La fiebre por Pokémon GO se ha desatado como el ansia por la playa de los turistas. ¿Queda alguien sin probar el juego? El aluvión de noticias que acapara quizá sea exagerado (hay más artículos de Pokémon GO que de la operación bikini), pero no deja de ser curioso todo lo que acontece en torno a él. Tanto lo más corriente como lo poco habitual, de eso me ocuparé yo.
En El Androide Libre hemos escrito artículos con trucos, con lo que hay que saber sobre el juego e, incluso, lo analizamos el mismo día de lanzamiento en Estados Unidos con una primera toma de contacto. Tratamos de arrojar luz sobre lo que consume de batería o lo que gasta en datos porque, teniendo en cuenta todo lo que activa del móvil, necesita conocerse. Y hoy os propongo un experimento: analizar lo que implica el juego durante una tarde completa de caza.
Si quieres avanzar en Pokémon GO escápate a una gran ciudad
Ya sabía que el volumen de Poképaradas y gimnasios es muy alto en las grandes urbes, algo que constaté personalmente: a fuerza de vivir en un área rural alejada de Barcelona en la que apenas encontraba más que Zubats, me sorprendí por lo mucho que avancé en una sola tarde. El experimento queda plasmado en esta infografía: resume lo que implica para el móvil y para el cuerpo una tarde jugando a Pokémon GO.
Si te lo tomas en serio haces una gran cantidad de ejercicio
Se ha dicho que Pokémon GO no fomenta realmente el ejercicio, pero yo afirmo lo contrario: si le echas horas diarias a explorar en busca de nuevos Pokémon, Poképaradas y gimnasios, las calorías quemadas son considerables. Dado que uso una Fitbit, y que ésta registra todo el movimiento que realizo a lo largo del día, medí el impacto de la actividad física sobre el simple hecho de jugar y lo comprobé empíricamente.
Pokémon GO consigue que hagas ejercicio sin que te des cuenta: basta con encadenar Poképaradas
Se anda mucho. Muchísimo. Y se equipara a comer pipas: es difícil decidirse a parar; por lo que terminas con un cansancio que no te esperas además de un número elevado de calorías quemadas: más de 1000 en mi caso. 12 km caminados (por la sombra, que el calor azotaba como un ataque de Charmander), 75 m de desnivel acumulado, más de 15.000 pasos y un par de litros de agua por necesidad (con una horchata bien fría en un chiringuito, para reponer fuerzas).
Parece una tontería, pero retarse a Pokémon GO tiene notables beneficios para la salud. Eso sí, no hay que perder la concentración en el entorno: es habitual detenerse en mitad de la calle sólo porque aparece un Pokémon. No será la primera vez que me detengo en un paso de cebra…
La evolución como entrenador es espectacular tras una tarde intensiva
Dedicarle un rato cada día implica que la Pokédex irá engrosando datos poco a poco igual que evolucionarán nuestros Pokémon y el nivel del entrenador. Pero, si hacemos una escapada a la ciudad que tengamos más cerca, las probabilidades de evolucionar aumentan exponencialmente. Como ya comenté, vivir en un área rural implica tener menos posibilidades en Pokémon GO. Aunque también aparecerán Pokémon que no saldrían en otra parte.
Los Pokémon aparecen en su entorno natural: si es de agua saldrá cerca de un río, playa o estanque
Abrir el mapa en una ciudad como Barcelona implica encontrarse con Poképaradas casi en cada manzana. O lo que es lo mismo: es la mejor manera de llenarse de Pokéballs. Como media, cada Poképarada regala tres Pokéballs; a veces hasta cinco e, incluso, con algún objeto y/o huevo. Estos puntos céntricos se recargan cada cinco minutos, lo que permite reponerse para superar cualquier sequía de Pokéball.
Ya te puedes imaginar que en las ciudades es donde más Pokémon por metro cuadrado hay: basta con darse un paseo para acumular una buena colección. Suelen abundar de contadas variedades, pero siempre se completa gran parte de la Pokédex durante dichos paseos (sobre todo si tu nivel de entrenador es bajo). Conviene capturarlos a todos, se tengan o no repetidos: el polvo estelar y los caramelos son oro para subir a los Pokémon de nivel y para evolucionarlos.
Camina encadenando Poképaradas para asegurarte un buen surtido de Pokéballs
El catálogo de objetos disponible también aumenta durante una tarde de captura. En mi caso, 38 objetos que, en su mayoría, fueron pociones y revivir (además de Pokéballs, claro). Algún módulo cebo, bayas y huevos de la suerte. Además, y después de subir del nivel 3 al 8, la evolución como entrenador repuso en gran medida mi despensa añadiendo objetos tan importantes como incubadoras.
Coleccionismo, ejercicio, aventura, diversión, nostalgia… Pokémon GO lo tiene todo
Tampoco voy a negar sus aspectos negativos, que los tiene. La diversión puede transformarse en dependencia; estar distraído mientras se camina por la calle buscando Pokémon tiene sus riesgos; la cantidad de datos que regalamos a Niantic y compañía es inmensa (más allá delo que aporte el login con la cuenta de Google); en sí mismo Pokémon GO no tiene mucho de original… Detalles que no empañan la experiencia conseguida tras hacerse entrenador «de alto nivel».
El experimento lo realicé el lunes 11 de julio por las calles de Barcelona. El móvil en cuestión es un OnePlus 3 con la batería cargada por completo a las 15 h de ese mismo día. La caza exclusiva de Pokémon comenzó a eso de las 15:30; prolongándose hasta más o menos las 19 h. Pese a que la mayor parte del tiempo estuve jugando sin desconectar, sí que hubieron momentos en los cuales pausé el juego durante algunos minutos. Los datos se recogieron usando una pulsera Fitbit, el móvil y el propio juego.