La geolocalización es, posiblemente, la funcionalidad por excelencia que los dispositivos móviles pueden ofrecernos. De hecho, es tan importante que ya estamos viendo cómo se diseñan nuevos sistemas de posicionamiento global en busca de conseguir una precisión de centímetros. Tal y como no podía ser de otra forma, no existe una única tecnología de posicionamiento, y el GPS está lejos de ser la única alternativa en esta categoría.
La evolución de los sistemas de posicionamiento global
Pero si comenzamos echando un vistazo a la breve historia de los sistemas de posicionamiento global, podríamos considerar que todo empezó con el GPS, desarrollado por los americanos:
El sistema de posicionamiento global (GPS) es un sistema que permite determinar en toda la Tierra la posición de un objeto (una persona, un vehículo) con una precisión de hasta centímetros (si se utiliza GPS diferencial), aunque lo habitual son unos pocos metros de precisión. El sistema fue desarrollado, instalado y empleado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos. Para determinar las posiciones en el globo, el sistema GPS se sirve de 24 satélites y utiliza la trilateración (Wikipedia)
Más tarde vimos cómo incluso los rusos sacaron su propio sistema, GLONASS, otro sistema desarrollado con fin militar por la Unión Soviética. A día de hoy, la tcnología del GLONASS está administrada por la Federación Rusa:
Pero claro, tanto el GPS como el GLONASS son tecnologías que, al menos en Europa, dependen exclusivamente de Estados Unidos y de Rusia. Por ello, hace aproximadamente una década alguien puso de manifiesto que el viejo continente dependía completamente de sistemas americanos y rusos para la geolocalización. Existía la posibilidad de que en caso de conflicto ambas potencias dificultaran o bloqueasen el acceso al sistema a terceros países, lo que en esencia dejaría a Europa simplemente a ciegas, tanto a nivel militar como civil. Así nació el proyecto Galileo, siendo un sistema global de posicionamiento vía satélite bajo control civil:
Beidou, el sistema de posicionamiento global chino
Como era de esperar, no podía faltar la versión china de los sistemas de posicionamiento. Responde al nombre de Beidou, y es la tecnología de posicionamiento que utilizan los usuarios residentes en China para saber en todo momento su ubicación.
Beidou, nombre chino para la constelación de la Osa Mayor, es un sistema de posicionamiento global con un funcionamiento en parte similar al GPS tradicional. Es un proyecto desarrollado por China, operativo desde el año 2000, consistente en un sistema de posicionamiento por satélite local, el cual da servicio tan sólo a China y a sus países vecinos.
Este sistema ofrece dos tipos de servicios:
- Uno abierto que ofrece una posición con un margen de 10 metros de distancia, 0.2 metros por segundo de velocidad y 0.000005 segundos de tiempo
- Y un segundo servicio, autorizado sólo para determinados clientes, ofreciendo más precisión y mayores medidas de seguridad
Las principales diferencias entre Beidou y sus competidores (GPS, GLONASS y GALILEO) radican en el servicio ofrecido, lo que hace que sus tecnologías difieran respecto de sus competidores:
- SERVICIO: Mientras GPS, GLONASS y GALILEO ofrecen servicio global, Beidou sólo ofrece servicio en China y sus países vecinos
- POSICIÓN DE SATÉLITES: Beidou usa satélites en órbita geoestacionaria, frente a los satélites en órbitas bajas de sus competidores, lo que permite a Beidou no necesitar de una gran constelación de satélites, a costa de limitar su cobertura sobre la tierra.
- CÁLCULO DE COORDENADAS: Beidou calcula las coordenadas únicamente con dos satélites y una estación en tierra, para lo que necesita enviar una señal desde el dispositivo remoto (no necesario con las alternativas).
Beidou-2, o Compass, será la segunda generación de este sistema de posicionamiento. Respecto a esta generación, ya tienen más de 10 satélites en órbita, esperando estar totalmente operativa para 2020 con 30 satélites.