabada esta cita en la cabeza. Pues bien: un sticker vale más que diez líneas de chat. Puedes escribir lo mucho que te molesta que tu cuñado se quede en casa por vacaciones o que te robe las cervezas de la nevera sin bajar ni una vez al supermercado. Estarías cinco minutos seguidos escribiendo; o bastaría con enviar este sticker.
No se puede evitar: nos encantan los dibujos graciosos y aquellas fotografías que son capaces de identificarse con nuestro estado de ánimo. Por eso también triunfan los gifs animados, un tipo de contenido multimedia que, pese a tener una descarga pesada (un gif animado ocupa muchos KB), son muy populares en móviles.
El contenido multimedia simpático triunfa en los móviles por méritos propios
El afán de colección también empuja la popularidad de los stickers. Y, cuando se trata de diseños previo pago, el hecho de poder alardear de los stickers que posees ofrece un aliciente interesante. Telegram dispone una ingente cantidad de ellos creados por la comunidad; Line abrió la veda con diseñadores creando contenido de excelente calidad; Facebook Messenger o BBM apuestan en gran medida por personajes populares; y Allo… Bueno. Por lo que parece, Allo hace hincapié en la diversidad.
¿Eres de aquellos que utilizan una app de mensajería por los stickers o no es algo que te resulte interesante? ¿Coleccionas stickers como los niños atesoran cromos de la Liga? Los uses o no las empresas lo tienen claro: no existirá una aplicación de mensajería sin ellos igual que ahora no las concebimos sin los emoji.